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Doreste: “Poco a poco, Podemos ha ido desmontando el miedo empresarial”

Macame Mesa

Las Palmas de Gran Canaria —

El primer teniente de alcalde y concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Javier Doreste, ironiza con que “hay que agradecer que el mar no se haya abierto y nos haya tragado” un año después de que una candidatura municipal nacida de una confluencia integrada por Podemos, comenzara a gobernar en la capital tras sellar un acuerdo con el Partido Socialista (PSOE) y Nueva Canarias (NC).

Doreste afirma que, desde que comenzó el mandato, ha aplicado un urbanismo social en el que los concursos públicos tienen en cuenta los derechos sociales y laborales de los trabajadores, mientras que las concesiones basadas en el “amiguismo” se han terminado. “Si acabamos con el capitalismo de amiguetes y decimos que las reglas del juego son las mismas para todos, la competitividad famosa aumenta y la eficacia económica también”, sostiene.

Al respecto, precisa que “lo que queremos es que la oficina funcione regladita y clarita para todo el mundo y eso se nota. Es posible que al principio haya habido un cierto temor, pero poco a poco hemos ido desmontando ese miedo empresarial”.

El concejal ha hablado con Canarias Ahora de los distintos proyectos puestos en marcha en la ciudad, como Vegueta-Triana; la posible diversificación del Campo de Golf de La Minilla; o la negociación con los dueños del antiguo cine Guanarteme, para “permutárselo por suelo religioso y recuperar ese espacio para ciudad y que el barrio tenga un centro cívico cultural”, entre otros.

Además de abordar asuntos que han tenido repercusión durante el presente año, como la problemática de la empresa mixta de aguas Emalsa, la construcción de una nueva mezquita en el municipio, o la recuperación del Castillo de San Francisco por parte del Ejército. Sobre este último punto, considera más factible que la ciudad recupere el área denominada Canarias 50, ubicada en La Isleta, que la Base Naval.

Ha pasado un año desde que una candidatura de confluencia en la que participaba Podemos llegó al gobierno de Las Palmas de Gran Canaria y todavía no se ven banderas de Venezuela por la ciudad, ¿cómo es posible?

De entrada lo que hay que agradecer es que el mar no se haya abierto y nos haya tragado. Pese a que así lo vaticinaban algunos y siguen vaticinándolo, la ciudad no se ha hundido todavía. No es porque hayamos llegado nosotros, pero algo tendrá que ver en que la actividad se haya multiplicado. Cuando llegamos había una media de unas 600 solicitudes de licencia al año y ya vamos casi por las 1.600.

No es que estemos nosotros, sino que también se multiplica la actividad económica en la ciudad. Lo bueno es que Podemos no la ha impedido. Pese a lo que algunos decían, que Podemos esté en el Gobierno no impide que se desarrolle la actividad económica o empresarial normal y corriente.

¿Cuál fue la reacción que vio en los empresarios cuando accedió al cargo, ha evolucionado de alguna manera?

Había una prevención que continúa en algunos sectores del empresariado. Al principio hubo una visión negativa, que se ha ido reacomodando a medida que hemos hablado con ellos y les hemos dicho que el objetivo principal de este gobierno municipal es continuar o impulsar la reactivación económica de la ciudad, protegiendo los derechos sociales y laborales de los trabajadores. Lo que hemos dicho también es que si acabamos con el capitalismo de amiguetes y decimos que las reglas del juego son las mismas para todos, la competitividad famosa aumenta y la eficacia económica también. Más vale tener unas reglas del juego claras con las que competir en el mercado, que no tener que depender de la corrupción y de los amigos para poder hacer negocios.

Por lo tanto, ha habido una parte que se ha sentido desplazada y otra que estaba fuera ha entrado.

Sí, un ejemplo lo tenemos en el concurso de servicio de atención a domicilio que convocó el Ayuntamiento, que pasó de seis a ocho millones de euros. Al anterior concurso solamente se presentaron dos empresas, mientras que a éste lo hacen ocho, porque las reglas del juego están claras. Los empresarios saben que se van a dar de manera objetiva, sin atender solo a criterios económicos, sino por protección de los derechos sociales y de las reglas económicas también, pero sin atender a amistades. Una comisión técnica los va a valorar y no va a haber interferencias con los políticos. Eso garantiza a los empresarios que - aunque ganen menos, porque el Ayuntamiento les exige que paguen mejor a sus trabajadores - lo ganarán más limpio y mucho mejor.

