ENTREVISTA Noelia Meseguer Camarillo

“Desde las tutorías también puede fomentarse la actividad física”

Ana Lozano

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Termina un curso escolar que no ha sido fácil sacar adelante. Las mascarillas, los confinamientos de clases enteras y la distancia de seguridad por la pandemia de COVID-19 han limitado mucho la tarea de la educación en los centros, que requiere de comunicación, presencialidad e interacción para cumplir con todas sus funciones.

La asignatura de Educación Física (EF) se ha visto especialmente afectada por las restricciones de interacción corporal y uso de material, no solo en la forma de estar en clase, sino también en el trabajo que en ella se hace.

Noelia Meseguer Camarillo, maestra de EF en centros de la provincia de Guadalajara desde hace quince años, ha visto cómo su alumnado del Centro de Educación Infantil y Primaria (CEIP) 'Jocelyn Bell' de Valdeluz (Yebes) daba señales de necesitar la actividad física (AF) ahora más que nunca. Su testimonio es el de tantos otros maestros y profesores de Educación Física que saben la importancia de su materia para afrontar la otra pandemia mundial, la del sedentarismo.

Sin embargo, la magnitud de esta empresa requiere que toda la comunidad educativa se implique en la protección de la salud de la infancia y que la actividad física se integre cada vez más de manera transversal, como recoge el Decreto 54/2014 de la Educación Primaria de Castilla-La Mancha. Las actividades que ofrece esta maestra a su alumnado, incluso en un curso con pandemia, son una muestra de cómo puede llevarse a cabo este reto.

Un reclamo de quienes imparten EF, que viene de lejos y sigue vigente, es la ampliación de las horas semanales de su asignatura. ¿Está de acuerdo?

Sí, creo que las tres horas que se imparten actualmente en Primaria se quedan cortas y habría que meter una sesión más. Mis clases son de 45 minutos, pero la actividad principal se suele quedar en unos 20 ó 25 minutos, porque se pierden al menos 15 con la explicación en pizarra de lo que vamos a trabajar y los cambios de clase anterior y posterior.

A esto hay que añadir el trayecto de ida y vuelta al pabellón y la higiene al acabar, que ahora se ha acentuado con las medidas especiales por la pandemia. Además, hay cosas que no se pueden eliminar, como el calentamiento previo y la vuelta a la calma posterior, que también son parte del aprendizaje de la asignatura. Así que la actividad la ajusto como puedo al tiempo que queda y 25 minutos pueden cundir si los sabes aprovechar y ya tienes cierta experiencia.

En general, las infraestructuras de las que dispone cada centro también marcan los tiempos, porque cuando he estado en alguno sin pabellón teníamos que desplazarnos al polideportivo público más cercano.

Hace ya tiempo que la asignatura de EF es mucho más que jugar. Sin embargo, el Consejo General de la Educación Física y Deportiva (Consejo COLEF) considera que aún hay que reforzar su presencia en el currículum y propone una Educación Física de Calidad, como también promueve la UNESCO. ¿De qué modo ha visto cambiar su asignatura en este tiempo?

La Educación Física ha cambiado mucho desde que yo era estudiante. Ahora tenemos una parte de teoría que puede seguirse hasta con libro, aunque yo nunca he trabajado con ninguna editorial. Desde 3º, donde empiezan a ser más autónomos, les pido que busquen información en algunas unidades.

Por ejemplo, en la de juegos populares les invito a que pregunten a las personas adultas de su familia a qué jugaban de pequeñas. Es muy interesante cuando los alumnos de origen extranjero nos explican juegos de otras partes del mundo y los probamos en clase. En 5º y 6º, donde ya empieza la iniciación deportiva, me gusta que busquen información sobre la reglamentación o la historia del deporte que vamos a aprender y al final de las unidades les hago pequeños tests.

Además, les suelo mandar cosas que puedan relacionar con otras áreas como las Ciencias Naturales o las Matemáticas, porque la EF es bastante interdisciplinar. Sin embargo, este año algunas explicaciones se las he hecho yo de forma oral para no quitar más tiempo a las actividades prácticas, porque han pasado mucho tiempo encerrados y necesitan moverse, lo he notado.

Siempre dedico el primer trimestre al ámbito de la salud para que le encuentren un sentido a todo lo que van a hacer después durante el curso

Una de las propuestas del Consejo COLEF para una EF de Calidad es crear una octava competencia general: la competencia corporal y para la salud y calidad de vida, para que el cuidado del cuerpo con fines saludables sea transversal y no solo se tenga en cuenta en su asignatura. Pero, ¿de qué manera trabaja este aspecto en las clases de EF?

