Ya se sabe que el periódico El Mundo se derrite por las cosas de Soria, y Arnáiz, el ingeniero independiente y sin carnet, se derrite también por los que se derriten por Soria. No ha sido, por lo tanto, una página de publicidad en la edición de Canarias, más apañadita y baratita, sino en la edición nacional, que es donde Pedro Jota se pone. Así las cosas no es de extrañar este penúltimo servicio a la causa hecho por la esposa de Larry Álvarez, Teresa Cruz, jefa de Gabinete de Prensa y de Actividades Clasificadas del presidente portuario, además de ser la famosa agente Mortadela que descubrió los micrófonos clandestinos en el consejo de administración, y la que llamó a su Filemón para decírselo. Y entonaron su muy particular yomematotoa.