¿Ha podido comprobar que se han entregado licencias por amiguismos o ha denunciado alguna?amiguismos

No hemos visto ninguna, creo que porque al saber que está Podemos, los empresarios ni se atreven a venir a tocar esa puerta.

¿Y de los que se mantienen vigentes desde antes de que comenzara este mandato?

Es posible, porque sí hemos recibido quejas que dicen “yo pedí la licencia en tal año y no me la dieron y, sin embargo, a fulano, que la pidió después, sí que se la dieron”. No nos hemos metido a investigarlo, hemos pasado olímpicamente. Seguimos diciendo que “las nueces de antaño, son hogaño tierra negra” (esto no es mío, es de Kipling). Lo que queremos es que la oficina funcione regladita y clarita para todo el mundo y eso se nota. Es posible que al principio haya habido un cierto temor, pero poco a poco hemos ido desmontando ese miedo empresarial.

Si para un ciudadano de a pie aparentemente todo sigue igual, ¿qué es lo que ha cambiado durante este año?

Es normal que todo siga igual, porque la crisis sigue siendo la misma e incluso más dura, para los de abajo. No olvidemos que todavía sufrimos las consecuencias de la reforma laboral, que la subida de los sueldos por el Gobierno de Rajoy ha sido de un 1% y eso es una burla a la ciudadanía. Las pensiones siguen virtualmente congeladas, la ley de los desahucios continúa y el Ayuntamiento no puede llegar a todas partes ni hacer todo lo que quiere. En primer lugar, porque tiene que respetar la legalidad que es, como decimos nosotros, la del enemigo. Gobernamos, gestionamos, con las leyes del enemigo: la reforma laboral, la ley mordaza, la ley que protege a los bancos frente a los desahuciados... Además, tenemos que hacerlo con la ley del techo de gasto, con la de la administración local y de la estabilidad financiera. No nos queda más remedio, porque sino conculcaríamos la ley, entraríamos en un proceso de prevaricación y la cosa iría mal. Esperemos que en un futuro cercano, ahora que estamos cerca de las Elecciones Generales, logremos que esas leyes se cambien a nivel del Estado.

¿Qué hemos cambiado nosotros? La cercanía, yo no sé cuántos barrios hemos visitado. Escuchar muchísimo más a la gente e ir recogiendo sus reivindicaciones en el área de Urbanismo, hacer el listado de todas las obras que se tienen que hacer en la ciudad y buscar el dinero para llevarlas a cabo. Cuando llegamos, pedimos que se hiciera un proyecto de obra para la ciudad a demanda de los barrios y otros a demanda de la ciudad, porque tienes que combinar el interés particular con el general. Hemos sacado 5,2 millones en el plan de cooperación del Cabildo y a día de hoy volvemos a tener 20 millones de euros en proyectos para la ciudad. Una vez entran, redactamos nuevos proyectos, porque las necesidades son muchas. No olvidemos que han pasado cuatro años de cardonato sin que se invierta en la ciudad y eso trae consecuencias. Si tu tienes un coche y no inviertes en su mantenimiento durante cuatro años, lo tienes hecho un asco.

¿Esas actuaciones se engloban en el Plan de Barrios que ustedes proponían?

Sí. A parte del especulativo, hay dos tipos de formas de hacer urbanismo que diríamos “social”. Tu puedes hacer un urbanismo social desde el punto de vista del despotismo ilustrado, como las actuaciones en los polígonos o en los barrios, cuando se construyeron las viviendas del Patronato o las grandes barriadas en Schaman y Escaleritas. Se hicieron para el pueblo, pero sin contar con él para nada, a parte de que la dictadura lo impidiera. Además del plan de barrios que comenzó en las palmas cuando se inició la democracia, en la que hubo poca participación ciudadana, que se llevó a cabo a través de algunas asociaciones de vecinos. Existe otro tipo de urbanismo social, que es el que haces caminando con la gente, yendo a los barrios, oyendo a la asociación de vecinos y a la junta de distrito. No solo en esos actos reglados, sino también en asambleas o en simples reuniones con colectivos, donde ellos te van planteando sus demandas y necesidades y tu se las vas encargando a los técnicos.

