La verdad es que jamás nos hubiéramos imaginado que una operación aparentemente tan limpia como la de las compensaciones municipales por la compra de El Confital fuera a tener tantas complicaciones. A la demanda de la familia Reyes, que quiere sacar algo del que antaño fuera su solar de la calle Pavía, hasta el modo y manera en que se ha producido la venta de ese suelo, todo han sido extravagancias. El dúo formado por Juan Calderín y Juan Antonio del Río, los vendedores de El Confital y de Pavía, terminó pactando con los compradores de este último solar un acuerdo societario para entrar a hacer negocios juntos. Nadie se imaginó que en estos días apareciera alguna sentencia -recurrible, eso sí- que compromete la existencia de la inmobiliaria Montecastillo, de Calderín. Pero no es la única complicación de última hora.