De padre denunciante a esposo denunciado por denuncia falsa
Un galimatías jurídico, mezclado con erróneas decisiones, malos asesoramientos, un poco de altanería y algo de desidia han enredado de manera inesperada el caso Minerva, el de la mujer canaria de 26 años que huyó en julio pasado de Munich (Alemania) con su hijo de cuatro agobiada, según su versión, por los malos tratos psicológicos que sufría de su esposo, el también canario, pero con nacionalidad alemana Nicky Ch. Lo que inicialmente se presentaba como una orden europea de detención y entrega (extradición a la europea) se le complicó al padre del menor cuando se detectó que pudiera haber contradicciones en su relato. Y junto a las contradicciones, alguna que otra falsedad que la familia de Minerva M. ha denunciado ante los juzgados de Las Palmas de Gran Canaria.
La policía alemana ordenó en agosto pasado la detención y entrega de Minerva M. con tan solo el testimonio de su esposo, Nicky Ch., que declaró ante la juez que su esposa había secuestrado a su hijo. Esa denuncia, sin mayor contraste, puso en marcha el mecanismo de extradición.
La familia de Minerva M. niega la mayor: el niño nunca fue secuestrado porque desde el primer momento la joven evidenció los motivos de su marcha, los malos tratos, y gestionó su marcha a través del consulado de España en Munich, que le facilitó un salvoconducto para que el menor pudiera viajar.
Además, la familia alega que en ningún momento la madre y el niño han estado escondidos porque en cuanto llegaron a Gran Canaria a mediados de julio se alojaron en el domicilio familiar de Tres Palmas (Las Palmas de Gran Canaria) y gestionaron la matrícula docente del menor en el colegio público del barrio, el Juan Negrín.
Todo apuntaba a que Nicky Ch. iba a conseguir su propósito de llevarse al niño de inmediato y que la justicia española entregaría a Minerva M. a la alemana la noche del pasado miércoles cuando la joven madre fue detenida por la Policía en aplicación de la orden europea dictada en su contra.
Así lo parecía a tenor de las primeras decisiones judiciales tomadas en Las Palmas de Gran Canaria: La Fiscalía de Menores había informado favorablemente la entrega del niño a su padre y el juzgado de violencia al que correspondió la denuncia por malos tratos que Minerva interpuso contra su marido nada más pisar suelo español la había archivado considerando que la justicia española no era competente para tramitarla.
Pero el abogado de la detenida, siguiendo sus instrucciones, pidió un Habeas Corpus (solicitud de comparecencia ante el juez de guardia por detención ilegal) que fue aceptada por considerar la juez de guardia, María Victoria Rosell, que el periodo de detención había sido injustificadamente largo, 48 horas, para el procedimiento del que se trataba.
Y fue en el juzgado de guardia donde se desataron otros elementos hasta entonces desconocidos, y lo que parecía claro se tornó dudoso, y acabó con una denuncia de la familia de Minerva M. contra el progenitor del menor por considerar que había mentido para que la justicia alemana le diera la razón.
De ahí que la juez decretara la libertad de la detenida, la instara a presentarse al día siguiente en la Audiencia Nacional, y ordenara a Nicky Ch. a permanecer en la isla unos días hasta que todo el proceso se aclare convenientemente.
A la espera de nuevos acontecimientos, el caso Minerva se ha saldado con la entrega del menor a su padre, con la imposición tácita de no abandonar Gran Canaria hasta que se le autorice; Minerva Ch., reclamada por la justicia alemana, ha quedado en libertad por decisión de la Audiencia Nacional, donde el juez Gómez Bermúdez le ha otorgado sesenta días de respiro en lo que se substancian las dudas que la causa ha suscitado.
El niño se encuentra con su padre en la casa familiar de la familia Ch. Nadie ha podido confirmar que vaya a acudir a clase este lunes.