El sol quieto del Bentayga
Debió ser algo impactante para el pensamiento aborigen de los tiempos prehispánicos. Ver cómo el sol despunta por las cumbres de Gran Canaria y toca el santuario natural del Roque Bentayga en su máxima extensión hacia el sureste, cada solsticio de invierno, es un fenómeno que a los ojos del siglo XXI resulta curioso y conmovedor, pero que hace medio milenio marcaba a los habitantes de la isla todo su modo de vida y creeencias.
Este jueves, poco después de las 8:10 de la mañana, se ha podido apreciar cómo el sol quieto de invierno explotaba junto al Bentayga. El momento más preciso se producirá el sábado 21, día en que entra formalmente el invierno a las 17:11 horas insular canaria, pero el Cabildo de Gran Canaria ha querido organizar la visita guiada al yacimiento de Acusa este dia, para recibir la llegada del invierno.
El fenómeno, según explicaban desde la mesa de la Vega de Acusa los organizadores del acto, se podrá contemplar cada alba entre el sábado 21 y el día de Navidad, durante los cuatro días en torno al solsticio en los que el sol permanece quieto en el mismo punto del horizonte al levantar el día.
El Roque Bentayga, con todo su significado místico para los antiguos aborígenes, es el punto más extremo que alcanza el Sol cada invierno, en movimiento en torno al anfiteatro natural que, contemplado desde el rico yacimiento aborigen de Acusa, abarca desde los dos roques emblemáticos de Gran Canaria hasta los altos de Artenara, hacia donde correrá el Sol lentamente, a partir del solsticio, hasta la llegada del verano.
La visita guiada a Acusa y su celebración solar fue organizada por la Consejería de Presidencia, Cultura y Nuevas Tecnologías. Ocupada desde época prehispánica, esta plataforma agrícola ha concentrado durante siglos uno de los espacios más importantes del poniente grancanario, informa la propia Corporación insular. En concreto, el Bien de Interés Cultural (BIC) de Acusa lo conforman un conjunto de asentamientos (sobresalen, Acusa Seca, El Álamo, La Candelaria, Cruz de Esquina, Fortamaga, El Hornillo y Acusa Verde) localizados bajo un escarpe situado junto a la mesa que le da nombre.
Cada uno de esos conjuntos responde a la superposición de sucesivos pisos de ocupación e incorpora valores que constituyen una de las mejores muestras de la evolución del poblamiento troglodita (en cuevas) de Gran Canaria.
Restos arqueológicos de todo tipo conviven aún hoy con el poblamiento histórico tradicional de la zona, caracterizado por el uso de las cuevas con fines habitacionales y una economía agrícola.
El programa en el que se inscribe la actividad, Yacimientos Estrella, persigue la difusión, sensibilización y puesta en uso del patrimonio arqueológico de la isla mediante singulares visitas guiadas destinadas a la observación de los cielos desde sus yacimientos arqueológicos más emblemáticos.
Los antiguos grancanarios desarrollaron un profundo conocimiento del cielo y sus ciclos, lo que les permitía organizar su vida doméstica y religiosa. Existen incluso crónicas que hablan de la celebración de festividades prehispánicas conectadas con la posición del sol, la luna y las estrellas, indica el Cabildo. Otros yacimientos de la Isla vinculados a equinoccios o solsticios y en los que el Cabildo viene celebrando visitas son los de Bentayga, Risco Caído, Cuatro Puertas o La Guancha, entre otros.