Espacio de opinión de Tenerife Ahora
Color de violetas húmedas
Será por lo que sea. Quizá porque la religión nos tiene cogida la medida. Porque siglos de inmersión son muchos como parar mirar para otro lado. Porque estamos a lo que estamos y hay que coger carrerilla. Será por algo, digo. Pero que no todos los muertos fueron buenos vivos. Ni todos los vivos serán buenos muertos. Ni tampoco todos los vivos son buenos vivos. Y así podríamos seguir.
España es un buen país para morir. Porque se muere bien. Eres un buen muerto, aunque no hayas sido un buen vivo. La retahíla de halagos puede ser inabarcable si terminas en el momento adecuado. Es una oportunidad única para redimirte del pasado, de lo que fuiste. Pero eso es porque saben que ya no vas a ser. Somos generosos con los que fueron y ya no. Les ha pasado a todos.
Quizá porque llega la Semana Santa con sus pasiones y procesiones he pensado hoy en ese momento de la muerte. De cuando llega el final de todo. Yo no sé, como decía Neruda. Yo apenas veo, pero creo que su canto tiene color de violetas húmedas, de violetas acostumbradas a la tierra.
La muerte es un dolor para llorarlo en privado. Que se llora solo. Si es de verdad, es un dolor de unos pocos, que no admite multitudes. Si lo sacas de casa, si te expones, la muerte es algo como un juicio. Que te puede salir bien o mal, según fuiste como vivo. Y eso es así, aunque no te guste.
La muerte está en los catres, dijo Neruda, para quien a lo sonoro llega la muerte, como un zapato sin pie.
Será por lo que sea. Quizá porque llega la Semana Santa, con sus pasiones y procesiones. No lo sé. La cuestión es que hoy pensé en quienes al final de todo se someten al escrutinio de lo que fueron cuando vivos. Y estoy con Neruda: su canto tiene color de violetas húmedas.
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