Un ejemplo es lo que hemos hecho en Divina Pastora, que es un proceso de participación ciudadana. Visitamos el barrio a petición de los vecinos, vimos los problemas que tenían y enviamos un técnico por nuestra cuenta para que valorara el barrio. Hizo un proyecto que pasamos a los vecinos, para que ellos nos lo devolvieran con sus ideas. Les enviamos el proyecto reformado y al final hicimos reuniones con la asociación y los presidentes de comunidades de vecinos. Ya salió a concurso y me imagino que esta semana podremos adjudicarlo y hacer esa reforma de accesibilidad en el barrio. Digamos que esa es nuestra forma de hacer urbanismo en la ciudad. A parte de las grandes obras faraónicas, que son necesarias - como proyectos como el Guiniguada, para recuperar otros valores de la ciudad - digamos que el urbanismo de cercanía y social tiene que salir de ahí, de sentarte con los vecinos, escucharlos y a partir de ahí empezar.

¿Cree que LPGC Puede ha conseguido ese objetivo de participación que se había propuesto desde un principio?

Es muy difícil cumplir en un año objetivos de ese tipo. Lo estamos cumpliendo, hemos revitalizado las juntas de distrito y reformado ligeramente su reglamento, porque la ley te lo impide. Hemos conseguido que en las juntas de distrito se dé la palabra directamente a los vecinos, no como antes que tenían que pedirla con días de antelación y decir de qué iban hablar. Ahora hay un momento en que cualquier vecino se levanta y puede dar su opinión de lo que se está discutiendo o proponer un nuevo tema para abrir un debate. Lo hemos vivido, por ejemplo, en la junta de distrito de Tamaraceite que vice-presido, puedes ver cómo un vecino le contesta al vocal de uno de los partidos políticos y eso es bueno. De ahí recogemos muchísimas ideas de pequeñas obras que tenemos que hacer en los barrios.

Otra parte está en el estilo de participación de visitar y visitar y visitar los barrios y de caminarlos. No se trata solo de la recepción oficial o de la foto que sale en el periódico de los concejales con dos o tres dirigentes vecinales, se trata de caminar el barrio. Subir y bajar las escaleras del Risco, recorrer los callejones de San Juan, es ir a San José y San Nicolás, entrar en las viviendas del Patronato de Tamaraceite o Las Rehoyas. Es también recoger eso de la gente, ir ordenándolo y devolvérselo en discusión.

De los proyectos que proponían, ¿cuáles van a quedar en el tintero? Por ejemplo, hablaban de techos verdes en edificios como lugares de esparcimiento o de la recuperación de plantas depuradoras paralizadas.

La planta de Tamaraceite ya se ha recuperado, ahora falta ponerla en marcha. Se tuvo que recuperar, porque sino pasaba el periodo de garantía y los problemas no te los iba a solucionar la empresa, por eso lo hicimos, aún sabiendo las deficiencias que tenía. En cuanto a las fachadas y techos verdes, Las Palmas de Gran Canaria tiene un problema. No vamos a renunciar al objetivo de la terraza verde, pero la fachada es mucho más complicada para la ciudad. Se trata de una solución urbanística que se hace en Europa del norte o central, zonas en las que hay un régimen de lluvias constante a lo largo del año. Es decir, con poco coste puedes mantener una fachada verde, pero eso te crearía un segundo problema: los fríos de la Europa del norte eliminan la posibilidad de las sabandijas. Con el clima que tenemos en Canarias, una fachada verde nos mantendría en la lucha constante contra esa pequeña fauna, por lo tanto lo hemos descartado.

¿En qué punto se encuentra el proyecto Vegueta-Triana?