La educación para la salud es parte de la EF, como recoge la normativa actual, la LOMLOE, y tanto esta competencia como todas las demás figuran en la programación didáctica, que es nuestra herramienta flexible donde llevamos la programación de todo el año. Cada maestro lo hace de una manera y yo, tras una primera unidad para conocernos e integrar a los nuevos, siempre dedico el primer trimestre al ámbito de la salud. Lo hago para que empiecen sabiendo qué es la condición física o la alimentación saludable y así le encuentren un sentido a todo lo que van a hacer después durante el curso.

También se habla de alfabetización motriz para destacar la importancia de promover la competencia motriz, la motivación, la confianza, y el conocimiento respecto a la influencia de la actividad física sobre la salud para valorar y promover la adhesión a estilos de vida más activos. Eso es, porque, cuando trabajamos lo motriz no solo nos centramos en lo procedimental, sino también en lo conceptual y lo actitudinal. A lo largo de todo el año trabajamos las emociones, la tolerancia a la frustración y la cooperación o el trabajo en equipo y aprendemos a solucionar las rencillas que van surgiendo en los juegos. De hecho, creo que en EF es donde más se trabajan las competencias emocional y social y se conoce a los niños.

También trabajamos durante todo el curso la expresión corporal y la comunicación no verbal, aunque al principio suele gustarles menos que correr y jugar. Sin embargo, al final del curso es cuando salen los frutos de todo lo que hemos trabajado y es muy bonito ver su evolución y tener resultados.

¿Suele ser el material del que disponen los centros un limitante a la hora de llevar a cabo la programación didáctica que diseña a principio de curso?

El material de EF es caro y cuando estás en un centro que aún está arrancando, como al que he llegado este año – solo tiene cuatro años – el material puede quedarse un poco escaso en comparación con la infraestructura de la que disponemos, pero nos iremos haciendo con más poco a poco. Creo que es importante saber moverse y que también he tenido mucha suerte, porque en todos los centros en los que he estado, la EF se ha tenido muy en cuenta y todas mis propuestas han tenido buena aceptación.

Donde estoy actualmente me están dando facilidades para empezar a ampliar el material y, aparte, me gusta contactar con federaciones y clubes deportivos, porque a veces se ofrecen a colaborar con los centros escolares. Este año hemos conseguido una red y material a un mínimo precio a través de la Federación Española de Voleibol y en el centro en el que estuve el año pasado vinieron a vernos del club de rugby de Guadalajara, que querían promocionar su escuela y, además de venir un par de días a enseñar su deporte a los alumnos, nos trajeron petos y balones.

¿Lleva a cabo algún tipo de acompañamiento o seguimiento de los alumnos o alumnas que muestren buenas aptitudes deportivas o interés por alguna disciplina concreta?

Yo valoro la capacidad de esfuerzo y de superación. No busco deportistas, sino que trabajen dentro de una gama amplia de AF para que luego ellos decidan seguir practicando fuera del colegio lo que más les haya gustado. No obstante, sí me gusta que tengan contacto con distintos deportes durante el curso más allá de lo que yo les enseñe, como la visita del club de rugby que ya he citado.

Este año no lo he promovido por la situación de la pandemia, pero cuando estaba en Marchamalo llevaba a los cursos de 5º y 6º a la piscina cubierta del pueblo y los monitores enseñaban a nadar a quienes no sabían, o venían los alumnos del ciclo formativo de Técnico Superior en Enseñanza y Animación Socio-deportiva (el antiguo TAFAD) a dar alguna clase de deportes alternativos.

De cara al año que viene me gustaría enseñarles atletismo en la pista que tenemos al lado y no creo que el Ayuntamiento ponga ninguna pega, porque apoyan mucho el deporte y al colegio. Si veo que alguien muestra especial interés o habilidad para algún deporte, le sugiero que pruebe a practicarlo fuera de clase, pero creo que la captación de deportistas es una labor que recae más en las escuelas deportivas.

¿Se involucra la comunidad educativa a la hora de llevar a cabo actividades deportivas que lo requieran o que vayan más allá del horario de su asignatura?

Todo el colegio se ha puesto a disposición de las miniolimpiadas de fin de curso que he organizado. Los de EF hemos diseñado las actividades, los tutores han hecho los grupos y el resto de profesores han estado en las estaciones explicando qué hacer.

El Ayuntamiento nos reservó la pista de atletismo para que lo hiciésemos allí y, aunque está al lado, al menos el alumnado ha salido de su entorno de siempre en este curso sin apenas excursiones. Las familias no pudieron implicarse por las restricciones, pero cuando las organicé en otros centros antes de la pandemia también vinieron a echar una mano y pasar el día con sus hijos e hijas. Aparte de eso, al final del segundo trimestre estuvimos de ruta en el bosque de Valdenazar.

