Una década de apagones en Canarias, donde urge modernizar el modelo

Central de El Palmar, en La Gomera. (Acfi Press)

Jennifer Jiménez

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El cero energético que afectó a La Gomera esta semana no es un caso aislado. Es el resultado de mantener sistemas que han quedado hasta en la mitad de los casos obsoletos. “Muchos de los equipos de producción de electricidad en las Islas ya están fuera de la vida útil y se mantienen de una forma precaria y corriendo el riesgo de que ocurran estas cosas, que sucederán cada vez más”, recordaba a este periódico esta semana el ingeniero y catedrático de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Roque Calero.

El apagón, que se produjo hace exactamente una semana, afectó a más de 15.000 clientes de la compañía encargada del suministro, Endesa, y mantuvo varios días sin luz a vecinos, vecinas y empresas de la isla que contabilizan cuantiosas pérdidas, entre alimentos y otros enseres así como por el hecho de mantenerse cerrados unos días.

Endesa puso en funcionamiento el pasado jueves una central portátil trasladada desde La Palma en el recinto de El Palmar. Ese mismo día, llegaron a la isla doce grupos electrógenos trasladados desde la Península. La vida ha vuelto poco a poco a la normalidad en la isla y asociaciones de consumidores como Facua recuerdan a las personas que sufrieron las consecuencias de este apagón que pueden reclamar a Endesa y exigir indemnizaciones por la situación a la que se han visto expuestos.

El Gobierno de Canarias ha acordado de momento abrir expediente informativo a la compañía, “que probablemente derivará en sancionador”, dijo el portavoz, Alfonso Cabello, esta semana.

Otros grandes apagones en los últimos años

No hay que mirar muy lejos para encontrar precedentes de esta situación en las Islas. En 2019 y en 2020 Tenerife se quedó también a oscuras. Por este motivo, el Gobierno de Canarias impuso el pasado año una multa total de 16 millones de euros a Endesa, que tildó la medida de “irracional”.

En septiembre de 2019, el apagón pronto empezó a generar problemas en el tráfico y numerosas dificultades en la isla, pues afectó a un millón de personas, entre residentes y turistas. En julio 2020, la historia se repetía en la isla, done el cero energético comenzó muy temprano y no se solucionó hasta bien entrada la tarde.

En otras ocasiones, Endesa también se ha enfrentado a otras multas por estos problemas con el suministro. Por ejemplo, el Tribunal Supremo confirmó en 2021 la sanción que el Gobierno de Canarias impuso a Unelco-Endesa por el cero energético que sufrió La Palma el 11 de diciembre de 2013, en medio de una fuerte tormenta. Mucho antes, en el año 2010, El Hierro también sufrió un gran apagón que se mantuvo casi 40 horas.

Un nuevo modelo

La estrategia de Generación Gestionable realizada por el Instituto Tecnológico de Canarias y enmarcada en el Plan de Transición Energética de Canarias ya destacó que en 2040, todo el parque generación de las centrales térmicas tendría su vida útil vencida. Muchas de estas centrales, como el caso de la de El Palmar (La Gomera) tienen más de treinta años y se diseñaron y se colocaron atendiendo a la demanda energética de entonces.

El exdiputado José Segura Clavell recordaba en un artículo en Canarias Ahora que “la maraña administrativa derivada de tanta norma estatal, a la vez superpuesta a la norma de la Comunidad Autónoma, ha producido una paralización del desarrollo de nuevos proyectos” y apuntaba dos cuestiones. La primera, que No se ponen en marcha nuevos grupos para cubrir nuevas necesidades de potencia, “porque están pendientes de procedimientos de concurrencia”. Y la segunda, “que algunos de los equipos que se pusieron en marcha antes de la promulgación de la Ley 17/2013 se encuentran pendientes del mismo procedimiento de concurrencia, aún cuando probablemente se encuentren ilegalmente en activo produciendo energía eléctrica”.

La Consejería de Transición Ecológica del anterior Ejecutivo regional, liderada por José Antonio Valbuena, realizó numerosos planes, iniciativas y una Ley contra el Cambio Climático para encaminarse hacia la meta de alcanzar en 2040 la neutralidad climática. Entre las medidas, apostaba por el hidrógeno verde para la descarbonización de las centrales. No obstante, aunque los objetivos son ambiciosos, hay expertos que optan por que se realicen algunos planes más inmediatos.

“¿Qué centrales hay que cambiar, dónde hay que ponerla, dónde poner un parque eólico y dónde no?”, apunta Roque Calero entre las cuestiones que hay que concretar.

El catedrático de la ULPGC subraya que no es posible la sustitución del total de estos grupos de generación de electricidad por renovables y garantizar la producción eléctrica en cada momento. Además, remarca que cada isla tiene un máximo de implantación de renovables. Por ello, insiste en que hay que modernizar estos equipos y a su vez apostar por otras energías como la geotermia, que permite aportar la energía para cuando falla el sol y el viento.

Otra solución por la que apuesta es la acumulación, que señala que tiene dos versiones: la acumulación en altura y en baterías eléctricas. Esta última tiene dos posibilidades a su vez: baterías grandes o utilizar el coche eléctrico como almacenamiento de baterías. También existe otra opción que es fomentar que cada comunidad de vecinos o cada vivienda tenga sus propias baterías con sus fotovoltaicas.

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