La calima: polvo del desierto que enfría la atmósfera

La investigadora del Centro de Investigación Atmosférica de Izaña, en Tenerife (Aemet), Carmen Guirado Fuentes. (Efe/Ramón de la Rocha).

Rubén Darío García León/Efe

Santa Cruz de Tenerife —

La investigadora Carmen Guirado Fuentes, del Centro de Investigación Atmosférica de Izaña, en Tenerife (Aemet), ha afirmado a Efe que, aunque la calima o polvo atmosférico procedente del desierto se asocia con el calor, en especial en Canarias, en realidad produce un enfriamiento de la atmósfera.

La calima se asocia con el calor porque se origina en una región en la que, sobre todo en verano, se registran muy altas temperaturas, el Sahara, pero su efecto neto es un enfriamiento del sistema Tierra-atmósfera, explicó Carmen Guirado, primera autora de un artículo recientemente publicado sobre la caracterización del polvo del desierto realizado en la estación argelina de Tamanrasset.

Cuando la calima llega a Canarias o al continente europeo lo que hace es ocultar parcialmente el Sol, con lo que evita la entrada de parte de la radiación solar y, de ese modo, se favorece el enfriamiento de las capas inferiores de la atmósfera, explicó Carmen Guirado.

La investigadora comentó que en el estudio del cambio climático se conoce bastante bien el efecto de calentamiento producido por los gases de efecto invernadero.

Sin embargo, aunque en los últimos años se han realizado grandes avances, no ocurre lo mismo con los aerosoles, entre ellos la calima, cuyo efecto global aún debe ser estudiado en mayor profundidad, debido a la variabilidad de las zonas a las que afecta, de las cantidades en que lo hace, y de su composición química.

La investigadora de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) se refirió a esta situación para hablar de la importancia que tiene la estación de Tamanrasset, ciudad del sur de Argelia en la zona central del Sahara, para el estudio de los aerosoles, como el polvo del desierto, y su influencia sobre el cambio climático, la calidad del aire y la salud.

Es muy difícil disponer de medidas en medio del desierto del Sáhara ya que los instrumentos que se precisan son bastante complejos y requieren un estricto mantenimiento y controles de calidad.

La estación de Tamanrasset es la única en la zona en la que se ha conseguido disponer de material y personal capacitado para realizar este tipo de estudios de forma continuada desde 2006.

En la estación de Tamanrasset se miden diversas características del polvo sahariano, como la cantidad, el tamaño y el modo en que dispersa la luz, entre otros parámetros, con el valor añadido de que dichas medidas son representativas de una zona muy amplia alrededor de la estación que podría tener una extensión comparable a la de Europa occidental.

Los datos que se obtienen en esta estación permiten validar los obtenidos desde satélites y los simulados por los modelos numéricos, para así generar mejores predicciones meteorológicas y de polvo atmosférico, y utilizar esta información para ayudar a la prevención de enfermedades que la calima favorece en algunos países africanos, comentó la investigadora de la Agencia Estatal de Meteorología.

Esa relación se ha demostrado con los trabajos realizados para el proyecto europeo MACC (Monitoring Atmospheric Composition and Climate), según los cuales la activación de la epidemia de meningitis que cada año tiene lugar en países africanos situados en el Sahel, como Níger, Mali, Burkina Faso y Senegal parece estar muy relacionada con el aumento o disminución del transporte de polvo desde el desierto del Sahara hacia el Sahel.

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