Era una clase de Naturales a la que yo fui de apoyo como tutora y antes de terminar jugamos al balón y pasamos un día estupendo. Desde las tutorías también puede fomentarse la AF.

Ya hemos comentado que una EF de Calidad abarca mucho más que deporte, como la Promoción y Educación para la Salud, que es considerada transversal a todas las áreas curriculares desde la LOGSE (1990) y en el Decreto 54/2014 de la Educación Primaria de Castilla-La Mancha. ¿Se fomenta la AF para la salud como proyecto educativo del centro o más allá de la asignatura de EF?

El año que viene queremos entrar en los Proyectos Escolares Saludables de Castilla-La Mancha precisamente porque los diez programas que deben cumplir los colegios que se adhieren incluyen descansos activos en clase, desplazamiento activo al centro o recreos activos.

Si entramos, creo que será más fácil promocionar la salud desde el centro en todo momento y pedir a las familias que contribuyan a que sus hijos vengan en bici o patines al centro o que salgamos a visitar a otros colegios de la red del proyecto. Aun sí, en otros centros, sin estar dentro de esos programas hemos hecho cosas, como en los recreos en Marchamalo, en los que establecimos un cuadrante semanal con actividades por las que iban rotando los alumnos, que incluían AF, pero también lectura, ajedrez, pintura o teatro.

En el colegio actual están muy vinculados al centro de salud de Horche y para el año que viene tenemos la idea de que vengan a darnos charlas de primeros auxilios para el alumnado y el profesorado y no habría problema en pedirles que nos hablaran de otros ámbitos, como la nutrición.

Ahora tienen peor coordinación motriz que antes porque no se mueven

La AF es un elemento clave en la Promoción y Educación para la Salud y, en especial, en la infancia, que es cuando pueden prevenirse enfermedades que condicionan la edad adulta, como es el caso de la obesidad. En España tenemos unas elevadas tasas de obesidad infantil y sedentarismo y el confinamiento por la pandemia empeoró la situación. ¿Se percibe todo esto en el colegio?

Puedo ver que la alimentación ha empeorado con los años en los desayunos que traen, que es un reflejo de lo mal que se alimenta la población general actualmente. Y también se nota el exceso de pantallas y videojuegos, porque, no solo se trata de su composición corporal, sino que ahora tienen peor coordinación motriz que antes porque no se mueven.

Los padres me han contado que sus hijos e hijas no se movieron durante el confinamiento y que han engordado. Y yo veo que se cansan y tienen la coordinación peor y no es porque tengan torpeza motriz, sino porque no lo han trabajado en el día a día. Hay algunos que sí, se nota quienes salen a jugar o hacen actividades deportivas.

La verdad es que en clase la mascarilla tampoco ha ayudado porque sentían que se ahogaban en algunas actividades, pero he cambiado un poco el modelo, con actividades menos intensas y más descansos, y lo han llevado bastante bien. Nos han dado una lección.

¿Tiene el alumnado que practica deporte habitualmente una actitud ante la EF diferente del que no lo hace?

Sí, y con los años noto que cada vez es mayor la brecha entre los que parecen terremotos y a los que les cuesta hacer las actividades en mis clases, que tienen más vaguería y en un pilla-pilla de calentamiento van andando y tengo que recordarles que el objetivo es que se muevan. También tengo que darles mucho refuerzo positivo y hacerles ver que no busco deportistas de élite, que lo que quiero es que entiendan por qué la AF es importante para la salud.

Por otro lado, los que son muy buenos a veces no saben perder y les tengo que recordar que el compañerismo es igual de importante. Yo valoro mucho el esfuerzo y la superación personal y, si hay que parar un juego porque un compañero se ha caído, se para, y si hay que anular el gol, se anula. Es muy gracioso verles dialogar de vuelta a clase después de que alguno se haya picado, aplicando ese compañerismo del que les he hablado. De mi profesión me encanta que al final del curso siempre se consigue ver una progresión en la relación entre el alumnado, que, aunque es muy diverso, aprende a convivir y ayudarse.

En algún momento en el paso de la infancia a la adolescencia todavía sigue produciéndose una diferenciación entre niños y niñas respecto al deporte y, de hecho, estudios como el PASOS y el ALADINO de 2019 siguen evidenciando que ellas siguen practicándolo menos que ellos. ¿Lo ha detectado en su centro?

