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Opinión - Un tercio de los españoles no entienden lo que leen. Por Rosa María Artal

''El nacionalismo no pega con la derecha''

Su lucha se centra en defender a ultranza los derechos del territorio canario y en acabar con las desigualdades sociales. Hace autocrítica, y pide a su formación que se defina “de una vez”. Está convencido de que los jóvenes son los únicos que pueden impulsar un cambio en esta sociedad “viciada”. Le gusta arbitrar partidos de fútbol y usa la guagua con frecuencia.

Es joven y tiene trabajo ¿Se considera afortunado?

Sí, por supuesto, me considero un privilegiado, y espero que poco a poco todos los jóvenes vayan consiguiendo empleo.

¿A qué hora se levanta?

A las siete de la mañana.

¿Cuándo nació su vocación por la cosa pública?

Desde muy pequeño. En clase fui muchas veces el delegado y también en la residencia universitaria, donde resolvía los problemas típicos de buscar a alguien para arreglar un termo u organizar un torneo de fútbol sala. Siempre me he interesado por la cosa pública, y por eso decidí entrar en un partido político.

¿Qué libro está leyendo?

Una familia feliz, de David Safier.

¿Ha tenido padrino en su carrera política? padrino

No. Mis padres, que no son políticos, han sido mis padrinos morales. Me han apoyado en todo lo que he emprendido, y siempre me han dicho que para adelante, que hiciera lo que me gustara, y a mí lo que me gusta es ayudar a la gente.

¿Cuáles fueron sus últimas vacaciones?

Una semana que pasé en la costa italiana en agosto del pasado año.

¿A qué político le gustaría parecerse?

No quiero parecerme a ningún político, quiero ser yo mismo. La grandeza de una persona en la prestación del servicio público está en ser fiel a sí misma. Pero sí admiro a muchísimos gestores de la cosa pública, como los de la época de la Transición, que han dado su vida por la política y que han abandonado incluso la familia y los amigos para ponerse al servicio de la sociedad.

¿Cuánto tiempo dedica a las redes sociales?

No mucho. Pero hoy en día eso es una obligación, yo lo hago para estar en contacto con algunos amigos que hace tiempo que no veo y, como político, para hacer llegar a la gente mis mensajes. Pero entre el trabajo, los plenos, las comisiones y el cargo orgánico en el partido, no puedo dedicarle mucho tiempo.

¿Por qué el nacionalismo es la mejor opción política?

Yo, desde que estaba en Sevilla estudiando, decía que el nacionalismo, si no existiera, habría que inventarlo. Ojalá no tuviera que existir, porque eso significaría que estamos en un Estado en el que no hay desigualdades sociales y en el que se reconocen los derechos de los territorios. Pero las circunstancias nos obligan a defender el principio constitucional de 'trata igual a los iguales y desigual a los desiguales“. Hoy nos están dando más razones que nunca para ser nacionalistas, y creo que es el momento de que el nacionalismo tenga su propio criterio y se defina de una vez por todas. No nos hemos definido, somos nacionalistas y punto, ni de izquierda, ni de derecha, ni de centro. Y desde el nacionalismo se deben apoyar las políticas sociales, primar los servicios públicos básicos, pero siempre partiendo de la base de que en Canarias necesitamos más, porque en las islas no vivimos por una cuestión de romanticismo. Creo que, a veces, nos ha faltado discurso, hemos copiado del PP y del PSOE y nos hemos subido en aquel caballo que nos ha interesado, pero el nacionalismo, obligatoriamente, debe ser una opción progresista, porque si entiendes un modelo de Estado diferente al que existe, no eres conservador. Yo, personalmente, defiendo un modelo distinto, un modelo de Estado federal, porque el estado autonómico fue un invento que hicimos en la democracia para salir del paso y que nos ha durado treinta y pico de años. El nacionalismo lo veo una opción progresista, y con la derecha no pega, porque ésta defiende un Estado central. Pero cada uno dentro del partido se inclinará más por las políticas sociales, por subir los impuestos o por bajarlos.

¿Le gusta el fútbol?

Me gusta mucho. Fui árbitro, empecé con 14 años y estuve hasta los 21. En Sevilla arbitré dos años. Ahora mismo estoy también echando un cable en el Colegio de Árbitros, y algún domingo voy a informar algún partido.

¿Usted cree que a los jóvenes españoles les gusta la aventura de la emigración o se van del país porque no ven futuro?

Se van porque no hay futuro. La aventura de la emigración está muy bien, y es recomendable, incluso en muchos foros se aconseja, pero no es lo mismo que tu familia, porque tiene capacidad económica, te mande a una universidad de Houston o de Harvard a que te tengas que ir en busca de El Dorado como en épocas pasadas. Actualmente se emigra por necesidad. Los jóvenes se han dejado la piel intentando sacar una carrera que ahora no pueden ejercer, y en el ser humano es esencial desarrollar aquello para lo que te has formado.

