Guía de Roma: un paseo por el Aventino y Testaccio
Para la mayoría de los viajeros que se internan por las calles de esa maravilla que es Roma, la vía del Circo Massimo y su prolongación hacia el río (vía della Greca) actúan como una forma de frontera psicológica que mantiene a las masas lejos del Aventino. Pareciera si el combo que forman los templos del viejo ‘Foro Boario’ y la Basílica de Santa Maria in Cosmedin (donde muy pocos entran pese a la maravillosa Cripta de Adriano y a la propia basílica que es mucho más que la famosa y multitudinaria ‘Boca della Veritá’) fueran lo único que hay que ver al sur de los foros y el Teatro de Marcello. Roma es Roma. Y en cualquier rincón puede saltar la sorpresa y dejarte la boca abierta. Y los barrios del Aventino y Testaccio no son una excepción pese a que la mayoría de los viajeros pasan de cruzar esa frontera.
El Aventino es una de las siete colinas sobre las que se construyó Roma y jugó un papel fundamental en la fundación mítica de la ciudad. Fue aquí donde, tras varias horas mirando el vuelo de los pájaros, Remo tomó la decisión del lugar exacto donde debía trazar los primeros límites de la urbe. El lugar, durante siglos, fue el escenario del ‘Armilustrium’, un ritual fuera de los límites de la ciudad donde las tropas se purificaban tras tropas en los descansos invernales. En el siglo IV antes de Cristo el barrio dentro de los límites de las nuevas murallas y se convirtió en un vecindario popular ocupado por trabajadores libres y artesanos (la plebe). Ya algunos siglos después, durante el mandato de Trajano como emperador (98-117 dC) el lugar se convirtió en uno de los preferidos por la aristocracia senatorial para levantar villas lujosas alejadas del centro que después se convirtieron en grandes centros eclesiásticos.
El centro del Aventino romano se situaba en torno a lo que hoy es la Piazza del Templo de Diana. Y todo pivotaba en torno al Restaurante Apuleius (Via del Templo di Diana, 15). Sí. Un restaurante. Si entras en esta pequeña trattoria donde se come muy bien y relativamente barato (para el estándar de Roma), por cierto, podrás ver columnas, muros decorados con pinturas al fresco, viejos muros de ladrillo… Son los restos del Templo de Diana, que ejercía de centro religioso del barrio. Una de las características del Aventino es que servía de lugar de culto para muchas religiones ‘extranjeras’ a través del rito de la ‘evocatio’ (incorporar a los dioses de los países conquistados a la religión oficial del estado). Y eso ha condicionado el desarrollo del barrio a posteriori ya que la Iglesia Católica coptó todos esos lugares de culto y los transformó en templos cristianos. De ahí la gran cantidad de basílicas, iglesias y ermitas que hay en la zona.
En los alrededores de este antiguo templo dedicado a la diosa de la Luna se pueden ver otros restos arqueológicos interesantes: el Mitreo de Santa Prisca (Via di Santa Prisca, 8), uno de los más completos de la ciudad y la Privata Traiani Domus (Piazza del Templo de Diana, sn), casa del emperador Trajano. En la zona hay otros puntos de interés como la pequeña Iglesia de Santa Prisca (Via di Santa Prisca, 11) que a lo tonto es uno de los templos católicos más antiguos de todo el mundo (siglo V) y también una joya artística.
El Aventino y el Lungotevere.- Para muchos de los que se acercan al barrio, el Aventino es apenas un mirador hacia el Lungotevere. Y no les falta razón pese a que pocos se adentran a explorar los otros atractivos históricos y arqueológicos del barrio. El Giardino degli Aranci (Jardín de los Naranjos) culmina en la Terrazza Belvedere Aventino, uno de los mejores miradores de toda la ciudad. Desde aquí puedes ver el gran meandro de Tíber a su paso por la ciudad, los tejados y torres del Trastevere, el Palatino, el Capitolino y, reinando sobre todo el conjunto, la cúpula de San Pedro.