Las diferencias a nivel muscular entre los niños y las niñas no aparecen casi hasta el final de Primaria y como además las niñas se desarrollan un poco antes que los niños, pasan un tiempo equiparados. Tengo niñas que hacen todo tipo de deportes, hípica, pádel, atletismo o fútbol. En cuanto a las preferencias por unas actividades u otras, sigue habiendo más niñas que quieren hacer un baile cuando toca expresión corporal, pero a veces he tenido niños que se han puesto a bailar y me han dejado alucinada.

Es más, muchas veces las diferencias en este ámbito tienen más que ver con la timidez y la desinhibición. Cuando tienen vergüenza les explico que el lenguaje corporal les va a servir de mayores, cuando tengan que saber explicarse delante de otras personas, y que, además, en esto no se puede competir, porque la valoración de cada actuación es muy subjetiva y cada persona simplemente tiene que sacar lo que tiene dentro. Con eso consigo que se motiven bastante. Al acabar la actividad, son ellas y ellos mismos quienes me reconocen que estaban nerviosos y no esperaban ponerse así, por eso me gusta cuando al final consiguen hacer cosas chulas y les ha gustado la unidad.

Los estudios anteriores también destacan que la obesidad infantil está más presente en las familias de nivel socioeconómico más bajo. ¿Se aprecia esto en la comunidad escolar?

Conozco los datos, pero en el centro encuentras de todo y no podría decirte que se observen costumbres alimentarias diferentes en función del nivel socioeconómico, y eso que comprendo que quienes tengan menos recursos acaben comiendo peor, porque los productos que son malos nutricionalmente son muy baratos y están listos para comer.

Si se dispone de poco dinero y tiempo por circunstancias laborales, lo más fácil y cómodo es recurrir a ellos. Esa falta de tiempo también puede influir en la implicación de las familias en las actividades que ofrecemos en el colegio, pues no pueden venir aunque quieran, pero su implicación en general es buena. Por ejemplo, la iniciativa de los desayunos saludables, en los que cada día tienen que traer un tipo de alimento – fruta, lácteo, etc – funciona en la mayoría de los casos y son las familias las que se ocupan de que sus hijos e hijas los traigan.

Creo que la comunidad educativa está precisamente para suplir parte de estas limitaciones y que el alumnado no se vea desfavorecido por sus circunstancias en la medida de lo posible. Si vemos que alguno o alguna trae siempre desayunos poco saludables lo hablamos directamente con ellos y si la situación fuese más preocupante aprovecharíamos una tutoría o reunión con las familias para tratarlo.

Hay que aprovechar la receptividad que tienen a estas edades para inculcarles cuanto antes los buenos hábitos que contrarresten el estilo de vida que impera

¿Cuáles son los mayores cambios que ha visto en el alumnado a lo largo de sus años como docente?

Lo que más me llama la atención es la tendencia creciente al sedentarismo, fomentado por el ocio de las pantallas, que hace que ya no se juegue en la calle como antes y no usen tanto su creatividad. Sin embargo, ahora tienen algo que antes no teníamos, y es que son muy participativos, te cuentan mil cosas y tienen una motivación extra que a mi generación, inundada por la timidez y el miedo a decir algo mal, nos faltaba. Ahora te hacen muy partícipe, están todo el día contigo, muestran mucho cariño.

Creo que hay que aprovechar la receptividad que tienen a estas edades para inculcarles cuanto antes los buenos hábitos que contrarresten el estilo de vida que impera. Hay que promover la AF al máximo haciendo más charlas en el centro, trayendo a más gente externa que les cuente cosas nuevas para que, independientemente de la vida que tengan fuera, dispongan de la información adecuada para poder decidir lo mejor para su futuro. Ahora tenemos la suerte de poder acceder a un abanico de AF mucho más amplio que antes.

¿Qué le hace sentir que contribuye a ese cambio con su trabajo?

Cuando aprendemos juegos en clase, les digo que se los enseño para que luego los practiquen en los cumpleaños, con la familia o donde quieran. No hay cosa más bonita que cuando vuelven del fin de semana contándome que han estado jugando con sus amigos a algo que les he enseñado o ver cómo lo ponen en práctica en el recreo.

Para mí es un regalo poder recuperar esos juegos con los que antes nos divertíamos en el parque o en el colegio por iniciativa propia. Que trasladen lo del centro a fuera, que jueguen y que sean niños, eso es lo bonito. Por suerte, tengo muchos compañeros y compañeras que hacen lo mismo. De Magisterio estamos saliendo con muchas ganas y nos gusta buscar incentivos nuevos para la infancia de ahora.

eldiario.es/Castilla-La Mancha

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