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Canarias registra 3.000 casos de ictus al año aunque se observa una tendencia a la baja en muertes por esta enfermedad

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 22 (EUROPA PRESS)

Canarias registra anualmente 3.000 nuevos casos de ictus aunque desde la Consejería regional de Sanidad se ha asegurado que la comunidad tiene una de las tasas de mortalidad por dicha enfermedad “más bajas” del conjunto nacional, experimentando una tendencia a la baja en los últimos años.

Sin embargo, la muerte por ictus sigue siendo la segunda causa de mortalidad, la primera causa de discapacidad grave, y la segunda de demencia en la población. Estos datos se conocen con motivo del Día Mundial del Ictus que se celebrará este martes, 23 de octubre, según informó el Gobierno canario en nota de prensa.

El ictus o accidente cerebrovascular es una enfermedad vascular que afecta a las arterias que llevan la sangre al cerebro. En este sentido, se indicó que por diversas causas las células del cerebro se quedan sin el aporte necesario de sangre, por lo que pierden su función, apareciendo cuadros de parálisis de medio cuerpo o trastornos del habla, entre otros.

En concreto, se dan dos tipos de ictus dependiendo de la clase de lesión del vaso, tales como son el ictus isquémico, cuando el problema es la oclusión o taponamiento de un vaso; y el hemorrágico, cuando se rompe un vaso sanguíneo dentro del cerebro o en sus envolturas. Así, el 85 por ciento de los casos son isquémicos y el 15 por ciento hemorrágicos.

Respecto a la cadena asistencial del ictus aseguran que “es fundamental” establecer sistemas que favorezcan una interconexión “precisa y rápida” entre la población que sufra síntomas sugestivos de ictus (parálisis de una parte del cuerpo, dificultades para moverse o gesticular, problemas para hablar) y los servicios de emergencia extrahospitalarios e intrahospitalarios.

El Código Ictus es un sistema de alerta que permite la “rápida” identificación, notificación y traslado de los pacientes con ictus a los servicios de urgencias, se basa en la consideración del ictus como una “urgencia médica”.

En cuanto a la activación del citado Código, que se encuentra establecido en todas las islas del archipiélago a través de la llamada al 112, “es útil” en la fase aguda del ictus, ya que reduce los tiempos de llegada a los centros hospitalarios y permite el aumento de los tratamientos específicos precoces que pueden disminuir el grado de lesión cerebral y permitir una “mayor recuperación” funcional del enfermo.

PROGRAMA DE PREVENCIÓN

Por su parte, el Servicio Canario de la Salud (SCS) desarrolla un programa de prevención destinado a la enfermedad cardiovascular y a posteriores episodios de Ictus donde se integran las actuaciones de Atención Primaria y Especializada.

En concreto, Canarias dispone de Unidades de Ictus o Accidente Cerebral (ACV) en los cuatro grandes hospitales del SCS que actúan como unidades de referencia para el resto de islas y que cuentan con disponibilidad de equipos de atención al Ictus con protocolos de actuación y recursos, así como neurólogos de guardia las 24 horas para el Código.

Respecto a la primera Unidad de Ictus del archipiélago se creó en el Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, en Tenerife, en 2002 y, posteriormente, le siguieron la del Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín en 2004 y el Hospital Universitario Insular de Gran Canaria en 2007. La última Unidad creada se encuentra en el Hospital Universitario de Canarias (HUC), en Tenerife.

De esta forma, junto a los recursos de los hospitales de tercer nivel del SCS, Canarias dispone de respuesta a los pacientes afectos de Ictus en el resto de las islas.

Y es que el tratamiento incluye el control estricto de constantes vitales, prevención de complicaciones, control de los factores que lo predisponen, diagnóstico de la causa del Ictus, rehabilitación precoz, prevención de repeticiones del Ictus, educación sanitaria al paciente y a la familia, y administración de tratamiento farmacológico dependiendo del tipo de ictus, isquémico o hemorrágico, entre otros.

Por otro lado, en relación a los grandes avances en la disminución de la mortalidad por ictus en los últimos años se han producido por dos actuaciones. La primera es la prevención para que no ocurra un ictus (o no se repita tras un primer episodio), es por lo que el SCS desarrolla un programa de prevención y control de la enfermedad vascular aterosclerótica donde se integran las actuaciones de Atención Primaria y Especializada.

Es a través de este programa donde se recomienda llevar hábitos de vida saludable y se persigue el control de los factores de riesgo, como la hipertensión arterial, la diabetes o el colesterol elevado, que favorecen que suceda un ictus.

Finalmente, el segundo aspecto relevante en el tratamiento del ictus isquémico en los últimos años es el tratamiento trombolítico o fibrinolisis (descomposición de los coágulos) que sólo puede administrarse en las primeras horas desde el inicio del proceso. Por ello, el SCS ha establecido el código ictus, cuya activación permite que cualquier habitante del archipiélago, mediante un aviso al 112 cuando se inician los síntomas, pueda ser trasladado dentro del tiempo de la ventana terapéutica a un hospital preparado para la atención al ictus.

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