Cuando llegamos nos dijeron que no lo íbamos a sacar y lo hemos hecho después de darle una vuelta. Hemos presionado para que vaya por un camino de dinamización económica o, como lo llamamos nosotros, de preservación activa del patrimonio histórico de la ciudad. Eso era fundamental para nosotros, que esa zona - que ya había perdido el 25% de su población - no se convirtiera en un museo o en una zona muerta. El viernes acudió la Comisión de Patrimonio para su aprobación definitiva y de ahí lo pasamos al pleno de este mes. Mientras dura ese proceso, seguimos manteniendo reuniones constantes con los sectores implicados. La hemos tenido con la asociación de restauración de Vegueta, con la asociación de comerciantes de Triana, se la hemos pedido a Depaca, que ha dicho que cuando vuelvan de un viaje nos reuniremos. No cejamos en difundirlo, discutirlo y recoger lo que la gente nos diga, para ver si ya a finales de 2016 se puede aprobar definitavente y entre enero y febrero de 2017 – ese sería nuestro objetivo – esté ya ese instrumento para la regeneración económica y residencial de Triana-Vegueta.

Otro de los problemas que se encontraron al llegar radica en el Campo de Golf de La Minilla, ¿ya se sabe a qué se va a dedicar?

No, al campo de golf por ahora. Hemos barajado propuestas, somos defensores de lo publico y no podemos mantenerlo como tal. Tenemos que elaborar un proyecto y sacarlo a concurso para que alguien lo asuma. Hay ideas y se puede hacer.

El Ayuntamiento esperaba por una auditoría.

Hemos hecho un informe sobre qué nos costaría convertirlo en un parque urbano y el problema es el coste del mantenimiento, que sería superior a los 500.000 euros al años. Era una de las ideas que más manejábamos, quizá haya que plantearlo como centro de deporte no solo de golf, sino con algún complemento más y sacarlo a concurso de esa manera, porque no tenemos dinero para afrontarlo en este momento.

Lo que sí que se va a afrontar en breve es el acondicionamiento del paseo de Las Canteras.

Sí, al fin. Hay que decir que no existía proyecto técnico, lo encargamos cuando llegamos al Gobierno. Dicho proyecto nos entró en diciembre, tuvimos que negociar con el Cabildo para que el gasto nos los dejara como plurianual, porque sino íbamos a tener problemas, pero sí se ha aprobado y lo pondremos en marcha ya.

¿Y cómo evolucionará el istmo de Santa Catalina?

Nos encontramos con que la famosa pasarela del acuario no existía, era solo un dibujo. No había proyecto técnico ni estudio geotécnico. Estás en el istmo, tienes que asegurarte de que eso no se va a caer. Lo hemos encargado nosotros. No sabemos lo que nos va a salir, pero sí que existía esa idea de una pasarela y solo había un dibujito. En el Parque Marítimo, que va desde el Centro Comercial El Muelle hasta la Base Naval, solamente estaba lo que se ejecutaba. No había proyecto para el resto del parque. Estamos redactando esos proyectos y dándoles una vuelta, porque en nuestra opinión contaban con un mal concepto: planeaban una piscina al lado del mar. A nosotros nos llamó la atención, porque si haces ese tipo de obras es para conducir al turista desde la terminal de cruceros a las zonas comerciales. Si le pongo una piscina, le estoy poniendo al turista un obstáculo que le impide llegar a la zona comercial y tengo que pensar que ese visitante de cruceros solo está una media 18 a 19 horas en la ciudad, de las cuales 8 o 9 se las va a pasar durmiendo. En las horas de actividad yo no puedo ponerle un obstáculo que le impida ver mi ciudad. Hemos rediseñado el asunto para que los flujos de turistas vayan desde la terminal de cruceros hacia Luis Morote, pasando por el Parque de Santa Catalina y la playa de Las Canteras, mientras que otra opción es que vaya por Fernando Guanarteme, la Base Naval y Mesa y López. Pero no puedes poner un obstáculo, como sería una piscina, que haría que la gente se mantuviera allí. A parte de que el costo de mantenimiento de esa piscina te obligaría a privatizarla, con lo cual ya no tendría una función pública. Eso se está redactando.

¿Qué más obras se llevarán a cabo a corto plazo?

