Grupos escindidos de Vox ultiman el lanzamiento en mayo de España Suma para disputar el espacio de la derecha

El líder de Vox, Santiago Abascal (d), y la candidata del partido a la presidencia de Madrid, Rocío Monasterio, durante el acto celebrado en Vallecas

Toni Ferrera

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Grupos escindidos de Vox conformados por personas que se han dado de baja del partido tras su deriva “antidemocrática” ultiman el lanzamiento estatal de una nueva formación política que dispute el espacio de la derecha y la extrema derecha en España. El partido, según ha podido saber Canarias Ahora, se llamará finalmente España Suma, cuya marca ya fue registrada por el ex concejal por Vox de Sanlúcar de Barrameda Martínez Ayala, y será presentado después de las elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid. En un principio la idea era dar el salto al ruedo político el Dos de Mayo, la efeméride del levantamiento del pueblo de Madrid y después del resto de España contra la invasión napoleónica en 1808, pero la convocatoria electoral del 4 de mayo ha trastocado sus planes.

Asociaciones como España Habla, surgida a partir del sector crítico interno Vox Habla que disputó las últimas primarias a Santiago Abascal y denunció la falta de transparencia al respecto, Identitarios, TúPatria y la propia España Suma, que ha robado el nombre a la frustrada coalición electoral PP-Ciudadanos, planean una convención para configurar una alternativa política que se considera “sobre todo liberal” con “ribetes conservadores donde pueda serlo”, según han adelantado fuentes internas a esta redacción, quienes explican que el partido ya cuenta con representación en la mayoría de comunidades autónomas. Hasta hace escasas horas, se barajaron incluso otros nombres en torno a la idea “Liberal”, pero finalmente una mayoría se ha decantado por el ya registrado España Suma como marca del nuevo partido.

Vox ha perdido una masa importante de afiliados en los últimos meses motivada por la “ausencia de democracia interna” y las decisiones arbitrarias que se dictan desde Madrid, señalan estas fuentes. El partido ha pasado de abrir procesos electorales en cerca de 40 de las 52 circunscripciones (50 provincias y dos ciudades autónomas) hace seis años, a hacerlo solo en 19 en 2020. Y no porque Abascal haya decidido cortar lazos con estos comicios, sino porque solo se pueden celebrar en las regiones que cuenten con un mínimo de 500 militantes, una realidad que se ha ido diluyendo con el paso de los años. 

Estas elecciones, al igual que el proceso de primarias de marzo de 2020, fueron denunciadas por Carmelo González, líder del sector crítico de Vox y una de las figuras más relevantes de España Habla. “Allá donde no os ha gustado el resultado de las urnas, habéis reemplazado el voto de los afiliados por gestoras a vuestro gusto. Eso ha sucedido en la gran mayoría de España. (…) Presidente [Abascal], con tu conocimiento o sin él, has construido uno de los monstruos más abominables de la libertad: una dictadura intramuros, una apariencia de democracia y libertad que, en realidad, es el tan patrio palo y tente tieso. Y eso ni es Vox ni creo que seas tú”, escribió González en su carta de despedida el pasado mes de noviembre.

En este contexto, personas que se han marchado descontentas del partido de extrema derecha y han impulsado nuevos proyectos para disputarle su electorado se han puesto de acuerdo para constituir de manera oficiosa una agrupación política que pretende “darle un barniz al aspecto ideológico de Vox”, alejándose de sus “extremos más totalitarios”.

“Creemos en una sociedad más moderna. Consideramos que Vox, en la llamada violencia de género, tiene una postura que raya lo totalitario. Nosotros pensamos que la sociedad actual es distinta a la de hace 50 años y apostamos por la igualdad y la modernidad entre hombres y mujeres”, explican.

También hablan de una “vocación territorialista” puesto que la España de las autonomías, “a pesar de estar hipertrofiada”, es una “realidad”.  Eso sí, recalcan que la principal renovación llegaría en el funcionamiento interno, “fundamentalmente con transparencia”. 

Desde estos grupos escindidos de Vox recuerdan episodios dantescos que han provocado desafección entre los simpatizantes de la formación de extrema derecha. Como cuando se presentaron en Tenerife los llamados “hombres de negro” para invitar a destituir a Alejandro Gómez, presidente electo del comité ejecutivo provincial que no gustaba a las voces más autorizadas del partido por ser un tipo “gris y poco carismático”. O en Murcia, donde fueron expulsados tres de los cuatro diputados, entre ellos el abogado Juan José Liarte y la actual consejera de Educación en la Región, María Isabel Campuzano, después de que decidieran unilateralmente despedir a cuatro empleados a su cargo, además de quitar la titularidad de la cuenta de su grupo parlamentario a dirigentes nacionales. “La destrucción total de quien no se somete es seña de identidad de Vox”, ha dicho Liarte en una entrevista en El Correo de España.

Las fuentes consultadas confirman que están dialogando con miembros desencantados del Partido Popular (PP) y Ciudadanos (Cs) para engordar sus filas. También lo hicieron con los diputados expulsados de Vox en Murcia, pero estos consideran que con su entrada en el Gobierno autonómico “no es el momento”, y parecen más escorados a un acercamiento al propio PP. Una de las fuentes reconoce que hace dos meses, antes de que Cs se asomara al precipicio tras la hecatombe de la moción fallida en Murcia, esta opción no parecía viable. Pero ahora admiten que hay río revuelto donde pescar y conformar un nuevo partido de la derecha en España. “Nos gustaría volver a tener una opción de lo que fue Vox en su momento”, concluyen. 

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