Una familia salda su deuda hipotecaria con céntimos
La Plataforma Afectados por la Hipoteca (PAH) ha entregado este miércoles los 600 euros necesarios para pagar los plazos hipotecarios pendientes de una familia tinerfeña amenazada de desahucio, tras recaudarlos en la campaña Céntimos para un milagro y tratar de ingresarlos el pasado lunes sin éxito.
Esta campaña, llevada a cabo por el grupo Se busca Robin Hood, Gente Solidaria de Candelaria y la PAH ha recogido un total de 700 kilos de monedas de uno, dos y cinco céntimos, lo que eleva el total a más de 5.000 euros, y supondrá un soplo de aire fresco para tres familias de la isla.
La entrega del dinero aportado por ciudadanos y pequeñas empresas estaba prevista para el pasado lunes, cuando se pudo ingresar el dinero necesario para salvar a dos familias y comenzar a pagar la deuda de Eduardo Núñez y Gloria Rodríguez, pero su pago fue interrumpido al llegar la hora de cierre de la sucursal, cuando habían hecho entrega ya de 1.200 euros.
Al no conseguir entregar todo el dinero de una vez porque el banco no disponía de más envases para recoger las monedas, se tomó la decisión de repetir este miércoles la hazaña e ingresar la cantidad pendiente que adeudaba la familia de Eduardo Núñez y Gloria Rodríguez.
Finalmente, el dinero ha sido ingresado y la familia está a la espera de que desde la sucursal del sur les llegue el comprobante de que ya está saldada la deuda.
Noemí Morales, del grupo Se busca Robin Hood, ha criticado en declaraciones a los medios de comunicación, las formas adoptadas por la entidad hace dos días, ya que, ha indicado, “el BBVA, después del impacto de vernos entrar con las carretillas, nos ayudó, pero el Santander - lugar donde han vuelto a intentarlo hoy- ha hecho todo lo contrario: nos cerraron a las dos y mediar y sólo poseían diez hojas de reclamación”.
La campaña, que nació con el fin de salvar a una familia, ha conseguido finalmente los fondos necesarios para afrontar los problemas hipotecarios de tres, algo que en Se Busca Robin Hood no podían imaginar “ni en sus mejores sueños”.
“Hay gente que los ves que están para ayudarlos a ellos y te vienen con su bolsita. Se te parte el alma”, ha afirmado Noemí Morales, quien ha indicado que “hay que poner tope a la recogida de céntimos, porque no va a ser eternamente”.
Ha recordado así que las organizaciones que a día de hoy ayudan a las familias con problemas hipotecarios no son la solución, “sino un parche, el problema es otro y por eso estamos aquí”.
Inmaculada Évora, de la PAH en Tenerife, ha indicado, previo a la entrega del dinero, que“se ha preguntado en el Banco de España para ver cuál es la normativa y nos han dicho que no hay ningún tope, sino que es política de la entidad”.
Los “céntimos para un milagro” han ayudado hoy a una familia formada por “un señor y una mujer, que están trabajando pero con sueldos bastante bajos, además de con tres menores a su cargo”, ha explicado Évora.
Además, ha añadido, su estado de salud no es bueno, pues “él ha sufrido un par de infartos y anginas de pecho”.
Eduardo Núñez y Gloria Rodríguez debían tres cuotas de su préstamo hipotecario, por lo que los intereses hacían imposible que se pudiera saldar dado los salarios tan bajos que reciben.
La PAH considera asimismo que cuando se entra en este círculo se pueda salir, pues “los intereses te comen, al ir todos los ingresos familiares a amortizar esto y, sólo si queda algo, a cubrir el capital.”
La iniciativa ha tenido su origen en Tenerife y en la organización no tienen constancia de otra igual a nivel estatal, aunque, debido a su repercusión, está previsto que se ponga en práctica en otras ciudades interesadas en calcar el modelo.
“Ojalá se multiplique y podamos demostrar que por muchas pequeñas cosas podemos conseguir grandes soluciones”, ha afirmado Évora, que ha pedido un esfuerzo “a los señores que nos están gobernando con sus grandes sueldos para que hagan un esfuerzo y den soluciones”.
Los afectados, Eduardo y Gloria, cruzaban las puertas de la sucursal con la esperanza de que esta vez el dinero fuera ingresado y “el botín llegue a Botín”, aseguraba el hombre.