Un estudio del Hospital de la Candelaria detecta anticuerpos en la sangre del cordón de un bebé cuya madre fue vacunada contra la COVID

Irene Pastrana, embarazada de 35 semanas, es una de las mujeres que se ha puesto en contacto con la investigadoras del Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria para participar en el estudio

Belén Rodríguez / EFE

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Un estudio del Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria, en Tenerife, ha detectado anticuerpos protectores frente a la COVID-19 en la sangre del cordón umbilical de un bebé de una madre vacunada.

Esta investigación, que prevé ampliar la muestra a medida que las madres embarazadas que se han vacunado den a luz a sus hijos, quiere demostrar que las vacunas son igual de seguras para ellas que para el resto de la población.

La matrona supervisora de paritorios en el Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria, Isis Suárez, explica en una entrevista que el niño nacido en junio, el primero de este estudio, no ha tenido ningún efecto secundario derivado de la vacuna.

Por ello ha insistido en que las mujeres embarazadas, consideradas población de riesgo frente a la COVID-19, se vacunen en cualquier momento, pues no solo se protegen a sí mismas sino que podrían pasar los anticuerpos a sus hijos, tal y como sucedió en el primer caso que se ha analizado.

Con el objetivo de ampliar este estudio y poder concluir que los anticuerpos pasan a los niños a través de la placenta de forma similar a como sucede con la lactancia materna, este hospital lleva a cabo un nuevo estudio en mujeres embarazadas que hayan decidido vacunarse contra la COVID.

Para participar es necesario estar embarazada y haber recibido las dos dosis de la vacuna, residir en Tenerife y contactar con las investigadoras a través del teléfono 627897850.

Este grupo de investigación, en el que participa personal de los servicios de Pediatría, Laboratorio de Análisis Clínicos y Microbiología y Obstetricia-Ginecología del hospital, ha publicado otra investigación en una revista científica internacional en la que demuestran que el cien por cien de las 98 madres vacunadas lactantes que participaron en el estudio pasaron anticuerpos a sus bebés por leche.

Después de analizar la sangre y leche de estas mujeres, concluyen que la vacunación en madres lactantes es “segura y eficaz”, pues ninguna de ellas ha tenido reacciones adversas de carácter grave y los lactantes no tienen síntomas importantes claramente relacionados con la vacuna.

Ahora el estudio se amplía a mujeres embarazadas con el objetivo de poder hacer la misma afirmación en este grupo poblacional, indica Isis Suárez, quien detalla que por el momento hay diez mujeres que en un breve plazo de tiempo van a participar en la investigación y se van a someter a una analítica de sangre y del cordón tras el parto.

Según la matrona, a final de año esperan poder haber tenido muchas más muestras que les permitan concluir que la vacuna es segura para las embarazadas y sus hijos, tal y como ya afirman numerosos estudios y respaldan los colegios profesionales y la Organización Mundial de la Salud.

Destaca que durante el embarazo hay un mayor riesgo de enfermedad grave por COVID para madre y bebé, por lo que es importante que las mujeres se vacunen.

Además, según alerta, se ha registrado un aumento del número de embarazadas infectadas por COVID en los últimos meses debido a que la mayoría no estaban vacunadas y que las medidas referentes a lavado de mano y uso de mascarilla se han relajado.

En el Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria se ha registrado en la última ola un aumento de los casos de embarazadas con coronavirus. La mayoría de estas mujeres han sido asintomáticas, aunque hay casos más graves que han tenido que ser ingresadas en la UCI por problemas respiratorios, precisa la matrona.

Por ello, agrega, “es importante que la vacunación llegue ya y lo hagan en cualquier momento del embarazo” y que las embarazadas pierdan el miedo y se conciencien de que la vacuna es segura y no tiene efectos secundarios.

Embarazadas vacunadas

Irene Pastrana, embarazada de 35 semanas, es una de las mujeres que se ha puesto en contacto con la investigadoras del Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria para participar en el estudio para que las mujeres que se quede embarazadas dispongan de más información y no tengan que pasar por los miedos y dudas que ha tenido ella.

Esta mujer de 35 años, que espera al 1 de septiembre para ponerse la segunda dosis de la vacuna, afirma que lo retrasó tanto porque al principio de su embarazo nadie le decía si era adecuado o no vacunarse y lo dejaban en sus manos.

Después de pensarlo mucho con su pareja, decidió hacerlo y, aunque tras el primer pinchazo reconoce que lloró debido a “toda la tensión que tenía”, ahora se siente mucho más tranquila porque cree que de esta manera se protege a sí misma y a su hijo, que nacerá a mediados del mes de septiembre.

Cristina Rodríguez, embarazada de 21 semanas, también tiene interés en participar en el estudio después de haberse vacunado tras leer en la prensa “el creciente número de muertes de embarazadas debido a la COVID”.

No pensaba hacerlo hasta después del parto, pero tras meditarlo mucho consideró que lo mejor era hacerle caso a las autoridades sanitarias y dar el paso.

Ahora lo tiene claro: “Evitemos el vernos ingresadas en las UCIs con el remordimiento de no haberlo hecho en su debido tiempo”, concluye esta embarazada, quien insiste en que la vacuna puede salvar la vida de las mujeres y la de los bebés que llevan dentro.

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