Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.
SÚPER OSO Y SU AMIGO
Estamos inmersos en una época en donde la fantasía y los sueños están dando paso a una realidad, cada vez más agobiante. Y ni siquiera los niños escapan al pesimismo generalizado que se está apoderando de la sociedad, sobre todo en este tiempo de zozobra económica.
Para acabar de rematar la jugada, si encima, tu abuelo acaba de fallecer y te tienes que mudar a la mansión que éste ocupaba, la vida no puede resultar más frustrante.
Esto es lo que le ocurre a Tyler, un niño que, tras la muerte de su abuelo, debe reorganizar su vida, con todo lo que ello conlleva.
Para empezar, no entiende que pintan un viejo reloj y un pequeño y gastado oso de peluche sobre su cama. Para continuar, tampoco entiende por qué tiene que ser él el blanco de las burlas y los ataques de los matones de su clase, empeñados, éstos, en mostrar su falta de cerebro, pero mucho más mayores y más fuertes que él. Y para terminar, está su hermana pequeña, Katie, quien no deja de ponerle en evidencia ante sus compañeros de clase, sobre todo ante Vanessa Ashley.
Claro que, si se logra respirar entre tanta adversidad, las respuestas pueden estar mucho más cerca de lo que uno piensa…
Un día, tras tocar la nariz de ese peluche gastado éste se transforma en Herobear, un enorme oso polar ataviado con una ondeante capa roja, que se convertirá en el amigo y defensor ocasional de un asombrado Tyler.
Aunque las sorpresas no acaban ahí. Herobear le da a posibilidad de que le acompañe en sus aventuras para defender el mundo de villanos, tales como el temible robot X-5. Tyler, después de buscarse una vestimenta “adecuada”, acompañará a su colosal amigo, convirtiéndose en un héroe a los ojos de los ciudadanos de su ciudad, y muy especialmente de la guapa Vanessa.
La cuestión es que los superhéroes también tienen una identidad civil y los matones de su clase no se han enterado de quien es, en realidad, Tyler, lo que le continuará acarreando algún que otro problemilla.
Sin embargo, nada es comparable a lo que ocurrirá una vez Tyler descubra quien era –tras su apariencia jovial y tranquilizadora- su abuelo, y el resto de los secretos que esconde la casa en la que ahora vive.
SÚPER OSO Y SU AMIGO (Herobear and the kid, en su versión original) es una entrañable historia de aventuras, amistad, lealtad y sueños que se convierten en realidad, dibujada por el animador y artista Mike Kunkel.
Kunkel, partiendo del blanco, negro, gris y algunas manchas de rojo, nos transporta a un mundo donde todo es posible, sobre todo la esperanza y la imaginación, en una historia dinámica y tremendamente divertida y amena.
Su estilo, muy influenciado por sus trabajos en el campo de la animación –Tarzán y Hércules, ambas de Walt Disney- es ideal para plasmar tanto las correrías del niño Tyler, un alumno cualquiera, de un colegio cualquiera, como del acompañante de un superhéroe grande, peludo y con capa.
El dinamismo ya comentado se ve muy potenciado por una maquetación de página puesta al servicio de la historia y que no sigue los cauces normales de otras obras, lo cual se agradece dada la capacidad de Kunkel, tanto para dibujar los interiores de la mansión en la que vive Tyler, como las muchas y variadas expresiones de los protagonistas –aunque los matones sean tan inexpresivos como inexistente es su coeficiente intelectual-.
El resultado de todo es una obra muy recomendable, tanto por sus cualidades artísticas como por lo acertado y bien desarrollado que está el guión, sobre todo para quienes no hayan perdido la capacidad de soñar e ilusionarse. Aquellos cercanos a los matones de la historia, en espíritu y obra, mejor absténganse de leerlo, y todos contentos.
Y, además, Súper Oso y su amigo, posee una doble lectura, la cual le permite llegar, tanto a los más pequeños como a los mayores, ambos necesitados de tener un Súper Oso a su lado.
Dolmen Editorial, responsable de publicar esta historia, nos la ofrece en dos tomos muy bien presentados, aunque su formato -más pequeño que el original- no nos deja disfrutar tanto de los dibujos de Kunkel. Sin embargo, tampoco es cuestión de ponerse purista, sobre todo por lo bien que lo pasa uno leyendo una obra como ésta, a pesar de los tiempos que corren.
© Dolmen Editorial, 2014
© Mike Kunkel, 2014
Sobre este blog
Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.