Tenemos obras en Tamaraceite, que ya las vamos a desbloquear, porque tenemos la financiación de 83 viviendas en una primera fase y queremos construir 37 más. Tenemos también todo el tema del corredor verde de Tamaraceite, que arrancaría desde más o menos desde detrás de la rotonda de Lomo de los Frailes y llegaría a la Cruz del Ovejero; el Parque que está por debajo también está proyectado. Tenemos el Barranco del Guiniguada también; el proyecto de los cinco miradores, que se está proyectando; a parte de todas esas redacciones que comenté que hace el servicio, que llevamos ya otra vez 20 millones de euros y que seguro que mañana tendremos 25 millones de euros de proyectos redactados para la ciudad. Por ejemplo, el proyecto de accesibilidad de El Lasso, donde habrás visto las pendientes, la no existencia de aceras, el exceso de escaleras y la falta de aparcamiento que aisla a la gente de la zona del resto de la ciudad. Estamos redactando con los vecinos de El Lasso un proyecto general de accesibilidad y cuando terminemos con este, empezaremos con otro en la urbanización de Los Ruiseñores de Ciudad Alta, no vamos a dejar de hacer proyectos.

Hablando de proyectos de rehabilitación, también se ha anunciado el de Escaleritas, que se ha elevado al pleno por la vía de urgencia. En varias ocasiones ha dado la impresión de que Urbanismo ha actuado a marchas forzadas, como ocurrió con los plazos de las obras de Tafira.

El normal, esto es una ciudad de 400.000 habitantes y a veces hay que ir a tocateja, por más que planifiques e intentes hacer las cosas lo más regladas y planificadas posible. Por ejemplo, en Tafira sacamos el concurso y se nos planteó que los vecinos querían modificarlo. Pedían que les renováramos las redes de abasto y que incluyéremos las canalizaciones subterráneas para poder trasladar las líneas eléctricas y de telefonía.

Y también plantearon quitar los árboles de la carretera.

Sí, también el tema del arboricidio, pero vamos, ese es otro asunto. Todo eso retrasó la ejecución del proyecto que se ha hecho que el lunes ya quedaba abierto al tráfico. Y en cuanto a Escaleritas, es un convenio del año 2008 suspendido por el Gobierno anterior, que no hizo nada por ese proyecto durante cuatro años. Nosotros llegamos y lo primero que pedimos fue una reunión con la Consejería del Gobierno autónomo, reactivamos el proyecto y cuando estábamos armando el expediente le entraron prisas al Ejecutivo regional por firmar. Tuvimos que firmar el acuerdo no como tiene que ser, es decir, primero llevándolo a pleno, sino al revés. Son los problemas burocráticos normales, pero la pregunta es, ¿qué hubiera pasado si no lo hubiéramos hecho así? Hubiéramos perdido la subvención. ¿Quién asume la responsabilidad de perder casi dos millones de euros para restaurar los patios de Escaleritas, que se quedaron colgados durante cuatro años? Yo no, prefiero firmar y después ya buscaré la forma de, digamos, regularizarlo.

Uno de los temas que ha tenido repercusión ha sido el de la implantación de una mezquita en la ciudad. ¿Qué le parecieron algunas reacciones?

Hay de todo. Primero, no es una implantación, es una construcción. Segundo, aquí había un convenio, hay una comunidad de 23.000 ciudadanos de la capital de religión musulmana que tienen todo el derecho de tener su lugar de culto. El Ayuntamiento les quitó ese lugar para construir los túneles de Julio Luengo y había que devolvérselo. Ese convenio lo firmó el señor Soria y ni la señora Luzardo, ni Jerónimo Saavedra, ni don Juan José Cardona cumplieron su su deuda con los vecinos, por unos motivos u otros. Y fíjese que digo los vecinos, sin atender a su religión, porque lo son como otro cualquiera. Nosotros hemos cumplido el convenio, les entregamos 3.000 metros cuadrados en los que construirán su mezquita, un centro cívico religioso y un parque.