La Via di Santa Sabina ocupa este frente del Aventino que mira hacia el río Tíber con una sucesión de edificios religiosos. Aquí se encuentra uno de los hitos más curiosos de la ciudad: la Cerradura de la Orden de Malta (Piazza dei Cavalieri di Malta, un ‘agujero’ desde donde se puede ver la cúpula de San Pedro y que se ha convertido en una de las fotos de moda de Roma. Pero pocos advierten lo que hay más allá de este agujero con vistas. Aquí se acumula patrimonio religioso de gran belleza: La Basílica de Santa Sabina (Piazza Pietro D'Illiria, 1) es una maravilla del siglo V con una colección de obras de arte impresionante; la Basílica de San Bonifacio y San Alexis (P.za di Sant'Alessio, 23) es un bonito edificio barroco del XVIII aunque sus orígenes se remontan a finales del siglo V (ojo a la escultura del Altar de San Alexis obra del artista barroco Andrea Bergondi); la Iglesia de Santa María del Priorato (Piazza dei Cavalieri di Malta, 4) una joya del neoclasicismo de finales del XVIII que incorpora elementos orientales como homenaje a la historia de la Orden de Malta y, para finalizar, el Colegio Pontificio de San Anselmo (Piazza dei Cavalieri di Malta, 5), una mole neorrománica del siglo XIX. A lo tonto, estos cuatro edificios muestran más de 1.500 años de evolución del arte occidental. Uno al lado del otro. Esto es Roma. Un paraíso para los amantes de la estética por la estética.
Testaccio, el basurero más importante del mundo.- Un basurero monumental. Sólo en Roma podía pasar. El Monte Testaccio (Via Nicola Zabaglia, 24) se encuentra junto al viejo puerto fluvial de Roma, un lugar repleto de ‘horrea’ (almacenes) donde se guardaban las mercancías que llegaban a la ciudad desde todo el Mediterráneo. Uno de los artículos más demandados era el aceite de oliva que se transportaba en grandes ánforas de barro. EL aceite se vendía al detalle y muy pronto la acumulación de ánforas vacías (que no se podían reutilizar por la descomposición del aceite) se convirtió en un problema de salud pública. La solución fue romper las ánforas y acumularlas aglutinadas con cal. El resultado de varios siglos de tarea es esta colina artificial que se eleva casi 50 metros del nivel del suelo y acumula los restos de más de 50 millones de ánforas (lo que supone unos 6.000 millones de litros de aceite de oliva).
Otro de los grandes atractivos de Testaccio son sus cementerios a los pies de las viejas murallas. Desde el punto de vista histórico el más importante de ellos es el Cementerio Protestante (Via Cayo Cestio, 6), que recibe el nombre genérico de ‘Cementerio no católico’, una declaración de intenciones bastante fuerte que pone de manifiesto el peso de la iglesia en la ciudad. En este lugar reposan los restos de varios famosos pero nosotros fuimos a rendir homenaje a uno de los grandes pensadores del siglo XX, Antonio Gramsci. Más allá de las lápidas y los pequeños panteones, el lugar guarda otra de esas joyas históricas de la Ciudad Eterna.
La Pirámide de Cayo Cestio (Via Raffaele Persichetti), una de las tumbas más curiosas de la Roma Clásica. Esta pirámide servía de mausoleo para Cayo Cestio, que fue pretor y Tribuno de la Plebe a finales del siglo I antes de Cristo. Esta tumba es importante porque muestra la ‘moda’ de las tumbas a la ‘egipcia’ que se instaló entre las élites de Roma tras la conquista de Egipto por Augusto (un periodo en que Roma estaba fascinada por la figura de Cleopatra). Existían otras pirámides en la ciudad pero sólo queda esta que fue respetada cuando las nuevas murallas engulleron las tumbas y mausoleos que se encontraban junto a la Via Ostiense (la calzada que conducía al puerto de Ostia). La tumba es muy interesante de visitar y en su interior hay delicados frescos de ninfas y victorias aladas.
Junto a la pirámide se encuentra la Puerta de San Paolo (Piazza Ostiense), una de las más importantes del sistema de murallas aurelianas del siglo III dC que aumentó de manera considerable la superficie de ciudad a intramuros. Esta puerta es hoy la sede de un pequeño museo sobre la Via Ostiense y su pasado como necrópolis. Aquí puedes ver una colección de objetos y obras de arte rescatadas en varias campañas arqueológicas realizadas en torno a la antigua calzada de Ostia. Es recomendable.
Fotos bajo Licencia CC: Riccardo Cuppini; Jorge Franganillo; Hans Dinkelberg; Panairjdde; hannah cook; jnshaumeyer; ScarlettWang; Andy Montgomery; Marco Donati
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