Un nuevo modelo turístico para llevar a la sociedad canaria al “verdadero” siglo XXI

Eduardo William, empresario y profesor asociado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Alba Morales

Las Palmas de Gran Canaria —

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La COVID-19 ha supuesto un antes y un después para la actividad económica del Archipiélago. El motor turístico que en 2019 contribuyó en un 35% al Producto Interior Bruto (PIB) y era responsable del 40’4% de los puestos de trabajo, según el Estudio de Impacto Económico del Turismo Impactur Canarias 2019, se ha visto reducido desde el Estado de Alarma. De acuerdo con BBVA Research, la Comunidad encadena, desde marzo hasta septiembre, un descenso de entre el 18’6% y el 40’8% del PIB, motivado por el impacto de la pandemia sobre el elevado peso del sector. Ante este escenario, Canarias Importa, iniciativa del Consejo Social de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), apuesta por diseñar un nuevo modelo de desarrollo para las Islas.

De los 10 ejes estratégicos que posee el proyecto, la línea de Turismo es el producto estrella. Liderado por Eduardo William, empresario y profesor asociado de la ULPGC, cuenta con tres propuestas planteadas como impulsoras o dinamizadoras del turismo “para la diversificación en Canarias”:

  • Un nuevo modelo turístico.
  • Vacaciones dirigidas a la tercera edad.
  • Laboratorios de innovación de referencia internacional que pivotan sobre la digitalización y la sostenibilidad, que cuentan además con el análisis y la reflexión de la Cámara de Comercio de Gran Canaria, la Comisión de Turismo o el clúster Turismo Innova Gran Canaria, entre otros.

La idea es caminar hasta el “verdadero” siglo XXI, según William: “Llevamos 20 años haciendo vueltas de reconocimiento. Nos dijeron que sí, que hay que trabajar más con la tecnología digital, que hay que respetar más el medioambiente, el planeta o la biodiversidad”, pero “no hemos ido haciendo los deberes”. Por ello, considera que ahora es el momento idóneo para el desarrollo de estos cambios al existir “unos mimbres sociales y humanos con unos niveles de aceptación al cambio muchos mayores que indudablemente hace 12 meses”, afirma.

William explica que el nuevo modelo turístico aprovecharía el liderazgo mundial del Archipiélago para orientarse hacia un sector inteligente. “Un turismo mucho más digital, mucho más conceptualizado en el ámbito humano, en el tema de la responsabilidad con el planeta”. Esta vía, reconoce, es posible “porque precisamente tenemos un mercado, un sector, una demanda y una oferta muy potente”. La otra idea aspira a “romper el axioma fundamental de que el turismo se basa en el desplazamiento”, cuando a su juicio se sustenta “en la experiencia, en la inteligencia y en las emociones”. La realidad extendida y la neurociencia serían los motores en este cambio de paradigma.

Por otro lado, los laboratorios de innovación de referencia internacional dependen del desarrollo de “unas estructuras y unas grandes conexiones entre administraciones y, sobre todo, de empresas que desarrollen acciones de I+D+i vinculadas a la gran cantidad de datos que podemos obtener, a las pruebas y errores, a los experimentos o a los test”, dice William. De los resultados que se obtengan, el Archipiélago captaría “una gran marca internacional tecnológica que nos pueda poner en el gran centro de I+D+i vinculado al turismo”.

Estas dos líneas ya están siendo analizadas por un grupo de empresarios que, al igual que algunas administraciones públicas, “quieren invertir en ellas”, añade William.

Con vacaciones orientadas a la tercera edad, tanto local como internacional, se apuesta por la competitividad. Con este objetivo, el programa de Turismo ha planteado “un proyecto piloto que sea un hotel escuela y laboratorio orientado al turismo de tercera edad”, dice William.

Esta iniciativa permitiría la creación de una marca para la renovación de los hoteles, es decir, “que pueda haber una opción en la reconceptualización de la planta alojativa para orientarla a resorts o a una estructura, a un ecosistema, a pequeñas ciudades de la tercera edad”; y también la activación de temas y acciones de otros de los ejes de Canarias Importa.

William matiza que esta línea es la más complicada de ejecutar porque “tiene que ver con la estructura física”; por lo que el desarrollo es “más lento”. El turismo inteligente, al contrario, no plantea ninguna dificultad porque “son acciones que ya se están desarrollando y que simplemente había que alinearlas de manera conjunta”. Los laboratorios, por su parte, ya están siendo implantados.

Estas tres iniciativas aún deben pasar a la realidad y desde el eje de Turismo lo saben bien: “Queremos que ya a final de año empiecen a caer una acción detrás de otra y que bajemos la pelota al pie, que no nos quedemos solo en el marco teórico”.

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