El tapado de Lifeblood rebaja ahora 50 euros el coste de la sesión de hemodiálisis en Gran Canaria y Lanzarote

Javier Artiles, dueño de Avericum, y Guillermo Martinón, ex director general del Servicio Canario de Salud.

Alexis González

Las Palmas de Gran Canaria —

Los polvos del escándalo que supuso el denominado caso Lifeblood, un amaño en toda regla del concurso de adjudicación del servicio de hemodiálisis para los hospitales Doctor Negrín, de Gran Canaria, y José Molina Orosa, de Lanzarote, están empezando a dejar en el lodo al nuevo concurso que la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, tras anular en 2011 el anterior, ha vuelto a adjudicar al hombre que movió los hilos desde la sombra, el abogado y exasesor de Sanidad en la etapa de gobierno del PP (2007-2010) Javier Artiles Camacho.

La opacidad de la oferta ganadora de este nuevo procedimiento para actualizar el servicio que se presta en el principal hospital de Gran Canaria y el de Lanzarote a los enfermos de riñón, denunciada en un recurso de reposición ante la administración autonómica por parte de la actual adjudicataria, Baxter, no ha impedido que se conozca, al menos, el precio con el que Avericum, la empresa de Javier Artiles Camacho, ha ganado a sus competidores: 121,96 euros cobrará el adjudicatario a las arcas públicas por cada sesión de hemodiálisis.

El dato, por sí solo, ya es llamativo para expertos del sector, quienes calculan que está muy por debajo de los costes reales del servicio, e inquieta por tanto la calidad adecuada que se vaya a prestar, pero si además se compara con la oferta que presentó hace tan solo cuatro años Lifeblood, la mercantil inexperta e insolvente ligada al mayor pelotazo urbanístico en Las Palmas de Gran Canaria durante la alcaldía del ahora ministro José Manuel Soria, la evidencia de que en algún momento se quiso exprimir a la administración pública es obvia: entonces Lifeblood ganó con 172, 63 euros por sesión, 50 euros más que lo que cobrará ahora Avericum, su alter ego.

La rebaja del coste de la sesión de hemodiálisis -los enfermos de riñón suelen tratarse un mínimo de tres veces por semana y en el Área Norte de Gran Canaria y Lanzarote hay en la actualidad unos 300 en el Doctor Negrín y otros 65 en el Molina Orosa- es prácticamente el único dato que se ha podido conocer de la oferta declarada secreta en casi su totalidad por Avericum, que propuso y ganó ese servicio en el Área Sur de Gran Canaria, pero 40 euros más caro.

En el centro concertado de Telde, gestionado por Avericum, hasta 2011 la sesión costaba 163, 29 euros, desglosados en 132,10 euros por la diálisis en sí, 8,87 euros de suplemento que se paga por el bicarbonato, y 22,32 euros por la membrana de alta permeabilidad, una de las partes fundamentales del tratamiento a los enfermos de riñón. El precio que cobró Avericum por la membrana fue hasta la salida del gobierno del PP el 100% de los pacientes, y desde el cambio en la Consejería de Sanidad, ese coste se le redujo a un 45%.

Ahora, según ha sabido Canarias Ahora de fuentes del sector, Avericum deja en sus 121,96 euros el coste de la diálisis y el suplemento de bicarbonato, y no añade cantidad alguna a la membrana de alta permeabilidad, como sí hicieron el resto de competidores dejando sus ofertas en torno a los 135 / 140 euros, el mínimo considerado para que el servicio ofertado garantice la rentabilidad necesaria en estas concesiones de funciones públicas a la empresa privada.

De la oferta de Avericum que ha elegido la Consejería de Sanidad para actualizar un servicio de hemodiálisis en el Área Norte necesitado de mejoras inmediatas diez años después de que se concediera el último concurso a Baxter, destaca también la intención declarada por parte del ganador del concurso de emplear a tres médicos más de los indicados en el pliego de condiciones, es decir, cuatro por cada cincuenta pacientes, un apuesta que para las fuentes consultadas sale de toda lógica, pero que deberá cumplir el adjudicatario al figurar por escrito.

El recurso presentado por Baxter, también por cuestiones eminentemente técnicas contra la segunda clasificada en el concurso, Fresenius, incide especialmente en la imposibilidad de acceder a la oferta para estudiar un posible recurso detallado, una “infracción del principio de transparencia” debido a una “inexplicable petición de confidencialidad por parte de la Mesa de Contratación”, que la recurrente deja deslizar como una estratagema preparada.

Al respecto, señala la actual adjudicataria en el recurso de reposición al que ha tenido este diario acceso, que el 12 de diciembre de 2013, una vez concluida la apertura del sobre 3, la Mesa invitó a los concursantes a exponer observaciones para señalar el carácter secreto de los documentos que se considerasen de los sobres 1, 2 y 3, una invitación extemporánea a posteriori lo que dio pie a Artiles Camacho a preguntar a la Mesa si se tendría acceso al contenido del informe relativo a las propuestas contenidas en el sobre 2. Antes de responder, la Mesa dio audiencia para que los licitadores manifestaran la confidencialidad, o no, de los documentos de ese sobre, y en escrito de 17 de enero, Avericum declaró confidencial absolutamente todo, excepto obviedades y el precio.

La mercantil representante de Baxter considera en su recurso que la actitud de la Mesa de Contratación causa indefensión a sus intereses –el resto de licitadores declaró confidencial solo pequeñas partes de su oferta, dado que el sector conoce al detalle las especificaciones técnicas del mercado en materia de hemodiálisis-, porque ni siquiera le ha permitido ver toda la oferta, ya como ganadora, de Avericum, para poder actuar, si así lo considera, contra ella.

La Mesa también declaró confidenciales los informes de los jefes de servicio de Nefrología de los cuatro grandes hospitales canarios, contenidos en ese sobre 2. Entre otras cuestiones, como haber incorporado datos en un sobre de manera anticipada que debían estar en otro posterior, es por lo que Baxter considera viciado de nulidad todo el procedimiento administrativo en este concurso.

El Servicio Canario de Salud de la Consejería de Sanidad ya ha recibido las correspondientes alegaciones contra el recurso de reposición de las licitadoras afectadas, y debe resolver, en un sentido u otro, para proseguir con la adjudicación del concurso y llevar a cabo la firma de manera definitiva, o reiniciar otro procedimiento cuatro años después de haber anulado el anterior.

Mientras tanto, los enfermos de riñón del Área Norte esperan por unas mejoras en sus tratamientos que, por el paso de los diez años transcurridos sin actualizar de manera correcta y legal el servicio por las irregularidades obvias del concurso de 2010 y los recursos a este otro, no se han podido aplicar en toda su dimensión porque no figuran en el pliego de condiciones de 2004, que es el que rige actualmente.

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