Vendaval de esperanza

Foto de grupo. Visita de niños saharauis al Parlamento, procedentes de los campos de refugiados de Tinduf,

Salvador Lachica

Santa Cruz de Tenerife —

A solo 100 kilómetros de Canarias (menos distancia que la que hay entre Fuerteventura y Tenerife) las temperaturas superan los 55 grados centígrados en los campamentos de Tinduf que aplastan contra la piedra y la arena la “vida monótona” de miles de niños refugiados.

De los 5.000 niños que salen de Tinduf al año para ser acogidos por familias españolas, 200 de ellos han salido de ese infierno durante unos días para estar en Canarias y 30 de ellos han entrado este miércoles por la Puerta Solemne del Parlamento para comprobar que “otra vida es posible, que otro mundo es posible”.

Son palabras de Hamdi Mansur, delegado saharaui en Canarias, que ha acompañado a los familiares de acogida y a los niños de Tinduf del programa Vacaciones en paz al Parlamento regional.

Una Cámara que por primera vez en tres décadas, y por decisión expresa de la presidenta Carolina Darias, ha abierto la entrada principal, que solo se usa para “actos solemnes y visitas significativas”, para que la traspasasen ‘locos bajitos’ (como diría Serrat) de 7 a 12 años provenientes del vecino continente africano.

Acto solemne de sonrisas y alegrías

“Y hoy es un día muy especial, este es un acto solemne lleno de sonrisas y alegrías en el que el Parlamento recibe un vendaval de alegría, ilusión y esperanza”, ha asegurado Darias.

Una visita que sirve, según Mansur, para “alimentar y fortalecer los vínculos” entre las Islas y los saharauis y para que los niños “tengan una lección de democracia, de tolerancia, de derechos humanos y convivencia”.

Y es que, como recuerda el propio Mansur, “niños de acogida que vinieron al Parlamento, y que ahora tienen 40 años, son ahora ministros o miembros del Parlamento saharaui”.

Durante unos días, estos niños “son salvados de ese calvario” de “piedra y arena” en el que nacieron como refugiados y han crecido como refugiados “debido a una decisión impuesta”. Quizás puedan llegar al fin de sus días sin serlo, todo depende de la comunidad internacional y de la geopolítica.

Lo que es seguro es que momentos como el que han vivido en el Parlamento regional se tornarán en “recuerdos que les permitirá trasladarlos en el futuro” y, tal vez, hacer menos monótonos sus respectivos día a día en Tinduf.

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