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El pasado miércoles 28 leíamos en la prensa cómo 198 refugiadas llegaban a Barajas (por cierto, ninguno viene a Castilla-La Mancha). Son un total de 898 personas desplazadas las que ha acogido España, un 5% de las 17.337 que se comprometió a acoger. Por otro lado, el mismo día 28, leíamos en los mismos medios que habían detenido en Grecia a dos personas de nuestro país: Mikel, del País Vasco, y Begoña, de Navarra, por intentar traer ocultos en una caravana a nuestro país a 8 refugiados.
En Grecia hay atrapadas 67.787 personas refugiadas, según datos oficiales. Estas dos noticias se entienden mucho mejor juntas. Pues bien, a Begoña y Mikel se les acusa de favorecimiento de la inmigración ilegal y de imprudencia grave para la integridad de los refugiados.
Cabe preguntarse de qué se debería acusar a nuestro gobierno por la prácticamente respuesta nula que está dando a la crisis humanitaria que vivimos ahora mismo. Hay que preguntarse, también, qué está haciendo nuestro gobierno con toda esa necesidad de ejercer la solidaridad que tenemos muchos y muchas de las que vivimos en este país; qué respuesta le está dando nuestro gobierno a todas las personas que cuando dan cifras, cuando vemos el telediario; no nos limitamos a decir: “qué pena” y no hacer nada.
Por ejemplo, todas esas personas que militan en colectivos y organizaciones que ayudan a los refugiados y refugiadas. Todas esas personas que hemos presentado mociones, escritos, peticiones a nuestras administraciones para que se dé una respuesta REAL y EFECTIVA por parte de nuestro país a toda esa gente que vemos en el telediario y que nos duele como si les conociéramos. Todas las personas que hemos pedido, incluso muchas conseguido, que nuestras ciudades y pueblos sean declaradas ciudad refugio, y a la mayoría no ha llegado nadie aún.
Nosotras, esas personas que queremos ejercer la solidaridad todo el año y no sólo en estas fechas en las que parece que dando un juguete o dando comida, se está cumpliendo con el cupo de solidaridad de los 12 meses que han pasado.
Nosotras, solidarias, internacionalistas, ¿qué nos queda por hacer frente a un gobierno que le da la espalda a la solidaridad, a la humanidad y sigue impasible ante la intemperie y el abandono de miles de personas? Pues de momento seguir señalando su pasividad, seguir en la lucha, no rendirnos y sonreír al leer que personas como Mikel y Begoña se han atrevido a hacer lo que a muchas nos gustaría.
Hoy, 30 de diciembre, en muchas ciudades se van a llevar a cabo concentraciones en apoyo a Begoña y Mikel. Porque la solidaridad no es un delito. Todo nuestro apoyo, reconocimiento y fuerza a los dos detenidos.