Con el tono que le caracteriza y el talante que marcan los nuevos tiempos, Rubalcaba explicó lo que parece evidente: una interpretación errónea al transcribir una propuesta de cuatro folios para dejarla en quince líneas, indujo a un morrocotudo malentendido que rápidamente fue aprovechado por Mauricio y Paulino Rivero para, cuan perrillos celosos, marcar el terreno con las necesarias y estratégicas micciones. Mauricio está caliente con los socialistas porque esperaba que se metieran desde el primer día en el jacuzzi de Gran Hermano y se confesaran abiertamente amantes del nuevo orden de cosas inaugurado el sábado. Pero los muchachos de Alemán se han hecho los suecos y garantizan los apoyos, pero sin revolcones. Por lo menos de momento. Rubalcaba se lo dejó claro a los empresarios: somos los padres del REF, los que más hemos batallado por él, y no vamos a tocarlo ni a dejar que nadie lo toque. Dicen que convenció.