ERTE, cierres de hoteles y turistas a la espera de salida: el estado de alarma golpea a los municipios turísticos de Canarias

Playa de Las Vistas, en la localidad turística de Los Cristianos (Arona).

Iván Alejandro Hernández

Las Palmas de Gran Canaria —

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Cuatro días después de que el Gobierno de España decretara el estado de alarma, Andrés Inglés dejó de acudir a su puesto de trabajo como recepcionista en un hotel de Arona, uno de los grandes municipios turísticos del sur de Tenerife. “Me tramitaron el ERTE y me fui a casa con mi mujer y mi hijo”, explica. Confiesa que lo recibió aliviado, porque significaba que podía quedarse en su domicilio y no corría riesgo de contagiarse estando en contacto con clientes o compañeros. Sin embargo, reconoce que este escenario “se afronta con incertidumbre” porque aunque la empresa, cuando vuelva a abrir, ha asegurado que recuperará a toda la plantilla, “luego no dependerá del hotel, sino de la situación de otros países emisores de turistas, si pueden seguir viniendo”. Y eso va para largo…

Hasta el jueves, en el hotel de Andrés quedaban “unos 60 trabajadores” y una veintena de turistas alojados, que tienen de plazo hasta este sábado para regresar a sus países, porque el establecimiento tiene previsto cerrar a las 12.00 horas. Al igual que Andrés Inglés, se verán afectados 150.000 trabajadores del sector, según estimaciones del secretario general de Sindicalistas de Base, Manuel Fitas, en un archipiélago donde el turismo aporta más del 30% al PIB y genera el 40% del trabajo. La Encuesta de Población Activa (EPA) del último trimestre de 2019 situaba el desempleo en las Islas en un 18% (más de 200.000 personas); si las que trabajan en el sector turístico de Canarias van al paro por Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), la tasa se puede colocar en un 35% aproximadamente.

“El impacto en la economía canaria es incalculable. Va a ser gravísimo. El problema es que no sabemos cuál va a ser el final de este proceso, es decir, cuándo podremos abrir nuestras fronteras para que puedan venir de nuevo los turistas. Todo dependerá de la evolución del coronavirus”, ha explicado este viernes el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres.

Al cierre de fronteras se ha añadido la restricción del tráfico aéreo, que queda reducido a 17 vuelos diarios entre Canarias y la Península, y la orden del Gobierno central, que decretó el cierre de los establecimientos turísticos cuando no tengan clientes y, en todo caso, todos a partir del 26 de marzo; antes incluso de este escenario de aislamiento, gran parte de los 1.807 establecimientos turísticos que existen en las Islas, según datos hasta enero del Instituto Canario de Estadística, han clausurado ya sus instalaciones.

El Ejecutivo regional explica que está tratando con el sector el momento en que podría producirse la reapertura. “Hemos calculado que podría ser a partir del 1 de junio”, ha estimado Torres, en declaraciones a la SER, dando por perdida toda la temporada alta del Archipiélago, un pronóstico que comparte Dick Bos, director del hotel La Oliva Beach Resorts, ubicado en Adeje (al sur de Tenerife): “Hasta mayo, como mínimo, lo tenemos prácticamente perdido. Y con un poco de suerte en junio se puede empezar a recuperar”.

Ante esta situación, tal y como está sucediendo en la Comunidad de Madrid, el presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas, José María Mañaricúa, explica que han mantenido contactos con Sanidad para medicalizar hoteles en caso necesario: “Hay una petición, si hubiera necesidad, de usar un hotel como hospital. De momento no es necesario. Nosotros lo hemos trasladado a los hoteleros, por si alguno está dispuesto”.

El director de la cadena Be Cordial & Resorts en Canarias, Nicolás Villalobos, con establecimiento en los dos mayores municipios turísticos de Gran Canaria (San Bartolomé de Tirajana y Mogán), asegura que la parte más traumática de esta situación será “suspender las relaciones laborales con los compañeros y con el equipo”, aunque matiza, “será temporal”. Explica que ya están tramitando los expedientes de regulación temporal de empleo para poder pasar a sus trabajadores al paro y “recuperarlos tan pronto escampe esta tormenta”.

80.000 turistas

En el Archipiélago quedan entre 80.000 y 90.000 turistas alojados en establecimientos turísticos a la espera de retornar a sus países de origen, según datos del Gobierno de Canarias. “Cada día están saliendo más de 200 vuelos de vuelta, que llegan a las Islas prácticamente vacíos para poder trasladarlos. Espero que entre el domingo y el lunes ya hayan regresado todos”, ha explicado también Ángel Víctor Torres. “Es buena noticia el cese de actividad turística y el cierre de los hoteles, porque no tiene ningún sentido que nadie venga, ya que automáticamente las fuerzas y cuerpos de seguridad le impedirán cualquier actividad al aire libre”, ha añadido.

