Mi vida ha estado ligada al séptimo arte prácticamente desde el principio. Algunos de mis mejores recuerdos tienen que ver, o están relacionados, con una película o con un cine, al igual que mi conocimiento de muchas ciudades se debe a la búsqueda de una determinada sala cinematográfica. Me gusta el cine sin distinción de género, nacionalidad, idioma o formato y NO creo en tautologías, ni verdades absolutas, que, lo único que hacen, es parcelar un arte en beneficio de unos pocos. El resto es cuestión de cada uno, cuando se apagan las luces.
Hoy toca despedirse y lo haré de la mejor forma que sé; recordando algunos de los buenos momentos.
Si quisiera ser sincero, debería admitir que todavía me duele el enfado desde el día que vi el último capítulo de la primera temporada de Fringe. Tanto tiempo esperando y, cuando por fin, conocemos a William Bell nos damos cuenta de que no está donde debería estar y, menos, en ese edificio. Quizás ése es el problema de una serie como ; es decir, no es tan lógica como un vulcano desearía.
Seguro que si el señor Spock hubiera visto el capítulo, él hubiera dicho “No es lógico dejar al espectador sumido en un mar de dudas.” Si en vez de eso hubiésemos podido conocer la realidad que se escondía tras aquel enigmático personaje, la respuesta más lógica hubiese sido “Fascinante”, como no podía ser de otra forma.
Lo malo es que, ni los seres humanos son lógicos, ni la sociedad en la que vivimos posee lógica alguna, una circunstancia que, desde el principio, hizo mucho más atractivo al Primer Oficial de la nave Enterprise, rodeado como estaba éste de personajes ilógicos. Piensen, si no, en lo ilógicos que llegan a ser el Capitán Kirk, Bones –el doctor- o Scotty, el ingeniero jefe, tan sanguíneos como impulsivos. En realidad, de no ser por el contrapeso lógico de Spock muchas de las empresas iniciadas por Kirk y sus oficiales hubiesen terminado en un desastre total.
Al final Gene Roddenberry acertó plenamente cuando creó a un personaje que, gracias a su buen hacer, y al empeño del actor Leonard Nimoy –quien acaba de fallecer- se ha convertido en todo un icono de la cultura popular y del género fantástico por derecho propio.
Leonard Nimoy no solamente supo asimilar y aceptar la personalidad del vulcano, sino que fue capaz de desarrollar una carrera profesional multi-disciplinar, la cual se desenvolvió perfectamente bajo la sombra del personaje de la serie Star Trek.
Hoy en día, con el nuevo relanzamiento de la serie, de la mano de J.J.Abrams, nadie duda de la validez de la idea de Rodenberry, ni de la impronta de su creación, pero lo que es incontestable es que, en muchas ocasiones, uno echa de menos la lógica de Spock para tratar de sobrellevar los vaivenes de este esperpéntico mundo.
Espero que, allá a donde vaya, siga encontrando lógica donde los demás no la ven. ¡Larga y próspera vida, señor Spock!
Portada: Avaruusmatka No 3. 10.5 1974. Versión finlandesa de la serie publicada durante los años sesenta y setenta, del pasado siglo XX, por la editorial Gold Key. En este caso, esta misma portada fue la que se utilizó para el número tres de la colección original de la serie Star Trek, publicado en diciembre del año 1968. En la contraportada de la edición finlandesa se reproduce la portada de la entrega número 17 de la serie de Gold Key.
Agradezco a Bengt Helenius su ayuda para conseguir el número original finlandés de la serie gráfica de Star Trek
Mi vida ha estado ligada al séptimo arte prácticamente desde el principio. Algunos de mis mejores recuerdos tienen que ver, o están relacionados, con una película o con un cine, al igual que mi conocimiento de muchas ciudades se debe a la búsqueda de una determinada sala cinematográfica. Me gusta el cine sin distinción de género, nacionalidad, idioma o formato y NO creo en tautologías, ni verdades absolutas, que, lo único que hacen, es parcelar un arte en beneficio de unos pocos. El resto es cuestión de cada uno, cuando se apagan las luces.
