Canarias afronta la caída de su temporada alta turística con temor por la salud mental de la plantilla y los ERTE

Turistas en Bahía Feliz. (ALEJANDRO RAMOS)

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

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Canarias se despide por lo pronto de su temporada alta turística, que comenzó con éxito en el mes de noviembre y que normalmente se prolonga todo el invierno hasta abril. La variante ómicron ha hundido las reservas de cara al mes de enero ante el aumento de contagios de COVID-19 en toda Europa y de las restricciones. Las patronales de las dos provincias canarias culpan de este desplome a la medida del Gobierno estatal de solicitar el certificado de vacunación a los británicos mayores de 12 años para entrar en el país. Tanto desde Ashotel como desde la FEHT han reprochado esta medida ya que consideran que los adolescentes que no disponen de este certificado de vacuna podrían entrar con una prueba diagnóstica negativa como venía solicitando esta comunidad autónoma. La incertidumbre ante las cancelaciones no se palpa solo en la parte empresarial ya que están resultando casi dos años muy duros para la plantilla del sector turístico, que vive en la agonía constante de tener que volver posiblemente a los ERTE y ver así reducidos sus ingresos o en el caso del personal temporal enfrentarse a problemas para encontrar un empleo. 

Borja Suárez es secretario de Acción Sindical de CCOO en Canarias y subraya que las cancelaciones empiezan a ser abundantes. La principal reivindicación del sindicato es que se produzcan reuniones con los comités de empresa y se les informe constantemente en caso de que se decida por parte de la empresa enviar a personal a ERTE. El representante sindical señala que siempre que exista la posibilidad se debe primar el hecho de conceder vacaciones anticipadas ya que, aunque el ERTE cree que es una figura fundamental, esta situación sí que repercute en los ingresos y en la salud mental de los trabajadores. “La salud mental de los trabajadores está en juego”, remarca.

El sindicalista señala que hoteles que estaban “a un 75% de ocupación han pasado a un 45% y sigue cayendo”. “Se está generando incertidumbre a tal nivel que ahora que está en auge hablar de salud mental debemos buscar salidas para los trabajadores y trabajadoras”, apunta. La plantilla viene de un mes en el que parecía que todo se encaminaba hacia la normalidad y ahora de nuevo escucha hablar de ERTE, cancelaciones y de posibles cierres de cadenas hoteleras. Por ello, Suárez insiste en que se busquen salidas de forma unificada y coordinada. Además, explica que las situaciones son muy diferentes por islas y que dentro de una misma isla también se encuentran diferencias, porque según la zona su mercado emisor de turistas es distinto. 

Suárez señala que en estos últimos meses incluso costaba encontrar trabajadores en la hostelería y turismo ya que los salarios del sector no se incrementan desde 2019 y el panorama está cargado de incertidumbre. Parte de estos trabajadores en las Islas asegura que se han marchado a otros sectores menos castigados por la pandemia como la construcción, el transporte y la logística en general, que vive su momento de auge. El mes de noviembre había invitado a la esperanza de la recuperación del sector. Por ejemplo, Ashotel anunciaba a finales de ese mes que el 91% de los empleados de esta área de la provincia habían salido de la situación de ERTE. Según los datos de la Consejería de Economía y Comercio del Gobierno de Canarias en noviembre había 21.694 personas en ERTE en el Archipiélago, una cifra que ha ido en disminución mes a mes, de las casi 200.000 que llegaron a estar afectadas al inicio de la pandemia. 

Las reivindicaciones de Las Kellys que no llegan

Las camareras de pisos también viven con incertidumbre estos tiempos duros para el sector turístico. Ana, portavoz de Las kellys Lanzarote, destaca que en los momentos de mayor precariedad es más difícil luchar por los derechos laborales. A través de la plataforma trata de visibilizar la situación de mujeres que no se atreven a denunciar a veces vulneraciones de sus derechos laborales por miedo a ser despedidas o en el caso de las temporales de no ser contratadas de nuevo. “El estrés es un compañero de viaje que siempre ha estado con nosotras”, explica. La portavoz añade que de las ocho horas laborales que disponen sus compañeras para arreglar y limpiar las habitaciones de los hoteles, dos son para zonas comunes y para desplazarse entre habitaciones. Con ese margen de tiempo tan corto, señala que se produce sobrecarga y por ello siguen reivindicando que se les reconozcan varias enfermedades como profesionales. “Padecemos de trastornos alimenticios, estrés, de dolores de cervicales…” 

Ana explica que el colectivo ha recibido formación en prevención de riesgos laborales para protegerse de la COVID y de otras dolencias, pero que “cuando estás sometida a una carga de trabajo tan grande el estar tomando posturas correctas requiere de un tiempo determinado”, tiempo que asegura que no tienen al estar sobrecargadas. “Por eso caemos enfermas, porque no podemos hacer una correcta aplicación de la prevención de riesgos laborales”, asegura. La situación de incertidumbre actual en el sector turístico asegura que vuelve a golpear a las compañeras más precarias. Aquellas que se encontraban en situación de temporalidad antes de la pandemia se quedaron fuera de los ERTE y recuerda que desde la plataforma se asesoró a compañeras que tuvieron que acudir a solicitar ayudas de alimentos, para el pago de la vivienda y otros gastos necesarios. “Todas las compañeras coincidimos en que antes ya tenían miedo muchas de ellas de abrir la boca y ahora si cabe todavía es peor. Nos cuesta que hablen porque está en juego su calidad de vida de día a día y el pago de las facturas”, apunta. 

La portavoz de la plataforma indica que todas sus compañeras están expectantes con la nueva reforma laboral, “que en muchos aspectos creemos que puede encajar con nosotras” y con las reivindicaciones históricas del colectivo. Sin embargo, desconfían de que desde el sector empresarial puedan buscarse “vacíos legales para seguir explotándolos porque el turismo es explotación de los recursos que es lo que ha pasado en el turismo de los últimos años en Canarias”, lamenta. 

¿Corredores seguros?

Crear corredores seguros es la petición que se lleva realizando desde el sector y las administraciones públicas. El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, indicaba este miércoles en rueda de prensa tras la conferencia de presidentes autonómicos que se ha solicitado al Ejecutivo estatal que tenga en cuenta la delicada situación del turismo en las Islas. Por ello, señaló que ha pedido corredores sanitarios turísticos con los países emisores de visitantes hacia el archipiélago. Según destacó ya esta comunidad autónoma realiza “un estricto control” en los aeropuertos. Esta iniciativa, aseguró Torres, ha arrojado buenos resultados. Así, de 10.345 positivos diagnosticados en la última semana, 49 fueron importados y detectados en estos controles en los aeropuertos. 

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