Más de 600 familias de la provincia de Santa Cruz de Tenerife no tienen ingresos suficientes para cubrir las necesidades básicas de sus menores

En diciembre, Cruz Roja ha distribuido 1.876 tarjetas para la compra de alimentos infantiles, entre más de 2.500 menores procedentes de 1.503 familias (608 de la provincia de Santa Cruz de Tenerife y 895 de la provincia de Las Palmas). Estas ayudas han sido derivadas de los Servicios Sociales Municipales, otros recursos del entorno o directamente detectadas desde las oficinas de Cruz Roja.

La Organización ha desarrollado el programa Necesidades básicas a menores y sus familias, financiado por con 200.000 euros por la consejería de Derechos Sociales, Igualdad, Diversidad y Juventud del Gobierno de Canarias, a través de la dirección general de Protección a la Infancia y la Familia, con el fin de cubrir las necesidades alimenticias y de urgencia social de las familias con menores a cargo que carecen de recursos económicos. 

El comunicado emitido por Cruz Roja afirma que los ingresos de estas familias no son suficientes para garantizar la cobertura de sus necesidades básicas, lo que puede llegar a traducirse en una merma importante en su calidad de vida (malnutrición por falta de proteínas o dieta inadecuada, menor atención a su salud, aseo personal y de la vivienda).

En este año 2020 se ha constatado un recrudecimiento de la situación de las familias atendidas por la Institución a raíz de la crisis socio económica y sanitaria derivada de la pandemia por COVID-19. Paralelamente a este empeoramiento de las condiciones de vida de las familias con las que ya se venía trabajando en Cruz Roja, se ha detectado un incremento en la demanda de ayuda de familias hasta entonces, en situación normalizada, como consecuencia de la pérdida de empleo o cese en la actividad de los trabajadores por cuenta propia.

 A través de esta subvención, Cruz Roja apunta que se contribuye a desarrollar aún más la estrategia de atención a las personas que lleva a cabo por la entidad, con la que se ofrecen respuestas integrales como apoyo y mejora en sus condiciones de vida, logrando reducir la situación de vulnerabilidad que a consecuencia de la crisis socio económica ha generado la carencia de la cobertura de las necesidades básicas individuales y familiares.