¿Qué cena?

Muy poco, unas tostadas y un zumo.

¿Qué puede aportar la juventud en unos tiempos marcados por la corrupción y el desprestigio de la clase política?

Todo. La juventud en este momento tiene la llave para cambiar la sociedad. Está en manos de la juventud el cambio, porque es la parte no viciada de esa sociedad. Los pibes vienen sin vicios y están dispuestos a pelear para que las cosas se modifiquen, a aportar su granito de arena. Tenemos la juventud más formada de la historia de España, y yo animo a esa generación a que intente cambiar las cosas desde dentro del sistema. El Estado de Derecho que tenemos es válido, pero se debe utilizar con garantías.

¿Prefiere vivir en el campo o en la ciudad?

De momento, en el campo. Tengo el despacho al lado de un corral de gallinas.

¿Cuál es el principal reto de las juventudes nacionalistas?

La defensa a ultranza de nuestra tierra, de Canarias, que se reconozca de una vez por todas que vivir en las Islas no es solo una opción romántica. Estos ministros de alto standing cuando vienen al Archipiélago no pasan por las calles de Santa Cruz de Tenerife y ven a la gente pidiendo en las esquinas; se van directamente a un hotel del sur. Pero aquí se pasan muchas calamidades, y ellos creen que los canarios vivimos en un resort como en los que ellos se alojan. La juventud nacionalista tiene que luchar para que se reconozcan las desigualdades que padecemos, para que se reconozca que somos diferentes, que somos un territorio fragmentado que exige un trato distinto porque así lo recogen la Constitución y las leyes. Exigimos un trato igualitario, y el Partido Popular, por ejemplo, no nos lo está dando.

¿Ve la televisión?

Muy poco. Alguna vez.

Como abogado, ¿Qué opinión tiene de las medidas que está adoptando el Ministerio de Justicia?

Es lamentable. Ha sido el culmen de la supresión de los derechos sociales, que tanto nos ha costado conseguir. Si se le exige al ciudadano que pague una tasa abusiva por presentar una demanda en reclamación de sus derechos, se está estableciendo una justicia para ricos y otra para pobres. A mí, personalmente, el ministro Ruiz Gallardón me ha sorprendido, porque yo pensaba que, dentro del Partido Popular, era de los más sensatos, pero al final, resulta que está haciendo una política de una derecha rancia y fea.

¿Usa el transporte público?

Sí, muchas veces. La gente sabe que cojo la guagua con frecuencia.

¿Cómo valora la gestión del grupo de Gobierno PP-PSOE en Breña Alta?

Creo que se puede gobernar con cualquier opción política, siempre y cuando se defiendan los intereses de los ciudadanos. En Breña Alta se han hecho cosas buenas a lo largo del tiempo, pero ahora necesita un cambio de aires pronto. Es un municipio que ha crecido positivamente en infraestructuras, con la creación de instalaciones de carácter social que son geniales como La Destiladera o el centro de Nina Jaubert. El plan de ordenación urbanística también es un buen documento, que ha recogido un crecimiento ordenado, pero ahora Breña Alta precisa impulsar su potencial económico, sus recursos agrícolas. Se necesita una política para las personas, porque la que se ha llevado a cabo ha sido para las infraestructuras, para el cemento. Tampoco hay actividades culturales, ni de ocio y tiempo libre, no hay nada. Yo no me considero una oposición destructiva, quiero colaborar y apoyar al grupo de Gobierno, pero tengo la sensación de que el municipio se ha quedado grande pero dormido.

¿Qué hace en su tiempo libre?

Tengo muy poco tiempo libre, desgraciadamente. Intento ganarle al tiempo ocupado tiempo libre. Me gusta ver un partido de fútbol importante, como un Barcelona de Champions o un Barcelona-Madrid. Los fines de semana intento descansar bastante y leer artículos de prensa que no puedo leer a diario.

¿Es partidario de que CC revise los actuales pactos?

Creo que en cada municipio se debe dar autonomía. Lo que no puede ser es que Coalición Canaria entre en una institución ingobernable, porque eso perjudica a los palmeros. CC debería gobernar en aquellas instituciones en las que ha obtenido mayoría simple, y esa es la opinión de la calle, porque la gente está ya cansada de pactos. En los acuerdos debe primar siempre el interés de los ciudadanos y no el de los partidos. No se puede hacer un pacto simplemente para tumbar a una opción política que no has podido tumbar con los votos. CC se ha equivocado en muchas cosas, pero no se puede llegar a acuerdos con el slogan barato de Coalición fuera del sillón.

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