Podemos desvela que el alcalde del PP en Los Realejos tiene el cuarto mejor sueldo de Canarias
El Ministerio de Política Territorial y Función Pública ha publicado estos días el documento Información Salarial de Puestos de la Administración (ISPA), en el que se analizan, entre otras cuestiones, los sueldos de los alcaldes y alcaldesas de todo el país.
En dicho informe, el alcalde de Los Realejos, del PP y con mayoría absoluta en ese municipio del norte de Tenerife, aparece entre los primeros cincuenta regidores que más cobran de los 8.124 municipios del Estado, por encima de ciudades como Sevilla, Salamanca, Las Palmas de Gran Canaria, Palma de Mallorca, Huelva o Santander, entre otras.
Así, Manuel Domínguez (PP), que además es presidente del PP en Tenerife, se consolida con un d y como cuarto alcalde que más cobra en toda la Comunidad Autónoma de Canarias, pese a que su municipio, siguiendo criterios sobre población residente, no está entre las cuatro primeras del archipiélago.
El Círculo Podemos en Los Realejos criticó estos días esa situación, en una coyuntura en la que se han conocido los elevados sueldos del presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, de CC, o del alcalde de La Laguna, José Alberto Díaz, también de la misma formación política.
Para Podemos, ese salario bruto de Domínguez es “desmesurado para un regidor municipal”. Este partido destaca que “resulta ciertamente complejo pedirle a la ciudadanía que haga esfuerzos para llegar a final de mes en la actual situación de crisis económica cuando su alcalde se endosa mensualmente casi 5.000 euros en catorce pagas”.
Además, añade la misma fuerza política, esto resulta “especialmente sangrante si tenemos en cuenta las notables ausencias de Domínguez, que combina su cargo con el de consejero en el Cabildo de Tenerife, con su correspondiente sueldo y dietas, y con el de presidente insular del Partido Popular.
La formación morada ha recordado que, según el código ético de Podemos, ningún cargo público, sea de la institución que sea, podrá cobrar más de lo equivalente a tres salarios mínimos interprofesionales, estableciendo así una limitación salarial genérica que, sumada a la limitación de acumular cargos públicos u orgánicos, son el sello de identidad de Podemos.
