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De la Piazza de Spagna al Popolo. Un paseo por la zona más exclusiva y guapa de Roma

La Fontana de la Barcaza y las escaleras de Piazza de Spagna. Uno de los rincones más bonitos de Roma.

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La Vía del Babuino ejerce de cordón de conexión entre dos de las atracciones arquitectónicas y monumentales de Roma. Una calle que, también, actúa como una de las columnas vertebrales de la ‘milla de oro’ de la capital italiana. A un lado y a otro de esta pequeña calle y hasta la cercana Vía del Corso se abre una verdadera red dedicada a las compras y al lujo. Aquí se concentran las tiendas de las grandes marcas internacionales en una sucesión de locales que apabulla. La mayor parte de ellas se encuentran en la Vía dei Condotti; una de las calles con más solera de la capital. Aquí está, por ejemplo, el Café Greco (Via dei Condotti, 86; Tel: (+39) 06 679 1700), un establecimiento que está abierto desde finales del XVIII y fue parada obligada de los artistas, intelectuales y ricachones que hicieron el Grand Tour, una especie de viaje iniciático habitual entre las élites europeas del XVIII y XIX. Entre la Plaza de España y la Plaza del Popolo median apenas 600 metros. Pero las distancias son muy relativas. Porque en Roma, 600 metros siempre dan para mucho más que en cualquier parte del mundo. Con los jardines de la Villa Borghese al norte y el Tíber al sur, esta porción del antiguo Campo Marzio es uno de los lugares centrales de cualquier visita a la ciudad. Las joyas de la corona son la salida y meta de la carrera (Spagna y Popolo) pero hay muchísimo más que ver.

En tiempos del Imperio, este lugar servía de continuación del Campo de Marte y era un enorme espacio abierto por el que pasaba el arranque de una de las calzadas más importantes de la antigua red de comunicaciones imperial –la Vía Flaminia que coincide con el trazado de la Vía del Corso-. Un lugar que se convirtió en zona de expansión urbana durante el Renacimiento, época en la que el vecindario se pobló de villas palaciegas e inmensos jardines cuyo máximo exponente es Villa Borghese, que por extensión e importancia merecen un capítulo aparte. El Mausoleo de Augusto (Piazza Augusto Imperatore; Tel: (+39) 060608) recuerda los tiempos en los que el lugar no era más que un gran espacio abierto más allá de las puertas de la ciudad.

Los romanos construían sus monumentos funerarios a la vera de los caminos y este fue el lugar elegido por Octavio Augusto para construir el mausoleo para los integrantes de la familia Julia Claudia. Aquí se guardaron los restos de hasta seis emperadores y buena parte de sus familias.  A dos pasos tienes una de las grandes joyas artísticas de la Roma Imperial: el Ara Pacis (Lungotevere in Augusta; Tel: (+39) 06 0608). Este altar monumental dedicado a la diosa Pax se erigió para conmemorar las campañas militares de Augusto en Galia e Hispania. Sus relieves y bajo relieves son la cumbre de la escultura romana. Sin salir de las orillas del Tíber puedes aprovechar para visitar otras tres joyitas. La Iglesia de San Roque (Largo S. Rocco, 1; Tel: (+39) 06 689 6416) con su pequeña Fontana della Boticcela; San Girolamo dei Croati (Via Tomacelli, 132; Tel: (+39) 06 687 8284) –con sus impresionantes frescos- y la Basílica de San Carlos del Corso (Via del Corso, 437; Tel: (+39) 06 6819 2527).

LA PLAZA DE ESPAÑA.- La Piazza de Spagna es uno de los lugares más visitados de Roma. Sus famosas escalinatas –en las que afortunadamente han prohibido sentarse- son uno de los grandes iconos de la ciudad eterna y aunque en los últimos tiempos se han abierto algunos comercios y ‘restaurantes’ multinacionales de dudosa reputación –un pecado imperdonable comer en esos lugares en una ciudad como Roma- sigue siendo un lugar mágico. Este espacio repleto de arte fue el fruto de la pugna entre Francia y España. En la zona de la plaza se estableció la embajada española ante la Santa Sede y la zona alta, dónde se encuentra la Iglesia de Trinità dei Monti era propiedad de Francia. A la construcción del palacio de la embajada, Francia respondió con la iglesia. El resultado es una maravilla. ¿Qué ver en la Piazza de Spagna? Lo primero es el edificio que le da nombre. El fantástico Palacio Monaldeschi alberga desde el siglo XVII la embajada española. Una buena manera de verlo por dentro es acceder a la programación cultural de la legación y asistir a alguno de sus actos. Justo en frente de la embajada te vas a topar con la Columna de la Inmaculada Concepción, la primera de las grandes obras de arte de la plaza (aunque en sentido estricto esto es Piazza Minganelli). Antes de subir por la escalinata detente un rato junto a la Fuente de la Barcaza, una de las obras de juventud del inmortal Bernini que ayudó a su padre en plan becario.

