HESTIA, un brindis por la gastronomía de Gran Canaria

El joven cocinero Juan Santiago.

Javier Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

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“Hestia: Diosa de la Cocina, la Arquitectura, el Hogar, o, más apropiadamente, del fuego que da calor y vida a los hogares”. Así se describe en distintos escritos el significado y quien era esta diosa griega, pacífica, y que resultaba ser la primera a la que se le hacían las ofrendas en los banquetes. En Las Palmas de Gran Canaria, un joven cocinero, Juan Santiago, usó su nombre para abrir un local en pleno corazón de Guanarteme. Y en sus paredes reza el siguiente lema; “come, sonríe, habla, bebe, vive… Hestia”. Y para hacer honor a esa historia, el pasado martes 21 de enero reunió a un selecto grupo de invitados a un almuerzo muy especial, con el que quería desear al sector de la gastronomía, suerte para este 2020.

A este almuerzo, que contó con el apoyo de empresas como INCABE, Aquanaria, Excelsia Canarias (Bodegas Torres) y Makro, acudieron una treintena de personas relacionadas con el sector de la gastronomía, intentando representar lo más variado que tiene la isla. Grandes chefs locales como Germán Ortega (Aquarela, 1*Michelin) o Carmelo Florido de El Equilibrista33 y Guillermo Ramirez de Pícaro (ambos, BIB Gourmand de la propia Guía Michelin 2020), hasta una amplia representación de la riqueza gastronómica de la isla, que abarcó desde Gáldar con Carmelo Mujica (La Trastienda de Chago), Tejeda con Borja Marrero, que además se recupera de una grave lesión en la mano (Texeda) a Arinaga, con el incombustible Nelson Pérez (Restaurante Nelson).

A su vez, el presidente de la Asociación de Cocineros y Reposteros Mojo Picón, Davidoff Lugo, también compartió mesa y mantel con chefs de la talla de Braulio Rodríguez (Majuga), Inti Ramsés y la recién aterrizada en la isla Icíar Pérez, que tiene la difícil misión de replicar la cocina de los Hermanos Padrón (El Rincón de Juan Carlos, 1*Michelin) dentro del Restaurante Poemas by Hnos Padrón, ubicado en el recientemente reinaugurado Hotel Santa Catalina Royal Hideaway.

¿Qué sería de la cocina sin una buena sala? Nada, ya se los aseguro yo. Por eso la invitación fue extensiva a varios de los responsables de estas salas, por lo que fue muy interesante observar una mesa conformada por algunos de los somelieres más importante de la isla como son Esteban García (Poemas), José Luis Sanagustín (Majuga), Nikola Ivicic (Aquarela) o Nicola D’Ambrosio (El Equilibrista33), flanqueados por el vicepresidente de la Asociación de Sumilleres de Canarias, Adonis del Pino. A su vez, manos de seda en sala como Menchu Pérez (Nelson) Nereida Rodríguez (La Trastienda de Chago) o Rogelio Tenorio (Bevir) compartían experiencias y anécdotas con sus respectivas mesas.

No puedo dejar atrás a un auténtico embajador del producto canario como es Víctor Lugo (Finca La Laja, café de Agaete) o Sandra Armas (Vicepresidenta de la DO Gran Canaria y alma mater de Bodegas Bentayga), acompañados por el maestro quesero Isidoro Jiménez o Mario Reyes, como responsable de Vinófilos que acaba de abrir un establecimiento llamado a marcar historia en pleno centro de la ciudad. También es de destacar la presencia de responsables de las empresas colaboradoras, así como de Francisco Belín y Fernando Núñez, periodistas gastronómicos procedentes de Tenerife y Lanzarote que tampoco quisieron perderse el encuentro.

Lo que se degustó es casi lo de menos, aunque vamos a destacar la excelencia en servir a 30 comensales a la vez, el menú degustación que esta casa tiene a disposición de sus clientes, entre los que destacaría la sutileza y texturas de la Vieira a la Plancha con caldo Thai al que el praliné de anacardos y ensalada de berros con encurtidos propios del local dotaba de un sabor especial; la Alcachofa confitada con caldo de jamón, gambón a baja temperatura y crujiente de su cabeza rebosaba potencia en cada bocado.

Además, la lubina, de Aquanaria, en tres texturas completamente diferentes de las que destacaría sobre todo el paté, con auténtico sabor a mar, terminando los salados con un Conejo a la Royal con Puré de Papas a lo Robuchón, plato que constituyó el toque clásico y elegante al menú. Como postre, una tabla de quesos donde Gran Canaria, Francia, Italia e Inglaterra estaban presentes y un Cremoso de Chocolate con Aceite de Oliva Virgen de Jaén y sal en escamas que puso el broche de oro perfecto a un encuentro lleno de risas y confidencias. La excelencia del servicio y la pulcritud de sus ejecuciones llevó a que todo el equipo de Hestia se llevara una estruendosa ovación por los asistentes al acto.

Pero como les decía antes, lo de menos casi es el menú, me gustaría resaltar y destacar el ambiente y la camaradería que allí se vivió. Tanto, que al terminar el servicio, todos aquellos que no tenían que trabajar en sus cocinas esa noche decidieron seguir la tarde tomando algo en alguno de los garitos del centro capitalino. Lo que Hestia organizó, con modestia y cariño como un brindis de inauguración algo tardío para el sector, se convirtió en el germen de algo, que tengo la impresión será mucho más grande de lo que ninguno (yo el primero) logramos atisbar en el momento.

La unión hace la fuerza y si algo quedó claro en esta jornada, es que la gastronomía grancanaria tiene ganas de unión y solidaridad, deseosa de compartir momentos entre ellos que enriquezcan a todos y que sirva para que de una vez por todas, se reme siempre en la misma dirección, la de hacer crecer y caminar a una isla, Gran Canaria, que necesita de todos y cada uno de sus ingredientes a la hora de dar voz a lo que aquí se cocina. Los afortunados periodistas que tuvimos el honor de estar invitados a esta jornada, así lo pudimos apreciar y así nos vemos en la obligación de contarlo, poniéndonos también a la disposición de seguir siendo altavoz de propuestas y momentos como estos.

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