Los centros ven escasa la inversión por niño

Macame Mesa / Carmen Mesa

Los fondos que el Cabildo de Gran Canaria destina a las ONG que gestionan centros de menores en la Isla son insuficientes, porque “un niño cuesta más” que los 52 euros diarios que les aporta la Institución. Así lo ha manifestado Miguel Valdivieso, presidente de la Fundación Canaria Sociosanitaria, que en la actualidad gestiona nueve de estos complejos en la Isla.

Valdivieso asegura que la auditoría realizada en 2009 a la Fundación y que alertaba de un desfase de unos 448.000 euros abonados de más a la entidad, por no fiscalizar la Administración insular las plazas reales ocupadas, parte de una raíz “absolutamente errónea”. Según el convenio vigente desde el 2008, la Institución grancanaria financia de forma anual a las ONG según el número de plazas que tengan adjudicadas, ya se encuentren éstas ocupadas o no, algo que sí se tenía en cuenta anteriormente.

El presidente de la Fundación insiste en que el sistema es deficitario y señala que en el 2009 el balance total de la entidad reflejó pérdidas de 197.000 euros, provenientes de todos sus servicios y centros, como los de discapacitados, menores y geriátricos. Una cifra que en 2010 continuó siendo negativa, y se situó en los 329.000 euros. Valdivieso dice suplir ese déficit con los beneficios de su empresa, Aeromédica Canaria, de la que es el único socio.

Por otro lado, desmiente el “caos contable” en sus centros de menores y manifiesta que la conclusión de la auditoría de 2009 de pagar en función de la ocupación “no es viable”. En todo caso, precisa que habría que pagar en función de las plazas reales ocupadas y de las reservadas. “Evidentemente el hecho de que esté el niño o no en el centro, es algo que depende del propio Cabildo”, puntualiza.

Al respecto, explica que los mencionados 52 euros, que ascienden a los 78 en instalaciones donde la conflictividad es mayor o de Acogida de Menores Extranjeros (CAME), cubren a su vez los gastos estructurales, como las ratios de personal fijadas por ley, el alquiler de la vivienda, la ropa, comida e, incluso, necesidades como un dentista o unas gafas nuevas. “Se pueden atender con los 52 euros, pero eso significa que su ropa sea de Cáritas y la comida del banco de alimentos. Nada de paga semanal, ni de regalos de cumpleaños y con condiciones de habitabilidad mínimas”, apostilla.

Personal fijo

En este punto, el Director del Área del Menor y la Mujer de la Fundación, Jesús Trujillo, cuestiona el gasto por plaza registrado en los centros públicos y denuncia que el destinado a las ONG grancanarias es el menor del Archipiélago, llegando a ascender en Tenerife a los 87 euros. Para Trujillo, el problema a solucionar pasa por la mejora de la financiación del servicio y hace hincapié en que “no es que se esté pagando de más, se paga poco por cada plaza en comparación con lo que se invierte en el resto de Islas”.

Valdivieso explica que, por Ley, un centro normalizado de 10 plazas necesita de al menos cinco personas que cubran un puesto de cuidador durante las 24 horas, además de trabajadores sociales, psicólogos y educadores, cuyo número se mantiene fijo y no varía si el número de menores que pernoctan en el centro desciende temporalmente.

Como ejemplo, señala que “no puedo echar a un trabajador que lleva años en plantilla y darle su consiguiente indemnización por despido improcedente porque descienda el número de niños y que resulte que al día siguiente el Cabildo me ponga cinco niños más que acaben de llegar en patera y tenga que volver a contratarle para cubrir el mínimo de personal” y precisa que la Fundación cuenta con unos 100 empleados destinados a centros de menores.

Cambio de convenio

Trujillo recuerda que en los convenios anteriores a 2008 se utilizaba una forma de pago distinta, en la que se abonaba el 100% de la plaza ocupada si el menor se encontraba en el centro, y el 80% si pernoctaba fuera. Un sistema que se cambió al ser deficitario para las entidades no lucrativas al no llegar cubrir los servicios necesarios. “La única forma de compensar esto era que desapareciera el concepto dieta niño-día”, añade.

Otro de los aspectos del antiguo contrato que se modificó se centraba en las necesidades especiales de los menores, como el material escolar o un logopeda, que antes aportaba el Cabildo y en la actualidad “con el cambio nos pagan el 100% de la plaza, pero a cambio nos buscamos la vida para que el niño tenga sus necesidades cubiertas”. Una forma de simplificar y ahorrar tiempo en los procedimientos, afirma Trujillo, que añade que “contamos con la voluntariedad de especialistas que nos rebajan los precios”.

El descenso en la llegada de cayucos registrado en los últimos años, ha hecho que tanto el Cabildo como la Fundación hayan determinado el cierre de varios de sus centros CAME, como ejecutado la semana pasada en el ubicado en San Mateo.

Valdivieso lamenta que se le acuse de “cobrar de más”, y asegura haber impulsado la Fundación Canaria Sociosanitaria por “vocación y humanidad”. En el área de menores, asegura haber estado en contacto con la juventud desde siempre y aún más en una época de crisis económica en la que “alguien tiene que atender a nuestros niños en situación de desamparo”.

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