Consumada la destrucción de unos grabados rupestres en Güímar cuya desprotección denunció un colectivo en julio
El colectivo de arqueología social Imastanen denuncia, en declaraciones a Canarias Ahora y tras constarlo hace unos días, que se haya consumado la desaparición y destrozo de unos grabados guanches en el municipio de Güímar, en el este de Tenerife, de cuyo riesgo de pérdida ya advirtió el pasado mes de julio.
El grupo que lidera Sixto García lamenta que esto se haya dado ante la “pasividad institucional”. Se da la circunstancia de que, tras su última denuncia, hubo un cambio en el gobierno local, pasándose del pacto de CC y PSOE a una censura liderada por el PP, con dos ediles socialistas tránsfugas y otro ya expulsado de NC. Sin embargo, ni unos ni otros evitaron lo que finalmente ha ocurrido.
Según detallan los miembros de Imastanen, sus “reiteradas denuncias durante 2025 sobre este importante yacimiento con grabados indígenas en Gúimar, desprotegido y amenazado incluso por la realización de la Vertical” (una prueba deportiva), no han impedido que, en una reciente visita, “comprobáramos cómo alguno ha sufrido daños permanentes en lo que parece un ataque intencionado”.
Según recuerda el colectivo, “ya en primavera se dio aviso a las autoridades locales, obteniendo respuesta sólo por parte de algún responsable del área de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias que, sin embargo, nos indicó que la competencia en lo relativo a la protección y conservación de los bienes arqueológicos es del propio municipio. Si bien es cierto que un técnico del área de Patrimonio del Cabildo mostró interés por el caso y que alguno de los anteriores responsables del gobierno de Güímar se pusieron en contacto con nosotros, nunca pudimos llegar a reunirnos, pese a emplazarlos en varias ocasiones con la intención de mostrarles los grabados y buscar soluciones inmediatas”.
Imastanen señala que, durante la carrera de julio, “y pese a nuestra alarma pública por el daño o riesgos a los que se verían expuestos estos vestigios guanches por encontrarse junto a una vía transitada por vehículos que, tal y como se preveía, fue ocupada por el público aficionado, tuvo que ser un compañero del colectivo quien hiciera acto de presencia en el lugar para advertir a las personas allí reunidas de que se encontraban en una zona de alto valor patrimonial”.
Según remarca, fue este miembro de Imastanen, y no ninguna autoridad pública, el que debió explicar a las familias que presenciaban la carrera que se encontraban “pisando y alterando una zona que contiene grabados rupestres guanches, no sin recibir muestras de asombro por parte de los presentes, ignorantes de este hecho. No entendían cómo un lugar tan frágil y vulnerable no tuviera ningún tipo de señalización que indicase unas mínimas medidas a tener en cuenta, dada la importancia cultural del lugar”.
Una cita con el edil que nunca se produjo
En esa ocasión, y según añaden, “se consiguió evitar que se produjeran más daños -los grabados ya habían sufrido otros recientes debido al estacionamiento y tránsito de vehículos, al encontrarse cerca de una finca donde se habían producido movimientos de desmonte-, pero la cita con las autoridades locales nunca llegó a darse y ahora han sido dañados intencionadamente”. Y no porque no lo intentásemos por todos los medios.
“El concejal de Patrimonio, Cultura y Fiestas del recientemente depuesto gobierno municipal güimarero -destituido hace menos de dos meses tras una moción en la que se les acusaba de clientelismo y otros comportamientos dudosos-, haciendo gala de un cinismo por desgracia bastante común entre los responsables locales en la materia, se puso en contacto con nosotros a través de otro concejal y del propio alcalde, aún en el gobierno en ese momento. Tras concertar cita hasta en dos ocasiones y prometernos abordar el asunto de urgencia, nunca más dio señales. El nuevo equipo de gobierno entrante parece querer tomar cartas en el asunto en recientes comunicaciones con nuestro colectivo, y por fin cumplir con su deber, tal y como dictan sus competencias por mandato legal. Sin embargo, y más allá de intenciones y aspectos burocráticos, lo cierto es que los grabados ya han sufrido daños irreparables y seguimos esperando medidas urgentes”.
El colectivo recalca que no han dejado de insistir “en este y tantos otros casos de destrucción y desprotección del patrimonio guanche en Tenerife, y sobre el hecho causal de que ningún ayuntamiento de la Isla, pese a las promesas veladas de algunos, haya completado su carta arqueológica municipal. Nos preocupa, además, que entre los cargos de responsabilidad designados por decisión política para gestionar el área en el común de los ayuntamientos no existan personas formadas, ni técnica ni profesionalmente, para desempeñar esta labor, dejando al conjunto del patrimonio en la más absoluta indefensión”.
En este sentido, censuran que “el desconocimiento trae desinterés y el desinterés genera desidia y, en última instancia, abandono e indefensión. En estas últimas semanas, se han producido contactos con el actual gobierno local y con técnicos del Cabildo insular, a quienes, sea dicho de paso, agradecemos su voluntad a colaborar, llegando a visitar con nosotros el enclave, ya registrado en el catálogo insular. Pero tenemos que señalar, una y otra vez, que la competencia directa en materia de salvaguarda, protección y divulgación de un bien arqueológico es en primera instancia de los ayuntamientos correspondientes. Con las mejores intenciones, manifestadas en una reunión reciente por la actual concejal de Patrimonio en Güímar, así como por la propia alcaldesa, lo cierto es que hace falta que se tomen medidas imperativas de una vez por todas”.
En el entretanto, “entre promesas no cumplidas, desafecto hacia el legado indígena, dejación de funciones y protocolos laberínticos, el yacimiento acaba de sufrir nuevos daños, con fragmentos del soporte de piedra en donde se encuentran alguno de los paneles rupestres, arrancados por efecto de algún golpe mal intencionado o fortuito. Nunca lo sabremos”, lamentan. Asimismo,
Según explican, en su última visita comprobaron cómo “las piedras que impedían el acceso y estacionamiento de vehículos sobre los paneles de grabados habían sido retiradas y nuevas huellas de vehículo anunciaban un daño previsiblemente mayor. Lamentablemente, así fue: el deslasque de una piedra con grabados confirmó el relato de una muerte anunciada. No obstante, y pese al lamentable estado que presenta el yacimiento arqueológico, aún quedan bienes que proteger en ese enclave, con tipologías de grabado diversas que, además de su incalculable valor cultural y patrimonial, podrían seguir aportando pistas sobre la vida, costumbres y creencias de nuestros antepasados”. Entre ellos se halla una cueva que fue sepultada en gran parte al construir una pista de asfalto y que, “pese a encontrarse entullada con tierra, escombros y residuos varios, podría aún contener gran cantidad de material arqueológico, con información gran valor ante una necesaria investigación sobre nuestro pasado y herencia cultural”.
Por eso, los miembros del colectivo confían en que el nuevo gobierno “actúe de emergencia y todas las partidas presupuestarias que existen a disposición de las administraciones locales para que la ley se cumplan de forma efectiva y se elaboren de una vez por todas los catálogos arqueológicos municipales, encuentren aplicación práctica en la inmediata protección de espacios tan vulnerables y preciados”.
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