La portada de mañana
Acceder
Bruselas deja en manos de los gobiernos el rearme ante el pulso de Trump
El Gobierno apacigua a Junts con la gestión compartida de la inmigración en Catalunya
Opinión - Notas aclaratorias sobre el pacto PSOE-Junts. Por Neus Tomàs

14 años de cárcel por el crimen del conserje

La Audiencia de Las Palmas ha condenado este lunes a 14 años de cárcel por homicidio al ciudadano marroquí que mató en abril de 2011 a un conserje jubilado del Cabildo de Gran Canaria, Fermín Ortega, y a dos años de prisión a la mujer, también marroquí, que le ayudó a encubrir el crimen, según informa la agencia Efe.

La sentencia reconoce al Jurado del caso la decisión “lógica” y “concluyente” que tomó en su veredicto al declarar culpable de homicidio al procesado, Abdechak Ch., de 38 años, pues este es un caso especial, en el que se juzgaba una muerte sin cadáver (la víctima, Fermín Ortega, sigue desaparecida a día de hoy).

“Si dificultoso es para un tribunal técnico llegar a través de indicios a la conclusión lógica de que el acusado mató a Fermín, mucho más lo es para el Jurado”, resalta la ponente de la sentencia, la magistrada Pilar Parejo, presidenta de la sección segunda.

La Audiencia de Las Palmas concluye que, en este caso, “los indicios, plenamente acreditados en el acto del juicio (..), han sido tantos y algunos de ellos tan contundentes, que la conclusión lógica sin la existencia de ninguna duda razonable es que el acusado Abdechak Ch. acabó con la vida de Fermín”.

Y en la misma línea, reconoce que el veredicto es “suficientemente concluyente y no deja otras hipótesis alternativas no incriminatorias que pudieran hacer dudar del hecho de que el acusado acabara con la vida de Fermín”.

El Jurado declaró probado que el procesado mató a Fermín Ortega el 20 de abril de 2011 tras conocer se iba a casar con su exnovia, la ahora condenada por encubrimiento Fátima Ait B.S.

Y estableció que puso fin a su vida a golpes, tras tenderle un trampa para que acudiera a su casa para arreglarle un electrodoméstico, aprovechándose de que la víctima solía hacer ese tipo de trabajos a domicilio para complementar su pensión.

Los jurados llegaron a ese convencimiento gracias a las pruebas recogidas por la Policía, que halló en casa del acusado abundantes manchas de sangre -la mayoría de ellas no apreciables a simple vista, porque habían sido limpiadas- con el ADN de Fermín Ortega.

“Este indicio es importantísimo, pues el acusado no ha querido dar una explicación sobre por qué había sangre de Fermín en su casa”, más allá de alegar que le había prestado las llaves del domicilio a un amigo para que fuera allí con una mujer, destaca la sentencia, que no considera creíble esa versión.

La Audiencia recuerda que los forenses explicaron durante el juicio que, por la cantidad de sangre y la forma y dispersión de las manchas, se puede inferir que Fermín Ortega fue golpeado con un objeto contundente en el domicilio del procesado.

El tribunal considera que, si se ha probado que se causaron una serie de lesiones que “precisaban tratamiento médico” y se ha acreditado que ningún centro sanitario de la ciudad atendió esos días a Fermín Ortega, “la única conclusión a que se puede llegar es a la de que el acusado acabó con su vida a golpes”.

Y subraya que, a tenor de la cantidad de sangre encontrada en casa del acusado, esas heridas “no pudieron sino producir la muerte de Fermín”.

La Audiencia recalca que “todos los indicios llevan a la conclusión lógica de que Fermín no salió con vida del domicilio del acusado”, quien “tenía un motivo” para matarlo: impedir que se casara con Fátima Ait B.S. y recuperar a esta.

En cuando a Fátima Ait B.S., la sentencia entiende que los hechos que le atribuye el veredicto -ocultar a la Policía información clave que conocía sobre los hechos y revelar al procesado los progresos que se hacían en la investigación- la convierten en encubridora.

La sentencia destaca que hay varios indicios que “llevan a la conclusión lógica y sin margen de duda de que la acusada, con su conducta, estaba encubriendo a Abdechak Ch. a sabiendas de que había matado a Fermín” y que, “si bien no estaba en condiciones de evitar su muerte, sí que podía haber contribuido desde el primer momento al esclarecimiento de los hechos”.

La Audiencia condena además a Abdechal Ch. a indemnizar al Ayose Ortega, el hijo de la víctima, con 200.000 euros, en compensación por la pérdida de su padre y por el sufrimiento añadido por el hecho de no haber podido darle sepultura.

“Ayose no solo ha vivido durante mucho tiempo con la incertidumbre de saber qué le ha pasado a su padre, sino que a fecha de hoy todavía no sabe donde está el cuerpo de su progenitor, incertidumbre con la cual desgraciadamente tendrá que seguir viviendo”, subraya la magistrada ponente.

Etiquetas
stats