Las famosas escalinatas se construyeron a mediados del siglo XVIII y salvan la altura que separan la Plaza y la iglesia. En cualquier lugar del mundo Santa Trinità dei Monti sería un monumento notable. Pero aquí  más allá de por su importancia histórica –fue construida a principios del siglo XV por orden del rey de Francia- no merece mucho la pena –es de las pocas con trazas góticas de Roma-. Pero subir hasta aquí es una de las cosas que hay que hacer sí o sí y ya que estamos… En frente de la portada de la iglesia verás el Obelisco de Salustiano, uno de los muchos monumentos conmemorativos egipcios –aunque este es bastante tardío y se cree que es una burda copia por los errores en los jeroglíficos- que se trasladaron desde Egipto hasta la capital romana. Siguiendo por la calle de la iglesia (en dirección al Popolo) tienes dos de esas fuentes monumentales romanas que tanto nos gustan: la Fontana del Bottino y la Fontana de Trinitá dei Monti.

Museos en el entorno de Piazza de Spagna.- En la misma plaza, al costado de la escalinata, está la Casa Museo Keats Shelley (Piazza di Spagna, 26; Tel: (+39) 06 678 4235), dónde se explora la relación de la ciudad con el movimiento romántico a través de las figuras de los poetas John Keats y Percy Bysshe Shelley. Para un público mucho más general queda la Villa Médici (Viale della Trinità dei Monti, 1; Tel: (+39) 06 67611) un imponente complejo palaciego con jardines increíbles y una inmensa de colección de arte.

CAMINO AL POPOLO.- Como te decíamos anteriormente, la Vía del Babuino conecta de manera directa Spagna y Piazza del Popolo. A medio camino entre las dos plazas está la Iglesia de San Atanasio (Via del Babuino, 149; Tel: (+39) 06 3600 1261) muy querida en la ciudad por su Fontana del Babuino. Esta fuente monumental no es muy grande, pero su representación de Sileno, el sátiro que ejercía de padre y mentor de Dionisio –el dios del vino-, se convirtió pronto en ‘el Babuino’ por su forma tosca. Ésta era una de las seis estatuas parlantes de la ciudad, esto es, lugares dónde los romanos depositaban pasquines y escritos criticando a las autoridades civiles y religiosas. Así que este lugar actuó como tablón de anuncios popular desde el siglo XV hasta antes de ayer. La importancia del lugar acabó por dar nombre a la calle, que desemboca en el Poppolo a través de la Basílica de Santa María en Montesanto (Piazza del Popolo, 18; Tel: (+39) 06 361 0594) que junto a su casi hermana Santa María dei Miracoli (Via del Corso, 529; Tel: (+39) 06 361 0250) forman una de las portadas más espectaculares de la ciudad eterna.

La Piazza del Popolo marcó durante más de 1.000 años el extremo norte de la ciudad. Aún pueden verse tramos imponentes de las antiguas murallas en lugares como la monumental Puerta del Popolo y la Vía del Muro Torto. El Popolo ha pasado por muchas vicisitudes a lo largo de su dilatada historia. Durante la Roma clásica era el extremo norte del Campo de Marte, la enorme explanada que quedaba al norte de las Murallas Servianas (época monárquica y republicana) que se destinaba a ejercicios militares y como campamento de las legiones que, por orden del senado, tenían prohibida la entrada a la ciudad. Tras la construcción de las Murallas Aurelianas (siglo III) este lugar quedó a intramuros. En la Edad Media, aquí se ejecutaban las sentencias a muerte hasta que en el siglo XII, el Papa Pascual II ordenó la construcción del germen de la Basílica de Santa Maria del Popolo sobre los restos del mausoleo de Nerón(Piazza del Popolo, 12; Tel: (+39) 06 361 0836) –aquí vas a encontrar dos obras maestras del arte universal: La Crucifixión de San Pedro, de Caravaggio y la Cappella Chigi, con obras de Bernini-.

El elemento central de la plaza es uno de los obeliscos más famosos y bonitos de Roma: el Obelisco Flaminio. Este enorme monolito de granito rojo de Asuán rinde homenaje a los faraones Seti I y Ramsés II y se encontraba en el Templo de Ra de Heliópolis. De ahí se transportó hasta Roma y fue erigido como trofeo de guerra en la espina del Circo Máximo. En el siglo XVI se trasladó hasta aquí para servir de adorno de la Basílica del Popolo. La plaza cuenta con dos fuentes (la Fontana della Dea di Roma al Este y la Fontana del Nettuno al Oeste) y desde aquí parten las cuestas y escalinatas que suben hasta el Monte del Pincio, desde dónde podrás disfrutar de unas vistas alucinantes. Desde aquí se accede a la maravillosa Villa Borghese, una de las mayores colecciones de arte del mundo, pero eso es ya otra historia.

Museos en el entorno de la Piazza del Popolo.- Muro con muro. Junto a la Basílica de Santa María del Popolo está el Museo Da Vinci (Piazza del Popolo, 12; Tel: (+39) 06 320 0144), un espacio en el que a través de experimentos y manipulación de objetos se explora el universo inventivo del genio del renacimiento. También cerca del Popolo está la Casa de Goethe (Via del Corso, 18; Tel: (+39) 06 3265 0412) un espacio que recuerda el periodo en el que el escritor alemán residió en la ciudad.

Fotos bajo Licencia CC: Andy Hay; Mzximvs VdB; N i c o l a; Patrizia Peruzzini; Sonse; Fred Romero; Carlo Raso

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