Palabras Clave es el espacio de opinión, análisis y reflexión de eldiario.es Castilla-La Mancha, un punto de encuentro y participación colectiva.
Las opiniones vertidas en este espacio son responsabilidad de sus autores.
Me llamo Belén Rivera y trabajo como limpiadora en el hospital de Talavera. Soy representante sindical de mis compañeras y compañeros, 73 conmigo en el hospital y 41 en los centros de salud de la Gerencia, distribuidos por la propia Talavera y por diversos municipios de la comarca.
Este servicio, que mire usted por dónde resulta que desde el 14 de marzo toda España sabe que es esencial, lo tiene externalizado el SESCAM. La Empresa Valoriza, que es la adjudicataria, lleva casi tres años de prórroga forzosa. El concurso convocado en su momento terminó impugnado, y entre que ‘ya me voy y ya me tenía que haber ido’, los jefes de Valoriza están desaparecidos. Para qué van a prestar atención a una contrata de la que llevan tres años yéndose. Para qué van a coger el teléfono a la RLT (representación legal de los trabajadores y las trabajadoras, que me toca presidir).
A la escasez total y absoluta de personal, con una plantilla que después del último pliego se vio mermada en más de un 10%, hay que sumar que no se entregan uniformes desde hace ya casi dos más años. Se deben entregar dos anualmente, así que Valoriza ya se han ahorrado cuatro uniformes por empleado/a. Tampoco se hacen reconocimientos médicos, ¡para qué molestarse en cumplir con la vigilancia de la salud!
Después… después han venido los meses pasados con la crisis de la COVID 19, que han sido muy duros para todos, y también por supuesto para quienes trabajamos en los servicios de limpieza de centros sanitarios, que hemos estado al frente, sufriendo el estrés, el miedo, la escasez de medios de protección, teniendo en algunos casos que mendigarlos prácticamente. ¡Ni que fuéramos una súper raza, la de la limpieza, que resultamos inmunes a los virus y a los coronavirus y a cualquier otro riesgo que se presente!
Puede que l@s limpiador@s seamos invisibles, sin embargo, somos la primera barrera de contención para frenar la COVID-19 y nos hemos visto desbordados, con refuerzos de plantilla escasos, una persona por turno; y algunos casos teniendo que trabajar de lunes a domingo sin descanso. Pero dando el 200% y estando más que a la altura.
Dar las gracias a Valoriza por ese reconocimiento que ¡aún seguimos esperando! Y también gracias al SESCAM por su cumplida carta de agradecimiento estándar.
Pues bien, después de esto, con la plantilla agotada, llega el verano. Pero este no es un verano como los otros, cuando se cerraban algunas plantas, bajaba el número de intervenciones quirúrgicas, se reducía el número consultas… (y, claro está, Valoriza cubría lo mínimo).
No; este verano es una continuación de lo que hemos pasado desde que tuvimos el primer ingreso por posible COVID. El estado de alarma ya no está, pero el coronavirus sigue aquí; con menos ingresos, sí, pero hay que extremar la limpieza y las desinfecciones han llegado para quedarse.
No se han reducido consultas, al contrario, se están haciendo obras de remodelación y esto supone que hay trabajadoras que después de su jornada laboral, que termina a las 10 de la noche, continúan trabajando hasta las 12 para dejar todo recogido. Porque no hay contratación de personal para la limpieza de esas obras y tampoco de otras que están en proyecto. Y hay una planta que antes de la pandemia no estaba y que hay limpiar y desinfectar a fondo y de continuo, porque es la dedicada a posibles COVID.
Pero como ‘ya pasó lo peor de la COVID’, los refuerzos en el turno de noche, altas hospitalarias y guardias ya no existen.
Y como es verano, tenemos diariamente, solo en el hospital, 24 personas de vacaciones, un tercio de la plantilla. Y solo se sustituyen seis y no todo el verano, dado que se incorporan compañeras que trabajan los domingos en los centros de salud, que tienen que cubrir también las vacaciones de sus propios centros.
Tenemos trece compañeras de baja por IT y solo se ha sustituido a tres.
Cada día de lunes a sábado les corresponde librar a ocho compañeras por haber hecho la guardia del domingo anterior, y tampoco se las sustituye.
La plaza de especialista de un compañero que se jubiló el año pasado sigue sin cubrirse. Para qué va a ocuparse Valoriza de estas nimiedades. Especialistas son nueve, que falte uno es más del diez por ciento, y sus tareas las tienen que cubrir las compañeras de turno.
También faltan diariamente entre tres y cuatro personas en el turno de la mañana y lo mismo pasa en el turno de la tarde, además del especialista que falta en ese turno. Todo el trabajo tiene que ser asumido por las demás.
En el turno de noche, que son dos trabajadoras, si una tiene que salir a desinfectar en otro centro, algo ya muy habitual, se queda su compañera sola para todo el hospital.
En algunos centros de salud de la Gerencia no es que estén mucho mejor. En el de la Plaza del Pan, un centro donde igualmente las desinfecciones de las consultas ya son más que habituales, hay cuatro bajas y solo dos están cubiertas. En el del Río Tajo falta una compañera que cubre otro centro…
Pensábamos que al fin este año cambiaríamos de empresa en julio y que con ello mejoraría la situación, pero la adjudicación fue impugnada y llevamos ya casi tres años de pliego vencido y con Valoriza pasando de todo.
La precariedad y el abuso laboral deben terminar. Las carencias de personal tienen que ser cubiertas. Se nos están exigiendo sobreesfuerzos mucho más allá de lo admisible. Y veremos cómo haya un rebrote, desde luego en Limpieza no habrá plantilla suficiente. ¡Qué poco hemos aprendido!
1