''Debe ser la mujer quien decida qué hacer''
-¿Cómo se recibe desde el punto de vista médico la modificación de la ley del aborto?
Ese es un tema muy personal y se puede hablar de una opinión general. Desde el punto de vista científico entendemos que hoy tenemos al alcance una serie de métodos que permiten diagnosticar una malformación fetal en un estadio incipiente del embarazo. Este tipo de mecanismos se ponen a disposición de las mujeres que quieran, para que no tengan que aceptar una malformación que esté comprobada. Se trata de una decisión muy personal y creo que al final el tema del aborto se politiza, que es lo peor que puede pasar. Creo que debe ser la voluntad de la mujer la que debe decidir lo que quiere hacer y mientras más tiempo tarde en elegir, más riesgo hay para la paciente, porque no es lo mismo interrumpir una gestación de ocho o 10 semanas, que una de 24. En mi opinión, la ley vigente no es mala ni buena, quizás lo único que cambia es el tema del coste de la interrupción del embarazo, que ahora queda cubierto por el sistema.
Un coste que muchas personas no pueden asumir debito a la situación económica actual, por lo que muchos colectivos alertan de una vuelta a la clandestinidad.
La clandestinidad ha desaparecido desde hace años. No sé si algún pueblo sigue habiendo gente que la practica, pero a los hospitales ya no están llegando ese tipo de abortos que se practicaban en una época en que la clandestinidad era muy grande. Desde el momento en que se hizo la Ley, ese ejercicio desapareció, al igual que los viajes al extranjero. Entonces existía la clandestinidad, porque no había profesionales que practicaran los abortos, mientras que en la actualidad hay clínicas especializadas, lo que pasa es que la interrupción del embarazo tiene que estar justificada.
¿Qué riesgos supone la clandestinidad?
El riesgo de la clandestinidad es el aborto séptico que se realiza en un entorno que no es estéril, es decir, en una casa o un piso, como se hacía antiguamente. En este aspecto hay que diferenciar a un profesional que sepa llevar a cabo el proceso y a un 'apañado' como los que había antes. Sin embargo, es muy raro que un profesional practique un aborto en la clandestinidad. El mayor riesgo de estos casos se centra en no utilizar medios asépticos, lo que puede derivar en una infección. Pero, si además no se conoce la técnica y se realiza un legrado, el riesgo se convierte en una perforación que puede acabar en hemorragias e infección. Eso son los peligros más frecuentes que pueden surgir en un aborto ilegal y con los medios inadecuados. Sin embargo, no creo que hoy en día nadie se juegue el tipo por practicar un aborto clandestino, veo más factible que se realicen viajes a Inglaterra para interrumpir el embarazo, como hace 30 años.
¿Qué dice de las anunciadas modificaciones de los supuestos que permiten interrumpir el embarazo?
En la anterior ley había un supuesto un tanto heterogéneo, que es el de la alteración psíquica de la madre, que cuenta con un papel firmado por un psicólogo y por ahí se colaban todos los abortos. Ahora mismo no hay ningún problema, quien quiere practicarse un aborto va a la sección de área, rellena sus papeles y le indican la dirección de la clínica a la que debe acudir para interrumpir el embarazo. El problema más gordo que yo veo en la anunciada modificación es el límite que se va a poner al posible aborto por malformaciones.
¿Cree que es una decisión incorrecta?
Los antiabortistas van a ser siempre antiabortistas, pero en este punto es donde yo creo que los profesionales pro-abortistas están totalmente de acuerdo. Me refiero a que si es demostrable que la malformación es incompatible con la vida, pues que no se haga sufrir a la mujer un embarazo y después un parto.
¿Cuándo se descubre una malformación del feto?
La mayoría se están descubriendo entre las 12 y las 15 semanas, porque se le hace a la mujer una prueba rutinaria que se llama 'simple screening'. Se trata de una ecografía especial en la que se ve el pie focal del feto y cuando éste tiene un grosor por encima de lo normal ya se sospecha una malformación. Posteriormente se realiza un análisis que te dice si el riesgo está aumentado o disminuido. En caso de que sea lo primero, normalmente nos vamos a otras pruebas más específicas, como es el mapa cromosómico del feto mediante la famosa amniocentesis o la biopsia cordial. Este sistema de diagnóstico es muy fiable y, aunque en medicina no hay nada seguro al 100%, puede dar la tranquilidad a la señora de que su bebé no va a tener problemas ni una malformación de tipo genético. De no ser así, ya luego es la señora la que decide si hay interrupción o no.
Pero lo que se anuncia ahora es que la señora no va a poder decidir.
Ese el problema de la modificación de la ley y supone quizás un cierto retroceso, porque al final la sociedad va aceptando cosas y los métodos de diagnóstico mejoran. La decisión de interrumpir un embarazo es muy personal, por ejemplo, cuando se le dice a una señora que se va a tener que operar al niño al mes de haber nacido por una malformación cardiaca. Conforme mejoran los métodos de diagnóstico prenatal, disminuye la tasa de recién nacidos con malformación. Sin embargo, también hay gente que opina lo contrario y no se hace la prueba por sus creencias, porque venga lo que venga no va a abortar.
