El presidente de Nutrición Sin Fronteras advierte de que la mala alimentación canaria es un problema de salud pública
El presidente de Nutrición Sin Fronteras y catedrático de medicina preventiva y salud pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Lluis Serra Majem, ha advertido este martes a los diputados del Parlamento de Canarias de que la deficiente alimentación de la población canaria “es el verdadero responsable de los problemas de la salud pública”.
“Canarias va un paso por delante en obesidad y diabetes y un paso por detrás en la promoción de una alimentación saludable”, lo cual afecta sobre todo a la población más vulnerable desde el punto de vista socioeconómico, porque la pobreza multiplica por tres el riesgo de padecer estas enfermedades, ha asegurado el experto, en una comparecencia en comisión parlamentaria.
Solamente cambiar de la dieta fast food a la dieta mediterránea supondría 4.000 muertes por infarto menos y 8.500 casos de diabetes menos en las Islas, algo que “ningún medicamento podría conseguir nunca”, ha dicho el experto para subrayar la importancia de una buena dieta para la salud de la población y para el sistema sanitario.
“Hablamos de salud, de cultura, de economía, de biodiversidad y de medio ambiente, todo eso cuidamos cuando promovemos una dieta sana”, y aunque revertir la situación tiene muchas dificultades, existen herramientas educativas y fiscales muy importantes, indicó.
Lluis Serra explicó que los canarios consumen en exceso papas, azúcares y bollería, así como lácteos y cereales refinados, pero pocas ensaladas, y realizan poca actividad física.
En un estudio con 7.500 voluntarios de entre 55 y 75 años se comprobó la reducción de la morbilidad cardiovascular, del cáncer de mama e incluso de la depresión asociada al consumo de dieta mediterránea con aceite de oliva y frutos secos, frente a los que dan prioridad a los hidratos de carbono.
El catedrático puso mucho énfasis además en favorecer el consumo de los alimentos producidos localmente tanto por razones de salud como medioambientales y de desarrollo económico de las Islas.
Fiscalmente, “hay margen” para actuar con el IGIC y con el REA, por ejemplo favoreciendo los quesos artesanales canarios o penalizando la importación de quesos de baratos de baja calidad o de papas precocinadas de Israel o Reino Unido.
En un proyecto denominado La isla en tu plato, se pudo comprobar que todos los alimentos asociados a la dieta mediterránea se producen en el sistema tradicional canario y esa es la manera de vincular el sistema productivo con la economía local, el medio ambiente y el sistema sanitario, insistió el nutricionista.
“Canarias necesita una política alimentaria firme y decidida a favor de un modelo alimentario sano y sostenible”. La población infantil y con peores estándares socioeconómicos es la que más lo precisa, les dijo a los diputados.
“Si yo fuera consejero, intentaría que la gente entendiera la transversalidad de la alimentación” con respecto a la sanidad, la cultura, el patrimonio, el medio ambiente y la riqueza económica“, afirmó.
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