¿Las reacciones? Ha habido de todo tipo. Hay una minoría xenófoba que roza el odio religioso y lo hemos denunciado ante la Fiscalía y hay una inmensa mayoría que nos ayudó y nos alertó de esas pintadas. Creo que los creyentes musulmanes tienen el mismo derecho y te lo dice un ateo. Quizás por eso lo puedo mirar desde mayor perspectiva: como soy ateo, cada uno que haga lo que quiera con su religión. En este momento estamos negociando con la comunidad evangelista, con los dueños del cine Guanarteme, para permutárselo por suelo religioso y recuperar ese espacio para ciudad y que el barrio tenga un centro cívico cultural. Nadie va a escandalizarse por eso. Además, estamos negociando con la Iglesia católica formas de apoyo o permutas para poder conseguir dos viviendas históricas que existen en el barrio de Vegueta, la casa del Arco en Mendizabal y la que hace esquina en la calle Herrería con La Pelota.

Quizás haya gente que malinterprete religión con terrorismo.

Quizás habría que decírselo a los ciudadanos de Bagdag, cuando entraron las tropas de Estados Unidos. Creo que a ellos también habría que preguntarles qué es lo que entienden por terrorismo. O a los kurdos de Cobán, que luchan contra el Estado Turco y que han sido sus milicianas la única fuerza que ha derrotado al Estado Islámico. Antes de que todo el mundo empezara a hablar del Estado Islámico, ellos ya lo habían derrotado en su terreno y la OTAN les ha pagado bombardeándolos por medio de la aviación turca. El terrorismo también lo ha llevado occidente, entonces, yo no quisiera que eso se mezclara y me parece un tremendo error por parte de algunos querer mezclarlo. Es como vincular el evangelio a la matanza de San Juan de Acre en la época de las cruzadas, en las que los cruzados comieron niños musulmanes, literalmente. Lean el libro de las cruzadas vistas por los árabes y el reportaje histórico al respecto de Manuel Leguineche.

¿De qué sirve una visita de la alcaldesa de San Antonio de Texas?

Esta ciudad está hermanada desde hace unos 40 años con la San Antonio de Texas, que fue fundada por canarios. Hubo canarios en el Álamo luchando por la incorporación de Texas a Estados Unidos, aunque eso no sé si fue bueno o malo [risas]. Refuerza los lazos de cara a la industria turística con la tercera ciudad de Texas, se trata una de las más grandes de Estados Unidos en población y recibe 26 millones de turistas al año. Refuerza el que podamos traer turistas a Canarias y conocer sus raíces.

¿Y de qué manera se ha reforzado?

Ha estado 40 años abandonada y se ha reforzado, pero sobretodo hay que pensar en que esto es una iniciativa del Cabildo. San Antonio de Texas cumple los 300 años de su fundación y ahora es cuando las dos Cámaras de Comercio y Turismo se ponen en marcha para reforzar los lazos de ese intercambio cultural. Esto empezó muchísimo tiempo atrás, desde el Cabildo. Recuerdo estar hablando con la gente de la Casa de Colón de este tipo de proyectos, vincular a la Universidad de San Antonio de Texas y abrir lazos con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, para eso están las instituciones. Es meramente protocolario por un lado y lo que queda después deben ser ese tipo de relaciones multilaterales que en este momento dependen más del Cabildo que de nosotros.

Emalsa rescindió el contrato con Sercanarias, ¿cómo ha evolucionado el concurso?

Nos hemos encontrado que el señor Soria, en el caso concreto de Sercanarias, le había entregado a Emalsa un contrato sin especificar qué obligaciones tenía la entidad y cuáles tenía el Ayuntamiento y cómo éste iba a controlar la gestión de la empresa aguas en el caso del saneamiento. Simplemente decía que pagaríamos lo que, hoy en día al cambio, serían cuatro millones y medio de euros al año, hiciera lo que hiciera Emalsa. Es decir, hiciera más de esos millones o menos. No había lo que se llama el contrato-programa.

Hemos suspendido la relación con Sercanarias, que la tiene prorrogada en este momento por Emalsa y estamos elaborando un nuevo contrato-programa con nuestros técnicos, a raíz de las directrices de la auditoría de KPMG que contrató el PP. Después no le gustó el resultado de la auditoría al PP, pero eso es otra historia. Nosotros tenemos esa auditoría, que ha costado un pastón y que encargó el señor Cardona. Siguiendo sus recomendaciones, se está elaborando por parte de los técnicos del Ayuntamiento un nuevo contrato-programa que defina qué servicios tiene que prestar en saneamiento Emalsa, cómo los va a controlar el Ayuntamiento; con qué medios tiene que prestarlo Emalsa, cómo va controlar el Ayuntamiento esos medios y cómo pagaremos. Una vez se redacte ese contrato programa, se firmará y saldrá a concurso por parte de Emalsa el mantenimiento de la red de abasto de la ciudad.