¿Una malformación puede poner en peligro la vida de la madre?
No, una malformación no pone en peligro la vida de la madre, estamos hablando del riesgo del feto. Podemos encontrarnos con malformaciones graves, que son incompatibles con la vida, es decir, ese niño va a nacer y se va a morir y otros se van a quedar con discapacidades.
¿Cuántas veces puede llegar a abortar una mujer?
Tenemos quien aborta siete veces, quien aborta 13 y quien aborta dos, mientras no les pase nada. El problema no son las veces que se puede abortar, sino que en un aborto cada vez pueden surgir más complicaciones.
Pero, ¿el aborto deja secuelas físicas?
En teoría no, lo que pasa es que es una intervención sobre el útero que tiene sus riesgos. Una segunda vez va a tener más riesgo y siempre te puede quedar alguna secuela. Por ejemplo, pueden quedar las paredes del útero adheridas, o en un legrado de este tipo puede haber una perforación del mismo. Siempre existen riesgos, ahora, decir un límite, no lo hay. Lo más importante para mí es que todavía el sistema no ha difundido la utilización de los métodos anticonceptivos correctamente, porque lo ideal es que la que no quiera, no se quede embarazada. Después de muchos años hemos logrado que se financien los anticonceptivos y ahora ya se habla de volver a retirar la inversión, lo que supondría un nuevo retroceso.
¿Hasta qué fecha se puede realizar un aborto?
Creo que la Ley permite el aborto hasta las 18 o 20 semanas, pero lo que nosotros entendemos que es una 'interrupción' que no tiene mucho riesgo, se sitúa tal y como se estipulaba antes, hasta las 12 semanas.
Otra de las modificaciones afecta a las niñas 16 años.
Eso fue un disparate de la última Ley. Lo que yo no entiendo como profesional es que para operar a una niña de un quiste de ovarios o de una apendicitis tenga que tener autorización paterna y para practicarle un aborto no. Eso es absurdo, creo que los padres de un menor tienen que estar enterados. Las cosas ya no son como hace años, que los progenitores obligaban a las niñas a tener los embarazos, ahora las cosas se razonan y se ponen en manos de profesionales.
¿Qué diferencias existen entre interrumpir el embarazo de una menor y de una adulta?
Mientras más jóvenes, más riesgo de complicaciones, porque el cuerpo no está acondicionado. Un embarazo no es igual en un organismo que ya es adulto y está preparado, que en otro que todavía se está desarrollando.
¿En qué casos un embarazo pone en peligro la vida de la madre y cuándo se descubre?
Eso no es así. Hay madres que tienen patologías que son incompatibles con el embarazo, como por ejemplo una cardiopatía grave que sabemos que es concreta y que se puede complicar con la concepción. En estos casos, lo que tiene que hacer la señora es evitar el embarazo. En caso de que haya fallado el método anticonceptivo, habría que practicarle un aborto, porque peligra la vida de la madre. Esto se sabe de antemano.
Hay colectivos de mujeres que hablan de que la reforma recrudece el Real Decreto Ley que niega la salud a las personas indocumentadas. Hablan de que hasta el momento el 40% de los abortos se realizan a inmigrantes, ¿se está atendiendo ahora a esas mujeres?
Claro, se está atendiendo a todo el mundo, eso no ha desaparecido. En este país, con la ley actual, aborta todo el mundo que quiere. La persona no tiene que pasar por el médico ni nada, sino simplemente ir a la dirección de área, decir que está embarazada y que quiere interrumpirlo. Lo que sí es verdad es que hemos notado una disminución importante de inmigrantes. El volumen de partos del Hospital Materno Infantil ha disminuido, yo creo que por dos motivos principales: la situación económica, que hace retrasar su maternidad a las españolas, y porque ya no vienen los inmigrantes que venían y muchos se han ido.
¿Tampoco han aumentado los abortos?
No, qué va. Van disminuyendo, porque cada vez hay menos inmigrantes. En cuanto a las canarias, se puede decir que el nivel de abortos es más o menos el mismo.
¿Puede un médico en preguntar a una madre los motivos de su decisión de abortar, hasta qué punto?
Lo puede hacer y la señora también tiene su derecho de contestar o no. Las ideologías de las personas hay que respetarlas y si no se está de acuerdo con ese médico, pues se pide un cambio. Los profesionales pueden hacer objeto de conciencia y no tener que ver con nadie que realice un aborto. En un país libre tenemos que respetar las distintas formas de pensar. Un médico puede preguntar y tratar de convencer y la señora se dejará persuadir o no.
Lo que no puede es evitar dar información.
Si es objetor de conciencia y no quiere tener nada que ver con señoras que quieran abortar el sistema lo tiene que respetar.
Es decir, ¿Qué un médico puede decidir no dar información sobre el aborto?
Claro, pero eso sí, se tiene que quitar de en medio e indicar a alguien que sí que pueda informar. Creo que en Canarias la mayoría de los médicos dan la información, aunque también hay algunos que son objetores y que no garantizan un aborto y hay otros que no quieren ni si quiera participar. No sólo médicos, sino también enfermeras que son objetoras de conciencia y hay que respetarlas, no crucificarlas.