El obispo de la provincia de Las Palmas critica la eutanasia confundiéndola con el suicidio: “Matarse se puede matar el que quiera, abres el gas o te tiras por la Giralda”

José Mazuelos, obispo de la diócesis Canarias, en la provincia de Las Palmas

Canarias Ahora / Europa Press

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El obispo de la diócesis Canarias, de la provincia de Las Palmas, y presidente de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José Mazuelos, ha criticado la “inhumana” ley de eutanasia y ha opinado que quien quiera matarse puede “abrir la llave del gas o tirarse por la Giralda”.

“Ahora vienen con una ley que dice 'hago con mi vida lo que me da la gana' pero tienes que venir tú a matarme, tiene que venir el Estado a través de los médicos. Si usted me lo reivindica desde el individualismo radical, ¿cómo me reivindica usted la dimensión social? ¿Que yo tengo una obligación de matarlo? No. Matarse se puede matar todo el que quiera, es un poder que todos tenemos: abrimos el gas y nos quedamos dormiditos la mar de dulce, o te puedes tirar por la Giralda o a las vías del tren”, ha subrayado el obispo de Canarias.

Así lo ha indicado en un encuentro con la prensa este miércoles, en el marco de la Asamblea Plenaria que reúne esta semana en Madrid a los obispos españoles y, durante la cual, los prelados han analizado un informe acerca de la eutanasia y el testamento vital, para que los ciudadanos puedan dejar por escrito que no quieren que se les practique la eutanasia.

La eutanasia, solo para casos graves, crónicos, incurables e imposibilitantes

Mazuelos en su intervención describe más bien un suicidio, es decir, cuando una persona puede acabar con su propia vida. Pero ¿qué ocurre cuando el o la susodicha, en su libertad para decidir sobre vivir o no, no puede “abrir el gas” o “tirarse por la Giralda”? La ley Orgánica 3/2021, de 24 de marzo, para regular la eutanasia, aquella que es consecuencia directa de la acción de una tercer persona, señala que solo pueden solicitar ayuda para morir los que cumplan una serie de requisitos: “Toda persona mayor de edad y en plena capacidad de obrar y decidir puede solicitar y recibir dicha ayuda, siempre que lo haga de forma autónoma, consciente e informada, y que se encuentre en los supuestos de padecimiento grave, crónico e imposibilitante o de enfermedad grave e incurable causantes de un sufrimiento físico o psíquico intolerables”. En el texto se articula también la posibilidad de solicitar esta ayuda mediante el documento de instrucciones previas o equivalente, legalmente reconocido.

Gracias a esta ley España se convierte en el séptimo país del mundo en contar con una ley para la eutanasia tras Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Canadá, Colombia, Nueva Zelanda y Australia.

Una normativa que introduce la prestación de ayuda para morir de dos modos: a través de la administración directa al paciente de una sustancia por parte de un profesional sanitario, o bien mediante la prescripción o suministro de una sustancia, de manera que el paciente se la pueda auto administrar, para causar su propia muerte.

Critica al aborto

Por otro lado, José Mazuelos ha criticado la propuesta de la ministra de Igualdad, Irene Montero, de reformar la ley del aborto para que las menores de 16 y 17 años puedan abortar sin permiso paterno, y se ha preguntado si va a ser la propia ministra la que acuda a cuidar a la menor si tiene alguna complicación como “una perforación de útero”.

“Es una barbaridad que una menor pueda abortar sin consultar. Y si después hay alguna complicación, ¿qué va a ir, la ministra al hospital a cuidarla?”, ha indicado. “¿Vale el consentimiento informado porque lo diga la Irene Montero?”, ha agregado.

Por otro lado, preguntado por la ley de infancia y los abusos, el obispo ha defendido que “la Iglesia lleva luchando años contra el abuso de menores”, que es “una lacra” y que “aquel que se demuestre que ha cometido abusos, que entre en la cárcel”, aunque también ha pedido respetar la presunción de inocencia.

En este sentido, se ha manifestado “en contra de que la ministra de Derechos Sociales (Ione Belarra) se meta con la Iglesia” -la acusó de ser “cómplice de la violencia sexual hacia los niños”- y, sin embargo, no protege, a su juicio, a “los niños que se pueden cambiar de sexo sin consultar con sus padres”.

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