Controlar el miedo, aceptar la situación y crear rutinas: las claves para sobrellevar el confinamiento

Imagen de las dos niñas haciendo tareas escolares

Silvia Álamo

Las Palmas de Gran Canaria —

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Desde que se comenzó a hablar de una neumonía por el coronavirus COVID-19, originada en la ciudad china de Wuhan, el resto de países del mundo, algunos muy alejados, comenzaron a hacerse eco de las principales recomendaciones. Con la epidemia creciendo, transformándose en una pandemia, aún no se habían tomado las medidas restrictivas que se recogen en el decreto por el que se anunció el estado de alarma. Sin embargo, había una población que ya llevaba unos días escondiéndose de este virus que tiene al mundo en vilo: las personas mayores y los niños y niñas. A la vista de que esta enfermedad podría tener importantes consecuencias, muchas comunidades decidieron la suspensión de clases, el cierre de actividades infantiles, los viajes escolares programados… La frustración ante esta alarma llegó a miles de casas y los padres, en muchas ocasiones, se han vissto en la tesitura de no saber cómo explicarles a sus hijos esta nueva etapa a la que se tienen que enfrentar. 

El decano-presidente del Colegio Oficial de la Psicología de Las Palmas (COP), Francisco Javier Sánchez, considera que tanto pequeños como mayores tienen derecho a conocer y ser conscientes de la nueva situación en todo momento. “Los niños son personas competentes, hay que informarles de manera adecuada, estar atentos a sus dudas y preocupaciones y tratar de resolver sus preguntas de manera calmada”, aconseja. Para este psicólogo es muy importante el trabajo de los mayores a la hora de brindarles unas explicaciones claras y adaptadas al nivel de comprensión de cada menor. 

Recuerda que los niños y niñas son “muy observadores” y la expresión no verbal de las personas que están a su alrededor puede llegar a transmitirles mucha información. Por ello, señala que es fundamental que mantengan la calma y sus rutinas habituales en la medida de lo posible. Cabe destacar que desde los centros escolares se intenta implantar la plataforma online creada por la Consejería de Educación para que la suspensión de clases afecte lo menos posible al alumnado. No obstante, muchos profesores y padres advierten de que este soporte se colapsa con frecuencia y presenta numerosos problemas. Además, esta iniciativa constata la brecha salarial que existe entre familias. 

Para que esta situación de aislamiento sea lo menos perjudicial posible, lo primero que se debe hacer es controlar el miedo, recomienda el decano del COP Las Palmas. Por un lado, el miedo “está bien porque ayuda a protegernos, pero no debemos dejar que nos controle”. Advierte de que este periodo de confinamiento “sacará lo mejor y lo peor de nosotros”, por lo que en el momento en que surjan esas emociones negativas habrá que aceptarlas, reconocerlas y trabajarlas para aprender de ellas. 

No obstante, apunta que se pueden hacer cosas para sobrellevar mejor esta situación. “Hay que aceptar que no está en nuestras manos, esto es fundamental para tomar decisiones que favorezcan el bienestar mental”. Entre las técnicas destacan el hacer ejercicios de respiración, meditación, yoga, lectura, cine, etc. Además, recalca que es el momento de estar en familia, recuperar la conversación y seguir una buena alimentación. Si bien es cierto que la realidad es que esto puede suponer un problema para muchas familias debido a sus condiciones económicas. En Canarias existen 13.447 escolares que se acogen a la llamada cuota cero en los comedores, instalaciones que ahora no pueden utilizar, por lo que para paliar esta situación recibirán de la Administración una compra por valor de 120 euros. 

El psicólogo insiste en la importancia de mantener, cada persona dentro de sus posibilidades, una rutina organizada y un horario a lo largo de los días mientras dure la cuarentena. “Esto les ayudará a conservar la sensación de normalidad y facilitará el orden mental y el equilibrio de las emociones”.

Por otro lado, presenta las consecuencias que puede llegar a tener este aislamiento en las personas. La frustración, el aburrimiento, la pérdida de la rutina habitual y el contacto social y físico reducido con los demás puede provocar enojo y desesperación. Sánchez reitera que los suministros básicos “inadecuados” son también una fuente de frustración y enfado. “La información insuficiente, así como la situación socioeconómica resultante pueden generar un gran estrés”. Por ello, cree que la clave para combatir la incertidumbre en el período de cuarentena está en “evitar la monotonía”. 

Cuando todo esto pase y toque volver a la normalidad, los efectos psicológicos producidos por la cuarentena pueden ser variados. El decano considera que se pueden resumir en trastornos de estrés agudo, estados alterados de conciencia como pérdida de control y agresividad, indefensión al no saber a lo que atenerte que puede llegar a generar déficit motivacional (desgana) y motivacional (frustración, irritabilidad, incomprensión…). Además, todo esto puede generar depresión, conductas de evitación y/o cambios de comportamiento a largo plazo, incluso estrés postraumático. 

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