Va a tener que darse otra vuelta por los Juzgados de Telde el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Antonio Castro Feliciano, para que los jueces revisen su decisión de no llamar al Séptimo de Caballería. A la actividad que generan las operaciones de lucha contra la corrupción hay que sumar la alta litigiosidad que se ha contagiado por doquier. Guillermo Reyes, con la ayuda de un cada vez más hablador José Luis Mena (qué mala consejera es la incontinencia verbal, amigo Mena), empapela los juzgados con querellas de dudosa credibilidad y peor gusto. Y a ellas se suman las que personas que nada tienen que ver con la política plantean contra esa corte de indecentes que pulula alrededor del poder municipal. Este miércoles supimos de dos que tienen mucha consistencia.