“No es un trámite agradable”
Ana abortó con 28 años bajo el amparo de la Ley Orgánica 9/1985. Esta ley despenalizó el aborto bajo tres supuestos; riesgo grave físico o psicológico para la madre, violación o malformación del feto.
Ana, como el 97% de las mujeres que deciden abortar, se acogió al supuesto de grave riesgo físico y psicológico. Un momento que describió como “un mero trámite” en la clínica concertada a la que acudió para interrumpir su embarazo, “llegas allí, el psicólogo te pregunta si vienes por motivos psicológicos, dos minutos, firmas y estás fuera”, asegura Ana.
Precisamente, ese supuesto, el de riesgo físico y psicológico para la mujer, es uno de los puntos en los que se centra el debate en estos momentos.
El ministro de Justicia del Gobierno de España, Alberto Ruiz - Gallardón, se muestra a favor de incluir este supuesto en la propuesta del Gobierno estatal de derogar la actual ley del aborto.
La intención del ministro ha hecho que saltaran todas las alarmas de los denominados colectivos pro vida. La plataforma Derecho a Vivir emitió un comunicado en el que afirmaban que entre los supuestos para abortar, este se presta a “interpretaciones arbitrarias” y supondría “un coladero” para el “aborto libre”.
Ana lo tuvo claro desde el principio; “sabía que no era el momento de ser madre y llamé a la clínica para pedir cita”. Cuando llegó allí le sorprendió la cantidad de mujeres que esperaban su turno en la sala de espera, “había mucha gente, y de todos los perfiles”, comenta.
Afirma que fue muy afortunada porque pudo costearse el proceso, cuyo precio varía entre los 450 y los 550 euros. Cuenta que en la clínica coincidió con chicas muy jóvenes que se habían trasladado desde otras islas para interrumpir su embarazo.
Asegura haber tenido mucha suerte al haber abortado durante la ley orgánica de 1985, “la otra opción que te queda es tener que ser madre toda tu vida cuando a lo mejor no lo sientes así”, asegura.
“No es un trámite agradable. El hecho de tener esa opción no me ha invitado a pensar que es una opción fácil. No me han quedado ganas de repetir”, concluye Ana.
