La Unidad Militar de Emergencias aprende el uso de fuego técnico para usarlo en la extinción de incendios

Una treintena de mandos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) de diversos lugares de España se han trasladado a Gran Canaria para formarse en el uso del fuego técnico como herramienta de prevención y extinción de incendios forestales a cargo de los especialistas del Cabildo, pionero en el uso de estas técnicas.

Organizado por la Escuela Nacional de Protección Civil, treinta mandos militares de Sevilla, León, Madrid, Zaragoza y Valencia permanecerán en Gran Canaria hasta el próximo viernes para recibir un curso de 52 horas en cuya parte teóricas conocerán, entre otras, los patrones de ignición, desde quemas a favor, en contra, a favor por fajas, por puntos, quemas de flancos y en anillos concéntricos.

Tras dos jornadas teóricas subirán a la cumbre para las jornadas prácticas en terrenos seleccionados por el Cabildo con el apoyo de los equipos Presa, de modo que pongan en acción técnicas más complejas en el uso del fuego para que la UME incorpore habilidades que requieren mucha precisión dada la peligrosidad de manejar llamas en pleno incendio, es decir, en condiciones propicias para su propagación, pero que sin embargo resultan altamente eficaces.

Se trata sobre todo de los contrafuegos, es decir, adelantarse a la cabeza y flancos del incendio y quemar una franja de vegetación, de modo que cuando el incendio llegue solo encuentre tierra quemada libre de cualquier combustible que le permita proseguir.

Este es el décimo año en el que el Ministerio de Interior elige Gran Canaria para la formación de la UME, ya que la isla es uno de los lugares de Europa más complicados para defender del fuego por su orografía y la dispersión de su población, lo que ha hecho que el personal de Medio Ambiente del Cabildo, los equipos Presa, hayan alcanzado una alta especialización y por la isla hayan pasado en esta década más de un millar de miembros de la UME.

El fuego técnico también se usa para prevenir, las denominadas quemas prescritas, por eso el trabajo de los equipos Presa en otoño e invierno en liberar el monte de combustible vegetal y crear franjas defendibles en caso de incendio porque en su interior las llamas pierden altura y pueden ser apagadas. Además, estas franjas van dividiendo la isla en mosaico, para tratar de impedir que un posible fuego la arrase, de modo que si se genera en el sur, no salte al norte, ni del este al oeste. Estas quemas, que se realizan en situaciones meteorológicas muy determinadas, son asimismo beneficiosas para la activación de procesos ecológicos esenciales.

Gran Canaria ha realizado estas quemas durante los últimos quince años y el incendio de 2017 fue la primera situación real en la que se pudo estudiar su eficacia en España, una eficacia que alcanzó el 80 por ciento y que despertó el interés de la comunidad científica especializada y de otras autonomías para aplicarlas en sus territorios.