Pese a que el cine de animación forma parte fundamental de la memoria cinematográfica de quienes hacemos este blog, siempre hemos reconocido el brevísimo espacio que le hemos dedicado aquí. Entendemos que no somos expertos en el tema y que no podemos valorar los complejos mecanismos que hacen posible un género tan complicado como fascinante. Pixar ha hecho que todo eso se olvide. Lo consiguió casi desde el principio pero mas aún cuando asistimos fanáticos a las maravillosas tres entregas de 'Toy Story' y la inolvidable 'Up', y comenzamos a darnos cuenta de que estos magos subsidiarios de Disney hacían un cine mucho más humano y universal que aquellos que llevan años izando la bandera de tales propósitos. Y lo han vuelto a lograr. 'Del revés (Inside Out)' es un derroche absoluto de imaginación, un alucinante viaje por las emociones de una niña a punto de entrar en la pubertad y que ve cómo su vida perfecta y feliz se transforma cuando cambia de residencia junto a sus padres.
Riley es la protagonista humana de la película, pero es solo la parte externa de una infraestructura mental comandada por sus verdaderos protagonistas: Alegría, Tristeza, Asco, Ira y Miedo son las emociones que viven dentro de ella. Alegría fue la primera que tomó los mandos y la que dirige los sentimientos de la niña convirtiendo su microuniverso emocional en miles de recuerdos felices. Cuando llega el punto de inflexión para Riley, la cohibida, torpe y acomplejada Tristeza comienza a cobrar protagonismo. Un desafortunado accidente por el manejo de los llamados “recuerdos esenciales” hará que ambas emociones sean expulsadas de la central de mando. Deberán entonces emprender el camino de regreso.
Con la aventura de Alegría y Tristeza descubrimos así que 'Del revés' es la historia de un microuniverso emocional. Un planeta conformado por las Islas de la Personalidad, el Tren del Pensamiento, el Laberinto de Recuerdos, Imaginalandia, la Cueva del Subconsciente o el temible Vertedero. Es un apabullante derroche de imaginación que parece no tener límites. A las dos emociones principales se unen otros personajes que transitan por los mundos mentales de Riley, y que se reservan algunas de las escenas más conmovedoras de la historia de Pixar, si tal listón era posible de superar.
Pero por encima de su atractivo visual, del reto que supone convertir elementos abstractos en protagonistas de una película, está su espléndido guion. Sin tregua, sin explicaciones eternas e innecesarias, con menos diálogos de los que pudiéramos imaginar, la película sitúa al espectador en el punto exacto en el que debe estar. Lo acomoda en su planeta, lo hace partícipe. El público ríe y llora. El público es Alegría y Tristeza al mismo tiempo. Y esa es su magia: sentir que por dentro te está pasando lo que al mismo tiempo estás viendo en una gran pantalla; llegar al final conociéndote un poco mejor, con la sensación de haber viajado a tu propio mundo interior, con la satisfacción de saber que cualquier emoción es necesaria, insustituible, reparable.
Tras su visionado no pudimos evitar recordar el cortometraje de Pixar 'Day and night'Day and night. En el mismo, la factoría de animación ya apuntaba maneras sobre las posibilidades de convertir en cine la necesidad del yin y el yan. Es cierto que 'Del revés' puede parecer excesivamente intensa en algunos tramos, psicológicamente compleja e incomprensible, creemos, para los niños. Nosotros preferimos calificarla de juguetona, sincera y divertida, y así lo demuestra en su desenlace. Como es costumbre en Pixar, la película cuenta al final con una serie de gags que es muy importante no perderse. En ellos se cuenta mucho más de lo que parece y se defienden algunas teorías todavía no muy extendidas sobre el patrimonio de las emociones. Son también el bálsamo de un cuento irrepetible que se hace cortísimo y que se queda grapado a la memoria como si en nuestra central de mando Alegría y Tristeza se hubieran convertido en una sola.
