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Sumergidos

José Miguel González Hernández

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No podemos ni debemos creer que trabajar en una situación de irregularidad suponga un beneficio para alguien. Y si así se cree es que no se es consciente de la pérdida de derechos pasivos que un contrato en toda regla otorga. Dado el desequilibrio entre la oferta y la demanda en el mercado de trabajo no se puede hablar de beneficio para nadie si no hay alguien que acepte esa condición y se beneficie de ella. De igual modo, si no hubiera una demanda que sea capaz de asumir la prestación de un servicio sin que exista una factura que lo compruebe, las situaciones sumergidas tendrían sus días contados.

Pero no. Lo barato se impone. No nos preocupa si la procedencia del bien o del servicio respeta la ética social y laboral correspondiente.

Aunque no se pueden tolerar las situaciones de irregularidad, hay que destacar que el probable estallido social no solo se contuvo por las políticas activas de empleo, sino por la economía sumergida. En este sentido, por la tasa de paro estar directamente correlacionada al nivel de economía sumergida de las regiones, los mercados paralelos de trabajo se tornan como la única válvula de escape frente a los problemas económicos que afectan a la población, teniendo en cuenta que se ha pasado de los 90 días de media a los 24 meses entre la pérdida de un empleo y la obtención de otro. Esta situación se denomina paro friccional.

En una situación de escasez de actividad económica, las condiciones de la relación laboral normalmente se aceptan, sobre todo en aquellos centros de trabajo sin una articulación sindical significativa. El concepto marxista de ejército de reserva tomaría importancia a la hora de decidirse por unas condiciones de trabajo u otras.

La economía sumergida es un engaño, tanto hacia la propia persona que la ejecuta como hacia la sociedad que la soporta. Pero incurrir en ella no es un vicio ni una fiesta, simplemente tomándola desde la desprotección que te ofrece la ilegalidad.

¿Cómo se podría solucionar? Generando actividad productiva. Generando demanda. Generando dimensión. Si existe una hora de trabajo adicional y además no está declarada, está claro que se muestra como necesaria tanto para la empresa como para el mercado. Por ello, junto al sistema sancionador existente, también es necesaria la incentivación de su afloramiento para así minimizar el número de pérdidas profesionales.

José Miguel González Hernández

Economista

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