Ayuda a domicilio a dependientes: trabajo esencial y ahora de máximo riesgo por el coronavirus

Centro sociosanitario.

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

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La ayuda a domicilio para personas dependientes o mayores se ha convertido en uno de los trabajos de primera necesidad. En esta crisis de coronavirus este colectivo (conformado en su gran mayoría por mujeres) día a día suministran los servicios básicos a las personas que no pueden realizar actividades vitales como comer, medicarse o asearse sin ayuda. Sin embargo, las trabajadoras temen contagiar a los mayores a los que llevan años atendiendo si no se les suministra material, ya que precisamente las personas con más de 65 años son consideradas de “mayor riesgo” en esta pandemia que ha obligado a decretar el Estado de Alarma y a que la población se mantenga confinada en casa.

Las trabajadoras que prestan este servicio en Las Palmas de Gran Canaria llevan días denunciando las carencias de material con las que cuentan para desarrollar su trabajo. Es un problema que afecta también a otros empleos y para la que el Ministerio de Sanidad asegura que se está poniendo solución. En el caso de esta ciudad, el ayuntamiento respalda la demanda de mascarillas y guantes, fundamentalmente, que ha realizado la empresa adjudicataria de este servicio y que se han mantenido diferentes reuniones, además de haber trasladado un escrito a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias y a la Delegación del Gobierno. Desde esta última institución, aseguran que han recibido estas demandas y que se tendrán en cuenta.

Este viernes por la tarde, el sindicato UGT informaba de que el Juzgado de Instrucción número 8 de Las Palmas de Gran Canaria ha obligado a la empresa adjudicataria (Clece) a poner a disposición de sus trabajadores mascarillas, gel desinfectante, guantes y batas desechables en un plazo de 48 horas. Se trata de unas medidas cautelares establecidas en una resolución judicial tras la denuncia que presentó su Federación de Empleados Públicos de Canarias.

La secretaria de este sector de UGT en Gran Canaria, Lidia Cordero, explica que se ha llegado a plantear a la administración pública que se mantengan los servicios solo en los casos de emergencia y a cubrir necesidades básicas. Apunta que gran parte del trabajo diario que realizan estas mujeres es el de hacer limpiezas generales en las viviendas a las que acuden. Sin embargo, existen otros servicios que sí considera que son de primera necesidad y que muchas personas que viven solas, por ejemplo, no pueden dejar de recibir. Se trata de lo que llaman “auxilios”: ayuda a estas personas en la comida, en el aseo diario, medicarlas, ir a la farmacia, acompañarlas al médico… Sin embargo, debido a la situación de aislamiento, hay mayores que reciben este servicio pero que ahora sí que cuentan con familiares en la vivienda durante el día. “Algunas familias han llegado a decirnos que no entremos en casa sin equipos”, destaca.

No obstante, desde el ayuntamiento consideran que este servicio esencial no se puede paralizar, aunque matizan que se ha establecido un protocolo para garantizar la máxima prevención y se trabaja para que el material esté disponible lo antes posible. Así mismo, desde la corporación municipal, subrayan que cada día se está telefoneando a las personas mayores para preguntarles cómo se sienten y si tienen síntomas para, en ese caso, llamar al teléfono facilitado por el Servicio Canario de Salud ante la crisis del coronavirus (900 112 061)

Lidia Cordero señala que “por suerte, de momento no hay trabajadoras contagiadas”, y ninguna de ellas se ha quedado en casa, pero insiste en que muchas de ellas tienen miedo. “En mi caso soy joven y estoy sana, pero mi mayor miedo es contagiar a los mayores con los que llevo tantos años”. Señala que hay compañeras suyas que están llevando material de casa que tenían o incluso “poniéndose bolsas de basura”. Las mascarillas además deben ser desechables y son varios los domicilios que una misma persona hace en un día: “Al cuarto ya no me llega”, explica.

El 70% de estas trabajadoras además no cuenta con vehículo propio y a ello se le suman las limitaciones que está teniendo estos días el transporte público por las medidas decretadas en el Estado de Alarma. La mayoría de desplazamientos asegura que los realizan a pie, lo que puede aumentar las probabilidades de contagio ya que pasan mucho más tiempo en la calle “lo cual complica el servicio y nuestro horario”, puntualiza.

En Santa Cruz de Tenerife, este lunes por la mañana se producía un revés para el sector. Una jueza consideraba que no es posible suministrar de material a todas las trabajadoras al entender que no se puede obligar a la empresa ni al Ayuntamiento “a cumplir una orden que resulta materialmente imposible según las leyes de la lógica y la realidad”.

Canarias ha destacado desde los doce años en los que lleva implantada la Ley de Dependencia por ser la única comunidad autónoma que no tiene desarrollado el servicio de ayuda a domicilio de forma pública, una de las prestaciones amparadas en el marco de esa ley. Su estadística, recogida de forma oficial cada mes en el IMSERSO, se encuentra prácticamente a cero. En la mayoría de los casos se desarrolla como “prestación vinculada al servicio” y en el caso concreto de Las Palmas de Gran Canaria, a través de una empresa privada adjudicataria, Clece. Hay unos pocos ayuntamientos que prestan de forma pública y directa, sin intermediación de empresas esta ayuda a domicilio. En la página web del Gobierno de Canarias se destacan algunos como Moya, Agüimes, Mogán, Valleseco o Candelaria.

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