Sobre este blog

Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

CYNTHIA MARTIN

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El panfleto digital en cuestión “analizaba” la última etapa de los cómics publicados por Marvel Comics en la década de los años ochenta del pasado siglo XX y se detenía, sobre todo, para denigrar el trabajo de la dibujante Cynthia Martin, según unos esquemas que siguen menospreciando el manga oriental frente a las virtudes y las bondades del cómic anglosajón.

Dejando a un lado la absoluta miopía de quienes continúan sosteniendo sus argumentos en prejuicios tan torticeros y caducos como ésos, quedaba claro que el mayor problema de todos aquellos números, según el “autor”, era un cambio de estilo que el erudito de turno consideraba pernicioso para la saga galáctica.

Poco importaba que los lápices de Cynthia Martin sean de los mejores que tuvo la saga en aquellos instantes, y que números como el noventa y seis Duel With a Dark Lady (FP. Junio 1985) y el ciento tres Tai (FP. Enero 1986) deberían formar parte del imaginario de todo buen seguidor de la saga, por muy “mangaka” que aquellas páginas puedan resultar, entonces y ahora. Es más, cuando pude ver las páginas originales a lápiz y tinta del Star Wars# 96 y dos portadas alternativas de dicho número -encargadas por un coleccionista que, luego, accedió a que las reprodujera en el interior del libro- fui realmente consciente de la calidad de trabajo de la artista norteamericana. Si dicho trabajo lo hubiera hecho hoy, Cynthia Martin estaría recorriendo el mundo de un salón del manga a otro, tal y como les sucede a otros compañeros de profesión mucho menos brillantes que ella.

Sea como fuere, la dibujante fue la responsable de once números (Star Wars# 94-97, 100, 101, 103-107) además de las portadas de los números Star Wars# 93, 94, 96, 97, 103, 104, 105, 106 y 107, una labor que compartió con Art Nichols, Steve Leialoha, Ken Steacy y Josef Rubinstein respectivamente en seis de los nueve números con unos resultados que no desmerecen el trabajo de otros autores con los que compartió cabecera.

Lo peor de todo no es que haya textos en Internet tan torticeros y lamentables como el que tuve la oportunidad de encontrarme, sino que las nuevas generaciones que se han criado leyendo manga, dado que el cómic clásico -y quienes se erigen como defensores de él- poco les puede ofrecer, desconozcan el trabajo de Cynthia Martin, Mary Jo Duffy y Ann Nocenti, creadoras adelantadas a su tiempo y a las que el noveno arte contemporáneo tanto les debe, a pesar de todos aquellos que siguen defendiendo unos preceptos que el tiempo se encargó de desmontar, tiempo atrás y por fortuna, todo sea dicho.

Si tienen un momento, les invito a que se detengan a conocer más en profundidad el trabajo de Cynthia Martin, independientemente de la edición que escojan para ello.

© Eduardo Serradilla Sanchis, Helsinki, 2019.

Star Wars © Lucasfilms Ltd & TM. All right reserved. Text and illustration for Star Wars are © 2019 Lucasfilms Ltd.

Para más información sobre los números que se citan en este artículo, por favor consulte el siguiente link: www.leprechaun.es/

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Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

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