¿Esta auditoría resulta más fiable que los informes del exinterventor Rafael Bolívar que el Consejo de Administración de la empresa mixta de aguas acordó demandar?

Al final creo que no lo han denunciado, anunciaron la querella y no sé si la han llegado a hacer efectiva. Es lo de menos, creo que Bolívar es un honesto funcionario público - que contó con todo mi apoyo a lo largo de todo el proceso - que se vio en una situación de desaire muy grande, porque Cardona lo mandó a pescar una ballena con un alfiler. Tu no puedes nombrar como interventor a una persona sin darle los poderes. En sus informes, que se han hecho públicos, de lo que se queja el funcionario es de la falta de apoyo político para que él pueda llevar a cabo su labor de intervención.

¿Entonces, por qué los miembros del Ayuntamiento en el Consejo de Administración se abstuvieron y no votaron en contra de que se le demandara?

Para mí fue un error que cometí, yo tenía que haber votado en contra. De todas maneras era una batalla perdida, nosotros no tenemos la mayoría en el Consejo para ello. No me importa reconocerlo, aunque levante ampollas. Hay también que tener en cuenta que aquí ha habido ya unos informes y contrainformes encargados por el Ayuntamiento, por Bolívar, que al final no entiendes por qué se valoran o no y no sabes cuál es el papel exacto que está jugando cada uno. Entonces, nosotros miramos hacia adelante y para eso necesitamos un contrato-programa que defina las obligaciones de cada quién y la forma de control. Eso es lo principal para nosotros garantizando siempre tres cosas: la calidad del servicio, los puestos de trabajo y el precio, que sea justo para los ciudadanos respecto al agua que consumen.

¿Ha encontrado alguna dificultad para saber lo que ocurre en Emalsa?

No, tenemos muy buena relación con el Comité de Empresa.

¿Usted está al día de todo lo que sucede en la empresa?

Al día no, eso es imposible, porque tendría que estar llamando todos los días y yo estoy centrado en otros temas de Urbanismo. Pero cuando hemos pedido un informe nos lo han dado automáticamente. Por ejemplo, desde Urbanismo hemos pedido informes sobre las zonas de Reina Mercedes, el Estanque de las tormentas y la galería de servicio de Luis Doreste Silva. Emalsa ha sido transparente y nos ha dado toda la documentación.

Asuntos como la reciente huelga en Sagulpa o una reciente sentencia que exige más transparencia respecto a la RPT, están relacionadas con áreas que manejan sus socios, pero que al final repercuten en todo el gobierno municipal, ¿cómo se llevan estas situaciones?

La primera sentencia que salió de la RPT, por ejemplo, nos negamos a recurrirla y en eso nos siguieron también nuestros socios. Lo teníamos claro los tres. Se ha hablado con los sindicatos y ha sido una negociación discutida, primero en el tripartiro, y después transmitida por el concejal del área, Mario Regidor, que hay que reconocer que está haciendo un trabajo magnífico. El tema de Sagulpa se ha solucionado.

Claro que en todos los temas estamos afectados y en algunos hasta intervenimos y nos sentamos con el concejal de turno. Hay muy buena relación en el tripartito, hasta estos momentos no hemos tenido, digamos, un desencuentro. Hemos tenido puntos de vista diferentes, pero siempre hemos buscado el consenso y el acuerdo y la verdad es que está funcionando muy bien. No olvidemos que somos tres partidos distintos, si no tuviésemos divergencias estaríamos mintiéndole a la gente. Claro que podemos discutir algunas cosas, las discutimos internamente, en el tripartito o en la junta de Gobierno, pero una vez se toma la decisión, esto es como los tres mosqueteros, todos a una, como Fuente Ovejuna.

¿Basándose en su experiencia, qué cambiaría o mejorará en lo que le queda de mandato?

