Regresan a la rabiosa actualidad informativa las famosas cuadrículas mineras que el verano pasado nos tuvieron de cabeza. Recordarán que se trata de esas concesiones otorgadas graciosa y mayoritariamente al ex diputado del PP Antonio Luis Medina Toledo y que, en el caso concreto del norte de Gran Canaria, perjudican seriamente los intereses del empresario Félix Santiago Melián. La influencia de Medina es inversamente proporcional a la persecución que en la ciudad de los caballeros y sus alrededores sufre el mentado Santiago, porque el Ayuntamiento galdense ha decidido fumigar el suelo que actualmente está calificado para un campo de golf para convertirlo en uso minero. Lo malo es que se han olvidado de consultar el PIO, que mantiene el golf. La polémica promete porque, que sepamos, nadie quiere bajarse del burro.