La ex alcaldesa, que se emplea a fondo en elevar la calidad democrática de esa Corporación que ella y su José Manuel dejaron a la altura del betún, no sólo persigue a los periódicos críticos, sino también a los profesionales y empresarios que en 2007 firmaron un manifiesto público de apoyo a Jerónimo Saavedra. Para ello utiliza a ese periódico de cabecera tan dado a aplicar el periodismo creativo y la ley del fonil con el mismo éxito que ella a la hora de ser creíbles. Por intentar borrarnos de la faz de la tierra, y emulando las mañas antidemocráticas de su jefe, hasta se ha permitido reclamar en el entorno de la dirección de La Caja que no se invirtiera un euro de publicidad en nuestro periódico. No lo consiguió en esta ocasión, pero suponemos que lo volverá a intentar el año que viene si Nueva Canarias le sigue riendo la gracia.