Los ecologistas dicen que “se está gastando en ocurrencias oportunistas el dinero” para recuperar el Valle tras el volcán
Centinela-Ecologistas en Acción, en una comunicado, muestra su “rechazo a algunas maniobras que se han ido cocinando al calor del volcán y de sus dramáticas consecuencias, utilizando sin escrúpulos a las personas afectadas para arrimar el ascua a viejos intereses privados o a estrategias políticas que nada tienen que ver con el interés general ni con el sentido común”.
Apunta que “el más patente y patético ejemplo de lo que estamos diciendo es el nuevo intento de resucitar el plan parcial Aridane Golf, el que fuera buque insignia del pelotazo urbanístico en La Palma a finales de los ochenta y que se hundió tras chocar contra la realidad legal y judicial. Ahora disfrazándolo de proyecto pseudo humanitario, los mismos protagonistas de aquel fiasco, los que compraron terreno para especular y quienes les prometieron recalificarlo, tratan de vender este callejón sin salida como si fuera un atajo para la reconstrucción”.
Añade que “más preocupante nos parece que desde algunas administraciones hayan entrado en la dinámica del todo vale, como si la emergencia hubiera suspendido la aplicación de las leyes, de la racionalidad del gasto público y hasta del decoro político. Se están gastando en ocurrencias oportunistas el dinero que se necesita para volver a articular social y económicamente el Valle de Aridane. El ejemplo más hiriente es la idea de crear un puerto para embarcaciones de recreo en Charco Verde, última playa natural del municipio de Los Llanos y espacio natural, con la excusa de que ese puerto es necesario para el traslado del personal trabajador de las fincas de las Hoyas-El Remo, pero que claramente responde a otros intereses”.
Señala que “es absolutamente comprensible que la primera reacción haya sido la de intentar salvar los cultivos y las cosechas y que desde las administraciones se haya tratado de ayudar en ese fin todo lo posible. No puede ser de otra manera. De ese primer impulso surgieron ideas probablemente bienintencionadas como la puesta en funcionamiento de las desaladoras o el traslado de personas en barcazas de la Armada a sus fincas de Las Hoyas-El Remo, sin reparar en gastos, aunque los costes de producción se hayan situado de esta forma muy por encima del valor real de las cosechas que se intentaban salvar”.
“Pero no estamos ya en aquel momento”, añade. “Tras tres meses de lucha en condiciones absolutamente precarias, ingratas y hasta peligrosas, es creciente la conciencia de que es inviable en esta situación mantener las deterioradas plantaciones y que es económicamente preferible y anímicamente más saludable pensar en el futuro, en una nueva plantación el próximo año, en incorporar al suelo cultivable la ceniza volcánica recibida, en mejorar la gestión del riego; pensar en una modernización de la explotación o en su reconversión a producción ecológica aprovechando el periodo hasta la nueva cosecha. En definitiva, en hacer de la necesidad, virtud”, indica.
Por tanto, subraya, “no existe una situación de emergencia que justifique el gasto sin sentido del Consejo Insular de Aguas en proyectos como unir por tubería El Paso con Fuencaliente por el Parque Natural Cumbre Vieja o unir Fuencaliente con El Remo por la Reserva Marina de La Palma, en vez de apostar por el proyecto que hace un año el propio Consejo Insular de Agua aprobó como la mejor alternativa, que es cerrar el anillo hidráulico insular desde Fuencaliente a la balsa de Cuatro Caminos siguiendo el trazado de la carretera general del Sur (LP2). Lo que en ningún caso es admisible”, asegura, “es que se estén realizando estas obras sin ningún tipo de control de los órganos ambientales competentes porque, incluso en el hipotético caso de que regar la platanera de la costa de Los Llanos fuera una emergencia, de ninguna manera se puede considerar dentro de las causas que posibilitan la exclusión de la evaluación ambiental”.
“Con estos antecedentes”, concluye, “vemos con preocupación que el gasto a la arrebatiña del dinero público destinado a la recuperación deje poco margen a la planificación meditada, al control democrático y a la concurrencia competitiva, y que se pierda así la oportunidad de invertir en lo importante y necesario”.
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