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Pino Sosa  y las cuentas pendientes

La grancanaria Pino Sosa

Lidia Rodríguez

Mi bisabuelo se llamaba Justo. No era un nombre original; al contrario, era un nombre de esos que se repetían por todo el territorio español. Hace unas semanas, la cantante Rozalén le cantaba al hermano de su abuela en el programa La Sexta Columna titulado Cunetas pendientes.

El hermano de su abuela, casualmente, también se llamaba Justo. Sin embargo, el hermano de la abuela de Rozalén fue víctima de la Guerra Civil española. Contaba en el programa que para su abuela fue una herida cerrada poder encontrar el cuerpo de su hermano. Otra de las víctimas del franquismo que ha conseguido recuperar los restos de su padre, y poder cerrar esa herida, ha sido la grancanaria Pino Sosa.

Pino Sosa es la fundadora de la Asociación de Memoria Histórica en Arucas y tiene 81 años. Su padre, igual que el abuelo de Rozalén, desapareció durante la Guerra Civil española en el año 1937. Pino Sosa relataba en 2014 a Canarias Ahora cómo había pasado buena parte de su vida buscando el cuerpo de su padre, y cómo después de muchos años hay heridas que siguen abiertas: “Había gente que tenía miedo a que delatáramos a los represores pero esa nunca fue nuestra intención. Yo he convivido con ellos, he ido al colegio con sus nietos y también hemos jugado y nos hemos sentado a comer en la mesa”. Quizá sea esta la razón por la que muchos no quieren reabrir las historias del pasado. La historia de Pino es una de las tantas historias que hay a lo largo y ancho del territorio español sobre el franquismo.

El padre de Pino Sosa desapareció cuando ella solo tenía 50 días. El error cometido por su padre fue hacerse miembro de la Agrupación Socialista de Las Chorreras; por eso, se lo llevaron de su casa un 19 de marzo. Después de 81 años, por fin, esta mujer de Arucas ha podido encontrar los restos de su padre.

Monumentos franquistas

El pasado viernes conocíamos la noticia de que el abogado Eduardo Ranz ha presentado un recurso por la vía contencioso-administrativa para que sea un juez el que decida si el conocido monumento a Franco de la avenida de Anaga, en Tenerife, incumple la Ley de Memoria Histórica.

Se trata de un monumento que el Ayuntamiento de Santa Cruz y el Cabildo de Tenerife se niegan a retirar porque consideran que tiene valor histórico y al que tampoco le han cambiado el nombre. Otro ejemplo más de que los ciudadanos tenemos cuentas pendientes con las víctimas del franquismo, y de que no estamos poniendo todos nuestros esfuerzos en hacer cumplir la Ley de Memoria Histórica.

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