Y la música (de Beethoven) se hizo verbo: “La relación con la literatura es muy estrecha”

Carmen Bachiller

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La experiencia del exilio del poeta español Juan Ramón Jiménez, Premio Nobel de Literatura en 1956, quedó plasmada en las referencias a Ludwig van Beethoven en su obra. Rafael Alberti dejó entrever alusiones al genio alemán en composiciones de gran intensidad emocional como la 'Cantata de los héroes y a la Fraternidad de los pueblos' e incluso en Federico García Lorca se ve una “afección por Beethoven en sus obras más tempranas”.

Son algunas de las curiosidades que recoge 'Y la música se hizo verbo… Imágenes poéticas de Beethoven' (Tirant lo Blanch, 2021). Es el título del último libro de Juan José Pastor Comín, músico, profesor titular en el área de Música de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y co-director del Centro de Investigación y Documentación Musical (CIDoM), asociado al CSIC. 

El libro se presenta este jueves, 21 de abril, a las 19.30 horas en el Aula Magna de la Biblioteca General del campus de Ciudad Real en un acto en el que habrá literatura, pero también música. El pianista Alberto Barba Santos ofrecerá un recital de obras de Beethoven y de Franz Liszt. El libro será presentado por Matilde Yebra, gerenta de la UCLM y por Víctor V Salido, decano de la Facultad de Educación en Ciudad Real.

Juan José Pastor cuenta en su haber con una docena de publicaciones relacionadas no solo con la música, sino con su faceta de doctor en Filología Hispánica y Clásica y ha conjugado ambas cosas en su labor como investigador. De hecho su tesis doctoral se basó en la música y Cervantes, entre otras cosas porque “El Quijote es un libro que canta”, explica.

“Siempre he pensado que las relaciones entre música y literatura son muy estrechas, por muchas razones: muchos poemas y otras obras literarias pasan al repertorio musical. También poetas y escritores tienen formación musical y toman la música como fuente de inspiración”.

El libro surgió después de un trabajo colectivo en el CIDoM sobre 'Beethoven en España' con motivo de la celebración del 250 aniversario del nacimiento del genio que no pudo celebrarse debido a la pandemia. De la publicación colectiva Pastor Comín ha pasado a escribir en solitario, en más de 700 páginas, sobre la influencia del músico alemán entre escritores y poetas.

Virginia Sánchez Rodríguez, miembro del CIDoM, explica en una reciente reseña sobre esta obra que es un libro “al que tanto la musicología como los estudios filológicos no están excesivamente acostumbrados: radicalmente innovador, aúna su doble formación filológica y musical para armar una semblanza beethoveniana asentada sobre las lecturas literarias de su obra musical”.

“Es muy enriquecedor. Beethoven no es un músico nada fácil y me ha sorprendido que, pese a eso, hay muchos poetas que se dirigen a él con mucha admiración y, al mismo tiempo, con preparación. Llama la atención cómo la experiencia de la música pasa a los versos”, comenta Juan José Pastor.

Y es que no se trata solo de expresar en un poema -o en una novela- lo que hace sentir la música, dice Juan José Pastor, sino “poder ver el poso de la música en otra manifestación artística”. Eso puede apreciarse claramente en escritores que también eran músicos como Thomas Mann, Alejo Carpentier o Milan Kundera. “Utilizan estructuras musicales para organizar sus novelas y los personajes. Son las mismas de las sonatas o sinfonías de Beethoven las que les valen para organizar su trama. Es mucho más evidente en la novela que en la poesía”.

¿Y cómo se produce esa 'sintonía'?, preguntamos. Pastor pone el ejemplo de la obra de Alejo Carpentier, 'El Acoso' (1956). “Discurre en el tiempo real [56 minutos] de ejecución de la Sinfonía Heroica de Beethoven. Eso implica una correlación de sucesos sonoros y literarios. Es un experimento de vanguardia muy, muy interesante”.

Félix Grande y Beethoven

Félix Grande, poeta extremeño, flamencólogo y crítico que forma parte de llamada Generación del 50, Premio Nacional de Poesía y Premio Nacional de las Letras Españolas, entre otros galardones, es uno de los protagonistas del libro. En 2005 recibió la Medalla de Oro de Castilla-La Mancha después de 66 años viviendo en Tomelloso (Ciudad Real). Murió en 2014.

“Es muy interesante ver cómo introduce a Beethoven en uno de sus poemas dentro de su libro de 1966, 'Música amenazada'. Recuerda a un viejo cantaor llamado El Fillo que además era sordo, como Beethoven, y hace una comparación”.

Es una lectura profunda, amena, documentada, arriesgada, innovadora y, fundamentalmente, honesta

Virginia Sánchez explica que el libro está “articulado en cuatro movimientos y un epílogo final, como si remedara una discreta aventura musical clásica sin altas pretensiones” y muestra a un Beethoven “que ha sido, sobre todo, un extraordinario catalizador de historias personales”, como la del recientemente fallecido poeta gaditano Carlos Álvarez. “Su padre era republicano, fue fusilado y se ve una relación similar a la de Beethoven con su padre. Ambos huérfanos pronto. En su libro 'El testamento de Heiligenstadt' cuenta su tragedia personal en clave beethoveniana”, explica el autor.

El recorrido en el libro es amplio. Pastor comienza con la relación que Beethoven mantuvo con la poesía de su tiempo y “discute las imágenes deformadas que nos han llegado de su cultura literaria”, explica Virginia Sánchez. Después pasa al Beethoven en la narrativa del siglo XX para proponer un recorrido por algunos textos de Gide, Proust, Cadilhac, Malraux o Palacio Valdés, “buena parte de ellos influidos bajo el espacio semántico de la Sinfonía Pastoral” o la escritura por la igualdad racial de James Weldon Johnson, la novela lírica de Virginia Woolf y la estructura experimental de Aldous Huxley.

En el ‘tercer movimiento’ (o capítulo) analiza a Beethoven en la poesía universal. Desde quienes glosaron su figura en vida (Clemens Brentano, Franz Grillparzer o Frederike Susan) para continuar con ciertas reminiscencias en la obra de Baudelaire, en dos poemas de Vyacheslav o, ya en la parte final, en dos mujeres como Jan Zwicky y Ruth Padel.

El último capítulo se dedica a la poesía en lengua española repasando, por ejemplo, desde autores de la Generación del 27, la poesía de postguerra, la Generación del 50 hasta llegar a los últimos 20 años, ya en otro siglo. Y aquí, Virginia Sánchez cita “obras de una extraordinaria vitalidad: más allá de la desconcertante fusión con vindicaciones pacifistas que Enrique Morente hiciera del Claro de Luna cantado” y destaca por ejemplo la poesía de Berta García que “a través de Beethoven, confronta la maltratada infancia por los adultos dentro del sistema educativo con el despertar de la adolescencia”. 

Es, concluye la profesora, “una lectura profunda, amena, documentada, arriesgada, innovadora y, fundamentalmente, honesta”.