Ahora queremos abrir un proceso de discusión sobre urbanismo social. Creemos que una vez superada esta estapa, digamos, más técnica hay que abrir el proceso de cómo cosemos o suturamos la fractura, no tanto entre la ciudad alta y la baja - que eso se está cosiendo – sino con el Cono Sur (La Vega de San José, Hoya de La Plata, Zárate, El Lasso, Tres Palmas). Cómo conseguimos incorporar esos barrios plenamente en la ciudad; cómo conseguimos terminar la renovación de las viviendas del Patronato en Tamaraceite; cómo dotamos esa área nueva que se está creando en Tamaraceite de servicios culturales y sociales (un solo centro de salud tiene 57.000 habitantes); cómo renovamos el Patronato de las Rehoyas, que son 2.500 viviendas y que no tenemos el dinero. Hemos abierto un proceso de discusión con los vecinos para ver si hay algunos que estarían dispuestos a irse o no.

Ese sería el camino que queremos seguir. Seguir insistiendo en la idea del urbanismo social, sin abandonar la obra simbólica o monumental que a lo mejor es importante para la ciudad como -una palabra muy cursi- “atractor”. Ese tipo de qué es el urbanismo social; qué pretendemos; si es sólo la construcción de viviendas baratas para la gente; si deben ser viviendas con servicios; con accesibilidad; cómo recuperamos los barrios históricos populares (no estamos hablando de Vegueta-Triana, sino de San Juan, San José, El Risco de San Nicolás); cómo les damos calidad de vida y dignidad a las personas que viven allí y los incorporamos a la vida de la ciudad; por qué la inversión pública, la cultural y social es siempre en la parte baja y noble de la ciudad (Vegueta- Triana- Ciudad del Mar).

¿Cómo van a conseguir hacer eso en tres años?

Bueno, vamos a gobernar muchos más. Hemos llegado aquí con vocación de mayoría absoluta, más allá del tripartito. Pero podemos abrir la discusión e ir consensuándolo con la sociedad civil. Por cierto, nos llevamos muy bien con los militares y hemos conseguido que nos den algunas posesiones como la del Castillo de San Francisco.

¿Y también va a recuperar la ciudad la Base Naval?

Yo antes de la Base Naval, me parece más factible el Canarias 50 en la parte de La Isleta, porque la necesitamos urgentemente para abrir un espacio libre en el barrio que, si se mira desde el aire es un espacio muy colmatado, lleno de gente y con mucha edificación. Necesita esa área para crear un parque y un espacio libre.

Alrededor del Castillo de San Francisco ya está dada una parte, nos darán otra y el regimiento Canarias 50 también, no creo que haya problemas ahí. Toda vez que haya un secretario de Estado o un ministro que lo firme. Todavía no lo hay, pero lo habrá.

¿Qué opinión le merece el movimiento Okupa?

Depende de lo que Okupen. Si se trata de viviendas que pertenecen a un banco o una inmobiliaria, pues bien. Pero si okupas la casa de una viuda que solamente tiene ese domicilio – me estoy poniendo en plan trágico y esto es demagógico y populista y lo reconozco – pero es que tenemos precisamente ese problema con muchos alquileres, muchos desahucios que están viniendo. Ha subido tremendamente el nivel de desahucios por impago de alquiler y muchísimas veces no se trata de una gran inmobiliaria, sino de una persona que lo que tiene es una pensión y un complemento de renta que le da ese alquiler. Cuando la okupación es pacífica no hay ningún problema, otro problema es cuando se convierte ya en violencia urbana.

Cuando usted coge el teléfono y se pregunta por Javier Doreste suele responder “lo que queda de él”. ¿Qué es lo que queda de Javier Doreste?

El lector, sigo leyendo. El tío de izquierdas, sigo siendo de izquierdas. Y lo que se ha ganado es en humildad y en reconocimiento de que hay que eliminar prejuicios en la gestión. Y el convencimiento de que tenemos los mejores técnicos en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Eso lo dijimos el primer día y que intentaríamos que todos los perfiles se ocuparan por técnicos. En mi área no hay nadie traído de fuera. Acabamos de nombrar una directora general y es una funcionaria de este Ayuntamiento.

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