Un día después de que el presidente del Ejecutivo central, Pedro Sánchez, decretara el Estado de Alarma, la directora de la cadena Morasol Hoteles daba la bienvenida a unos 30 clientes en uno de sus establecimientos ubicado en Mogán, a los que deseaba una feliz estancia. 24 horas después, ordenaba que se pasara una carta por debajo de la puerta de cada habitación de los huéspedes pidiéndoles que no salieran.

Hasta el pasado miércoles, este hotel, que tiene 220 plazas, alojaba a 80 huéspedes, todos en sus habitaciones y sin poder usar las zonas comunes. A su juicio, el problema radica en que “hay algunos turoperadores o agencias de viajes que son responsables, que el sábado, desde que se enteraron que había un estado de alarma en España, retornaron a sus países a clientes que esperábamos, pero otros siguieron enviando turistas”, declara la directora de Morasol Hoteles.

Mientras lo cuenta, recibe una llamada: “¿Es cliente del hotel? Que se vaya, no podemos admitirlo. Que se vaya, estamos en cuarentena”. Cuelga. “Son clientes de otros hoteles que han cerrado y vienen aquí, pero no podemos atenderlos”, explica. Esta escena se está repitiendo en varios establecimientos y la directora de Morasol Hoteles considera que “la situación se debería haber gestionado de forma diferente”.

En este sentido, José María Mañaricúa, que dirige la cadena Gloria Palace, critica que hasta la noche del pasado jueves no se ordenara por parte del Gobierno central un cierre ordenado y escalonado de los establecimientos turísticos, para que los hoteleros pudieran notificar a los turoperadores o agencias de viajes que sus clientes tenían que abandonar sus instalaciones porque así lo establecía el Estado. “Como una herramienta”, afirma.

Nicolás Villalobos añade que “por ahora, el único servicio que pueden utilizar los huéspedes es el de pensión alimenticia: bares y restaurantes de hoteles”, pues en el decreto de alarma el pasado sábado para contener la propagación del COVID-19 en España se contemplaba el cierre de los bares y restaurantes de hoteles, “excepto para dar servicio a sus huéspedes”, no el de los hoteles, hasta el pasado jueves.

Dick Bos explica que el hotel Los Olivos Beach Resort, que dirige, sigue abierto con “una ocupación mínima” y ha recibido clientes “hasta el domingo”. Su previsión es cerrar cuando el último huésped abandone el recinto, pero añade que “tampoco es sencillo vaciar las Islas de turistas en un par de días en plena temporada alta”. Además, en su caso, dice “ha habido buena coordinación con las líneas aéreas y con turoperadores”.

Varapalo

Todos los actores implicados, desde trabajadores a directores de hoteles, coinciden en que las consecuencias en algunos de los principales municipios turísticos de Canarias –como Adeje, Arona, Mogán o San Bartolomé de Tirajana– serán catastróficas.

Andrés Inglés opina que para Arona “esto va a suponer un varapalo” del que no sabe cómo se van a levantar, pues prácticamente todos los negocios viven del turismo, al igual que en en el municipio de Adeje. En este municipio, Sergio Medina continúa trabajando en un banco ubicado en Las Américas, en una zona hotelera, porque la entidad, aunque ha decidido cerrar otras sucursales, ésa ha decidido mantenerla abierta de momento.

“Aquí se vive exclusivamente del turismo y está todo paralizado, con casi todos los hoteles cerrados; una cadena está agrupando a todos los clientes en un solo establecimiento para alojarlos mientras encuentran vuelos y, cuando se vacíe, cerrará”. Medina estima que “cuanto menos dure esta crisis, mejor”, pero “existe el temor de que se prolongue más y que las ayudas no sean suficientes. Y en un municipio como Adeje, eso nos arrastrará a todos”. “Es nefasto. Es un horror ver la ciudad o la playa vacía, los restaurantes cerrados”, añade el director del hotel Los Olivos Beach Resort.

Situación similar a la que se vive en Mogán o San Bartolomé de Tirajana, donde “todos los negocios se mantienen por el turismo”, añade la directora de Morasol Hoteles, que cataloga como “un horror” lo que está viviendo; Villalobos considera que Canarias se verá afectada porque es una región muy dependiente de este sector, lo que “se eleva a la enésima potencia cuando hablamos de estos municipios”.

“La cuestión es saber cuánto va a durar. No se trata solo de que salga Canarias y España de la pandemia del COVID-19, sino también los países emisores de turistas. Tendrá que darse una solución global y la definitiva es la creación de una vacuna”, explica Mañaricúa.

Al respecto, Villalobos añade que para el sector, “el corto plazo es infernal, el medio es complicadísimo y el largo es complicado”, aunque confía en el que se vuelva a “retomar el vuelo” a pesar de no saber cuando. “Mientras dure esta alarma, estamos muertos. Y cuando pase, tendremos un despegar muy lento. No sé cuanto tardará la gente en volver a salir de vacaciones”, concluye.

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