Sí al Puerto y al litoral de Santa Cruz

Las posibilidades de desarrollo de nuestro litoral, esa franja de 58 kilómetros que delimita la costa de Santa Cruz, centran el tercer eje del programa con el que concurro a la reelección como alcalde de la ciudad. En las últimas semanas he tenido ocasión de referirme a los bloques dedicados a las personas, con medidas precisas en servicios sociales y vivienda, así como la economía y el empleo, con lo que hemos definido como las palancas de progreso para el municipio. Vinculadas en muchos casos a estas últimas, nuestras propuestas para el litoral parten de una premisa clara: la defensa innegociable del Puerto como elemento clave en el pasado, presente y futuro de Santa Cruz. Allá otros con sus veleidades respecto a la infraestructura que justifica nuestra capitalidad.

No obstante, el ejercicio inequívoco de esa defensa resulta compatible con un mayor aprovechamiento para el disfrute ciudadano. Porque, como he señalado en más de una ocasión, Santa Cruz quiere acceder, pasear, disfrutar y sentir ese litoral en plenitud, de acuerdo con su condición marítima. Durante el mandato que culmina hemos avanzado en esa línea, con nuevas actuaciones para la integración Puerto-Ciudad, que poco a poco nos aproxima al mar, como la apertura del túnel de la Vía Litoral y el aprovechamiento peatonal de 20.000 metros cuadrados, que se verán multiplicados una vez finalice la obra de un segundo túnel, el de la vía de servicios del Puerto, igual que el corredor peatonal que dará forma a un paseo marítimo interior.

No han sido los únicos logros. Pese a las dificultades económicas originadas por la crisis, procedimos a la apertura del Palmetum, que hoy nos permite disfrutar de un fantástico jardín botánico donde se asentaba un vertedero de basuras, y recuperamos el Parque Marítimo César Manrique, abierto ahora en plenitud, los 365 días del año. No olvidemos que uno y otro, igual que parte del Auditorio, se levantan sobre la superficie portuaria, lo que nos vale para insistir en esa convivencia de usos. Pero es que, además, fruto de la persistencia en la reivindicación con los vecinos de San Andrés, junto a la sintonía con la Autoridad Portuaria, impulsamos el dique semisumergido para la defensa del pueblo, cuyos primeros prismas empezarán a colocarse en cuestión de días.

Esa misma perseverancia permitió la eliminación de la barrera de contenedores que impedía la visión del mar en Los Llanos, la reapertura de la playa de las Gaviotas o la renovación del mobiliario de Las Teresitas o la inminente obtención para Anaga de la categoría de Reserva Mundial de la Biosfera, con lo que esto supone también para su litoral. Se trata de progresos evidentes aunque aspiramos a mucho más. Sobre todo a partir de otro logro de este cuatrienio, como ha sido la aprobación del Plan Especial del Puerto, una herramienta que va a acelerar dicho avance. El ejemplo más reciente lo tenemos con la construcción de la nueva Terminal de Cruceros, que impulsará el crecimiento de un sector en alza, generador de empleo y riqueza en la ciudad.

Sucede igual con el aprovechamiento de los terrenos ganados al mar en la zona de la Dársena Pesquera, una superficie de más de 200.000 metros cuadrados, donde van a implantarse nuevas empresas, con la consiguiente creación de puestos de trabajo. O el impulso definitivo del enlace Puerto-Ciudad, con la reconversión de espacios portuarios tradicionales en nuevos elementos para la actividad económica, el ocio y el esparcimiento. O la resolución de la deuda histórica de la playa de Valleseco, igual que hicimos con el dique de San Andrés; la creación del paseo peatonal de Las Teresitas, dotado de iluminación y saneamiento, y la habilitación de zonas de baño, con pequeñas actuaciones, en puntos concretos de Anaga y Añaza.

Pero la realización de estos objetivos exige una participación decidida de otras administraciones. Es un derecho que tiene Santa Cruz y una obligación de instituciones como el Gobierno de España, que tiene que actuar aquí igual que lo hace en ciudades con alcaldías del PP. Sin más discriminaciones de naturaleza partidista. Eliminando trabas burocráticas e invirtiendo con determinación en nuestra capital.