La soledad de Soria dentro de su propio partido es cada vez más manifiesta. Hasta Acebes, brazo armado de la facción más dura del PP nacional, ha tenido que salir públicamente a enmendarle la plana, lo que fortalece de manera extraordinaria a los que siempre han sido críticos con el presidente del partido en Canarias, que abundan en Génova mucho más de lo que se imaginan. Con Rajoy al frente. Entre algunos de ellos y los más atrevidos de aquí, ya preparan el dossier que van a ponerle sobre la mesa cuando la situación se haga verdaderamente insostenible y haya que dar explicaciones. Le preguntarán por La Favorita, por supuesto, y por el trato de favor que han recibido empresarios con jets privados y salmones a tiro, con chalets relacionados con la trama eólica, con la ordenación del istmo o con la adjudicación de unos módulos de desalación de aguas a la empresa peor puntada de todas las que concursaron. Demasiados escándalos como para pretender que el resto de la organización se mantenga prietas las filas y sin trincar.